Al continuar la política neoliberal, no habrá crecimiento, ni en el 2020, ni en el resto del sexenio

Por Arturo Huerta González

EFE. Ciudad de México. 28 de enero de 2020.- La política de austeridad fiscal, las altas tasas de interés y la apreciación de la moneda, han sido la causa de que la actividad económica en 2019 mostrará una caída respecto a 2018. Al mes de noviembre, respecto al mismo mes de 2018, disminuyó 0.8%, donde destacan las actividades primarias con una caída de 2.4 %, el sector industrial cayó 1.7%, la construcción con menos 3.2% y las industrias manufactureras con caída de 2.1%.
El sector terciario se redujo 0.3 por ciento anual, donde destaca la caída de 5.8% del comercio al por mayor.

El gobierno señala que para el 2020 se espera una recuperación lenta impulsada por exportaciones no petroleras y el consumo privado, así como por la estabilización del gasto público como de la inversión privada. No hay perspectivas de que crezcan las exportaciones no petroleras, dado que el comercio internacional mostró en 2019 un crecimiento de 1.7%, derivado de la desaceleracion de la economía mundial. El consumo privado tampoco crecerá, debido a que prosigue el desempleo, subempleo y los bajos salarios a pesar del aumento al salario mínimo. Tampoco crecerá el gasto público dado que continuará el superávit primario de las finanzas públicas, donde el gobierno gasta menos de lo que recauda, excluyendo el pago de la deuda. La inversión privada no crecerá en un contexto donde el costo de la deuda está muy arriba del crecimiento del ingreso nacional, el cual muestra una caída, como ya se señaló.

El presidente de la República ha dicho que el T-MEC, junto a la inflación controlada y el combate a corrupción, devolverán el crecimiento económico. El problema es que el T-MEC actuará en detrimento a la economía nacional, dadas las imposiciones que estableció el gobierno de Trump, respecto a las reglas de origen en la industria automotríz que les favorece, así como por el hecho que obliga a México a comprarle más granos básicos. La baja inflación alcanzada a través de disminuir demanda con los recortes presupuestales, la alta tasa de interés y la apreciación de la moneda (peso fuerte dólar barato), han actuado en detrimento de la actividad productiva y la generación de empleo, por lo que al seguir tales políticas no habrá crecimiento alguno.

El Presidente dijo que en pasadas administraciones se privilegiara a empresas privadas en lugar que a la población. Dijo que la política neoliberal ya acabó. El problema es que continúa la política neoliberal de los gobiernos pasados, caracterizada por el libre movimiento de capitales y mercancías, que lo representa el T-MEC, así como la austeridad fiscal, las altas tasas de interés y la  apreciación de la moneda que favorecen al sector bancario-financiero. Tales políticas nos han llevado a tener menos industria, a perder la autosuficiencia en granos básicos, a presiones sobre la balanza de comercio exterior, a menor crecimiento económico, a aumento de la economía informal, a los bajos salarios, a depender de la entrada de capitales, a reducir el tamaño y participación del gobierno en la economía y a ampliar la privatización, la extranjerización y el endeudamiento de la economía. Ello evidencia que se sigue favoreciendo a las empresas y no a la población, a pesar de las políticas sociales instrumentadas por el nuevo gobierno.

El Banco de México dijo el días pasados que mantendría cautela en política monetaria ante el repunte de la inflación, que en la primer quincena de enero fue de 3.18%, respecto a la inflación de 2.83% mostrada en el 2019. Ello indica que continuará manteniendo la alta tasa de interés de referencia de 7.25% y que retrazará los leves recortes que venía realizando. Para los economistas neoclásicos de la institución monetaria, les es más importante controlar la inflación, a pesar de que dicha política contrae el crecimiento económico y la generación de empleo. Para nada les preocupa la caída de la actividad económica de 2019 y que en dicho año solo se generaron 382,210 empleos formales, en relación al millón 250 jovenes que ingresan anualmente al mercado laboral. No es posible que las política monetaria, fiscal y cambiaria continúen actuando a favor de los dueños del dinero, y no sean funcionales al crecimiento económico y a la generación de empleo. Ello refleja que no hay democracia en la toma de decisiones en la política económica, la cual sigue siendo determinada a favor del gran capital nacional e internacional y no responde a los propósitos nacionales de bienestar de la población.

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