A pesar de la crisis, no se modifica la política de austeridad fiscal para el 2021
Foto: Cuartoscuro
Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 15 de septiembre de 2020.- La SHCP ha dicho que el paquete fiscal presentado para el 2021 no es optimista, sino responsable. Señalan que tienen la responsabilidad de mantener la estabilidad económica y financiera y que además, que el paquete está dirigido a proteger a los que menos tienen. El secretario de Hacienda afirmó también que se impulsará la economía donde ha tenido mayor impacto, como los programas sociales, los proyectos de infraestructura y aprovechar el T-MEC.
El problema es que la política de austeridad fiscal que vienen instrumentando y que continuará en el 2021, ha restringido la actividad económica, ha aumentado el desempleo y disminuido el ingreso de empresas e individuos, a pesar de las políticas sociales y los megaproyectos estratégicos del gobierno. La política económica predominante atenta sobre la estabilidad económica y financiera, debido a que disminuye el ingreso nacional y la capacidad de pago de la deuda. Hacienda ha reconocido que está aumentando la cartera vencida, por lo que al crecer ésta, desestabilizará al sector bancario. Por más que reiteran que el Paquete está dirigido a proteger a los que menos tienen, ello no ha acontecido del todo, pues el desempleo se ha incrementado, se ha reducido la participación de las remuneraciones en el ingreso nacional, aumentando ello el número de pobres y ha acentuado la desigualdad del ingreso, a pesar de las políticas sociales instrumentadas.
El Paquete Económico contempla aumentar el presupuesto significativamente al Aeropuerto de Santa Lucía (296.8%), el Tren Maya (48.5%). Pemex y CFE se llevan el 21.9% del gasto programable. Seguridad Social y Salud el 30.6% y en cambio el apoyo al Campo equivale al 1.7% del gasto programable, y lo que se destina a Fomento Económico y Medio Ambiente equivale al 1.6% del total del gasto programable, por lo que sigue marginándose el impulso a la dinámica productiva. Disminuyen a su vez las partidas a múltiples Secretarías, así como las Participaciones (¯6.7%) y Aportaciones (¯1.1%) a Estados y Municipios, por lo que aumentarán los problemas financieros y de gasto de éstos.
La fuerte contracción económica, el alto desempleo y la prosecución de la pandemia, evidencian que la política fiscal instrumentada, más que contrarrestar tales problemas, los ha acentuado.
En vez que el gobierno reaccione con expansión del gasto público para encarar los problemas de desempleo, como la caída de ventas e ingresos de las empresas, insiste en mantener el equilibrio fiscal y la estabilidad cambiaria, a costa de seguir sacrificando los objetivos de crecimiento económico y de empleo.
El paquete económico es optimista al pronosticar una caída del PIB en 2020 de 8.0% y un crecimiento de 4.6% en 2021. Ello no acontecerá debido a que no se contempla crecimiento del gasto público. El gasto programable caerá en 1.0% en 2021, por lo que no habrá crecimiento de demanda que contrarreste la caída de exportaciones. El T-MEC no las reactivará, dada la caída de la actividad económica de EUA y las reglas que el gobierno de Trump estableció a su favor, como las medidas proteccionistas que ha instrumentado.
La posición gubernamental de que la economía se recuperará rápidamente en forma de “V”, no tiene sustento, dada la caída de exportaciones, del consumo e inversión privada, como del gasto público. A pesar que se aplique la vacuna el próximo año y se reabra la economía, la reactivación no se dará, pues han quebrado muchas empresas. Al no ayudar el gobierno a las empresas para evitar su quiebra, llevará a que exista menos capacidad productiva y oportunidades de crecimiento y generación de empleo. Es decir, la recesión será más duradera y costará mucho salir de ella.
Al haber menos capacidad productiva (tanto por quiebre de empresas, como por la menor inversión bruta fija), menos viabilidad habrá para recuperar el empleo perdido. Ello evidencia lo ineficaz que ha sido la política de austeridad fiscal para frenar la crisis, por lo que no se puede continuar con ella.
El déficit de cuenta corriente de balanza de pagos en 2020 será de 6,739 millones de dólares y el estimado para 2021 de 22,842 millones de dólares. El problema es que un déficit de dicha magnitud, requiere de entrada de capitales para financiarlo y para mantener estable el tipo de cambio. Los Criterios de Política Económica no nos dicen como se financiará dicho déficit para mantener estable el tipo de cambio, pues la sola tasa de interés no asegurará dichos flujos, pues la economía no garantiza condiciones de reembolso. Ello presionará sobre el tipo de cambio y la tasa de interés, por lo que es difícil que los objetivos de estabilidad cambiaria se cumplan.
Se requiere de gasto público deficitario (financiado por Banxico a una tasa de interés cercana a cero) para combatir la pandemia, apoyar a empresas y generar empleo. Ello no sería inflacionario, dado que hay capacidad productiva ociosa y alto desempleo que puede ser usado para aumentar la producción y evitar presiones sobre precios y el sector externo. De no cambiar la política fiscal y monetaria, la contracción económica proseguirá por años, situación que ningún pueblo lo soporta.