
En el 8M ¿quién recordó a las costureras?
AMEXI. Ciudad de México. 10 de marzo de 2025.- En la marcha del 8 de marzo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, se exigió justicia por las desaparecidas, víctimas de violencia, desigualdad laboral y violencia en general contra las mujeres; pero ¿quién recordó a las costureras?
Estas mujeres trabajadoras, costureras, murieron víctimas de la explotación laboral y fueron tratadas como escombros después de los sismos, el primero en 1985 y 32 años después, en el sismo de 2017.
Dos tragedias evidenciaron las condiciones deplorables en que laboraban estas mujeres anónimas sin derechos y ninguna protección y que aun exigen justicia; pero nadie clamó el 8 de marzo por las costureras.
El martes 19 de septiembre del 2017, un sismo de magnitud 7.1, proveniente en los límites de los estados de Puebla y Morelos, sacudió a la ciudad de México y sus alrededores a las 13:14 horas.
Este fatídico acontecimiento ocasionó el derrumbe de varios inmuebles y, a su vez, provocó un sinfín de pérdidas humanas.
¿Cómo fue en el sismo de 2017?
El sismo desplomó, entre otros, el inmueble de 4 pisos del predio que estaba ubicado en Simón Bolívar 168, esquina con Chimalpopoca; el cual era utilizado de manera irregular como fábrica de textiles.
En ese momento, los vecinos, las personas que lograron salir del inmueble y trabajadores cercanos de otra fábrica, al ver la nube de humo, fueron los primeros en tomar acción y empezaron a quitar escombros y ayudar a los heridos.
Después se organizaron las brigadas ciudadanas, en las que decenas de personas salieron a las calles para ayudar a las víctimas.
Un trabajo colectivo de citadinos que ayudaban a retirar escombros; otros (como los topos) buscaban restos de vida y algunos se ocupaban de los víveres y el acopio.
El pueblo mexicano actuaba de manera solidaria hasta que el gobierno federal obligó a la ciudadanía a retirarse para tomar el control de la situación.
Ellas no son escombros son mujeres trabajadoras
El secretario de Gobernación de ese entonces, Miguel Ángel Osorio Chong hizo acto de presencia en el lugar de los hechos, pero en vez de ser bien recibido lo abuchearon para exigir que se retirará:

“Lo primero que se hizo fue rescatar la maquinaria, antes que a las mujeres”, “ellas no son escombros, son mujeres trabajadoras”, “corrupción, exigimos justicia”, protestaban las personas en la calle.
En este fatídico suceso se registró el fallecimiento de 21 mujeres y sólo dos que fueron rescatadas de las ruinas del inmueble sobrevivieron.
Cuatro días después se declaró que ya no había nadie más con vida y entró la maquinaria para llevarse los escombros. Escombros con restos humanos de un número desconocido de mujeres anónimas que murieron en el lugar.
A la fecha no se sabe quién era el dueño del edificio, pero se sabe que tenía permiso únicamente para ser ocupado como oficinas.
Esto debido a que el edificio era viejo, como la mayoría de los edificios de la Colonia Obrera; por esto mismo, no tenía la estructura adecuada para aguantar las maquinarias, textiles y menos para tener a un gran número de trabajadoras en un solo espacio por mucho tiempo.
En el edificio había 4 empresas extranjeras (una administrada por un judío y las otras por asiáticos):
- La empresa de New Fashion, que era del Israelí Jaime Azkenaz
- Una fábrica de juguetes ABC Toys, que se administraba por coreanos
- Una fábrica de bisutería y otra de piezas para autos.
Irregularidades del caso
Hay muchas irregularidades en este caso, pero la más importante es que no se sabe cuántas mujeres estaban adentro del edificio, pues no se tenía registro alguno, ya que muchas eran migrantes centroamericanas y asiáticas sin papeles, pero se calcula que al menos eran unas 200 mujeres.
Ante su condición migratoria, las trabajadoras no tenían:
- Seguro médico
- No les ofrecían condiciones dignas de trabajo
- Sufrían una jornada laboral extensa
- Recibían un sueldo por debajo del mínimo
Personas extranjeras trabajando en la ilegalidad para ser sobre explotadas por empresarios sin escrúpulos, y todo seguramente con el contubernio de burócratas de los distintos niveles del gobierno.
Hasta el día de hoy no se tiene conocimientos sobre posibles indemnizaciones a las familias de las víctimas.
Las autoridades y los dueños de las empresas han mantenido un profundo silencio al respecto.
Solidaridad de trabajadoras
Sin embargo, en esa época la solidaridad entre las trabajadoras, una vez más, se hizo presente frente a la tragedia, como lo registra el portal Cimacnoticias:
“Jessica, hija de Irma recuerda que cuatro días después del sismo recibió la visita de una de las compañeras de su mamá, quien le llevó un apoyo económico de diez mil pesos, recabado el viernes 22 entre sus compañeras de trabajo.
”La quinta parte de lo recaudado fue aportada por la dueña de la empresa; es decir, ocho mil pesos fueron aportación de sus compañeras de trabajo y únicamente dos mil de la dueña”.
La dueña buscó con ese poco dinero tapar todas las irregularidades a las que las obreras habían estado sometidas durante años de trabajo en aquel lugar.
¿Qué ocurrido con las costureras en el sismo de 1985?
No se tiene que olvidar que otra tragedia aconteció 32 años antes, también un 19 de septiembre de 1985, con el sismo 8.1 en la escala de Richter.
En esa ocasión, se destruyeron más de 800 talleres de costura, varios clandestinos, en donde la mayoría de los trabajadores eran mujeres.
No hay una cifra exacta de las obreras fallecidas
En la zona textil de San Antonio Abad, también en la colonia Obrera de la Ciudad de México (CDMX), las mujeres sobrevivientes al intentar rescatar a sus compañeras de los escombros las detuvieron las autoridades, por el miedo que se robaran la maquinaria de las fábricas.
De nuevo el gobierno poniendo en primer lugar los bienes de las empresas que la vida de las personas.
“Las costureras valen más que toda la maquinaria del mundo”, protestaban.
No sólo muchas mujeres perdieron la vida, sino también las que lo lograron perdieron el trabajo y no se les dio ninguna indemnización.
Ante las injusticias, el Sindicato de Costureras de 19 de Septiembre, creado por Evangelina una de las sobreviviente que organizó a sus compañeras para exigir justicia al presidente Miguel de la Madrid.
El presidente De la Madrid después de las protestas acepta que las mujeres trabajadoras de San Antonio Abad fueron explotadas laboralmente.
Perfil de las víctimas de ambos casos
El perfil de las víctimas en ambos casos son el mismo:
- Mujeres de bajos recursos
- Mamás solteras
- Mujeres migrantes, que trabajan en condiciones deplorables
- Sueldos miserables
- Perdieron la vida bajo los escombros de edificios en dónde las explotaron laboralmente hasta el día de su muerte
El polvo del sismo se vuelve morado
En la jornada del 8 de marzo las mujeres salen a las calles a exigir justicia por todas las víctimas de feminicidios, las desaparecidas, las violentadas sexualmente o por agresiones físicas por sus parejas, lo que son muchas razones para exigir justicia; pero las mujeres que han muerto a causa de las malas condiciones laborales ¿Quién las menciono?
Es importante recordarle a la ciudadanía que se debe luchar y exigir justicia por todas estas mujeres obreras que han perdido la vida por un sistema patriarcal que las explota laboralmente, que se aprovechan de su doble vulnerabilidad de mujeres de bajos recursos y, como en esa ocasión, migrantes sin papeles.
Se debe esclarecer el caso de las costureras
La sociedad civil tiene que exigir que las autoridades esclarezcan qué pasó con el castigo que merecen los dueños de las fábricas del edificio donde laboraban las costureras.
Exigir que les otorguen una indemnización a las víctimas y a sus familias y, por supuesto, que en cada fábrica textil de este país se proporcionen mejores ambientes laborales, con un trato justo y un salario digno.
Hoy recordamos a todas las mujeres anónimas que murieron en este fatídico acontecimiento en donde al desplomarse el edificio salió un polvo que se tornó metafóricamente morado, teñido por las almas de las víctimas:
Mujeres con sueños, mujeres con familias, mujeres con muchas ganas de seguir viviendo, pero lamentablemente ese sueño fue arrebatado y no por un desastre natural, sino por la irregularidad y la corrupción de un país que estaba en manos del entonces presidente Enrique Peña Nieto.