Arte rebelde como trinchera frente al colapso: voces del EZLN, colectivos y artistas en CIDECI

Por Alejandro Meléndez

Periodistas Unidos. San Cristóbal de las Casas, México. 20 de abril de 2025.- En el séptimo día del encuentro «(Rebel y Revel) Arte: Encuentro de Arte, Rebeldía y Resistencia hacia el Día Después», celebrado en el caracol de CIDECI-Unitierra, el capitán Marcos, moderador de la mesa redonda, abrió la sesión con un tono que combinó humor, ironía y un profundo sentido de compromiso. Este evento, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI), reunió a artistas, colectivos culturales y comunidades zapatistas para reflexionar sobre el papel del arte en un mundo al borde del colapso capitalista.

El capitán Marcos, con su característico estilo, comenzó con una anécdota que arrancó risas entre los presentes: «Soy inocente, de lo que me quieran acusar soy inocente y tengo derecho a una abogada». Luego narró un incidente reciente con la Guardia Nacional, donde Verónica, integrante del «grupo de reacción retardada», desafió a los elementos con palabras que, según Marcos, hicieron que «se huyeran». Este relato sirvió como preámbulo para presentar a los participantes de la mesa, quienes, a través de sus intervenciones, tejieron un mosaico de reflexiones sobre el arte como herramienta de resistencia, lucha y construcción de un futuro común.

El arte como trinchera frente al capitalismo

El colectivo Los Zurdos, representado por una de sus integrantes, abordó la complejidad del arte en un sistema que «corre el alma» y fomenta el individualismo. «El arte es muy complejo y delicado porque trata de nuestras emociones y sentimientos, mediatizados por nuestras relaciones personales, familiares, amorosas, y muchas veces no son políticamente correctas», afirmó. Criticaron la cultura burguesa que adormece a las masas a través de medios como la radio, la televisión y el cine, citando a Luis Althusser y su concepto de aparatos ideológicos. «La burguesía nos adormece lenta pero eficientemente», señalaron, contrastando la cultura proletaria que busca despertar conciencias.

Los Zurdos también denunciaron la precariedad económica de los trabajadores de la cultura que se mantienen autónomos, enfrentándose a la marginalidad incluso dentro de los movimientos sociales. «Ser autónomos y autogestivos significa muchas veces caminar en soledad», lamentaron, pero reafirmaron su compromiso con un arte que no sucumba a los embates del sistema. Citaron a figuras como Roque Dalton, Alí Primera y Bertolt Brecht como inspiración para no perder la brújula en la lucha contra el «monstruo individual» que el capitalismo alimenta.

Pallasos en rebeldía: Soñar el día después

Iván Prado, alias Dimitri, de Pallasos en Rebeldía, compartió una intervención cargada de emotividad y espontaneidad, narrando cómo la «inocencia» de las niñas y niños inspira su trabajo. «La inocencia es una creencia profunda en la capacidad de vivir nuestros sueños», afirmó, destacando la importancia de soñar en común para construir el «día después» del colapso capitalista. Su relato incluyó una mención a la Travesía por la Vida, la gira zapatista por Europa en 2021, descrita como «la más bella y potente performance del siglo XXI», donde los pueblos originarios conquistaron corazones con «armas de diversión masivas».

Dimitri propuso una receta para el arte del futuro: sentido del humor, amor, humildad y creatividad. «Si no tenemos la capacidad de reírnos de nosotras mismas, no podremos reírnos de los poderosos», aseguró, enfatizando que el amor es revolucionario porque combate el miedo y conecta a las personas. Su intervención culminó con un llamado a recuperar la capacidad de asombrarse y a tejer relatos que fortalezcan la resistencia contra el «sistema global de terror».

Casa del Teatro: Construir comunidad desde el escenario

Stephanie Weiss, de Casa del Teatro, relató cómo el levantamiento zapatista de 1994 marcó el rumbo de su colectivo. «El EZLN ha acompañado nuestros pasos», afirmó, recordando cómo sus maestros los llevaron a las calles para exigir otros horizontes posibles. Weiss destacó que el teatro es un espacio para encontrarse y transformarse en comunidad, no para formar actores que busquen fama individual. «No se trataba de formarnos actores para hacer ciertas obras, sino de encontrarnos en las comunidades», explicó.

La presencia de jóvenes zapatistas en el encuentro, especialmente en la obra La naturaleza se revela, conmovió a Weiss. «Es un privilegio ver la organización, verlos detrás de otras máscaras, escucharlos proponer», dijo, subrayando que el camino zapatista es una «estrella y guía» para su colectivo. En nombre de Casa del Teatro, agradeció la hospitalidad y reafirmó su compromiso con la rebeldía y la resistencia.

Antonio Ramírez: Pintar la tormenta y la esperanza

El muralista Antonio Ramírez, conocido como Pinceles, compartió su experiencia como parte de un colectivo callejero que apoya las luchas anticapitalistas. «Las mujeres y los hombres del EZLN han sido guías de nuestro andar», afirmó, destacando su colaboración con el movimiento zapatista a través de trabajos gráficos. Ramírez presentó dos lienzos creados para el encuentro: uno sobre la tormenta capitalista, representada como una lluvia de misiles nucleares, y otro sobre el día después, un paisaje apocalíptico con una chispa de esperanza simbolizada por una pareja y tres niños.

Ramírez denunció las guerras, el hambre y el despojo causados por el capitalismo, con especial énfasis en el genocidio en Gaza y la guerra en Ucrania. «Los mares de lágrimas son insuficientes ante tal vileza», expresó, criticando los planes de convertir Gaza en un destino turístico sin palestinos. A pesar de la oscuridad, Ramírez se declaró optimista, convencido de que el arte, cuando es sincero, puede contradecir al sistema y abrir posibilidades para un mundo nuevo.

Luis de Tavira: El teatro como esperanza

El maestro Luis de Tavira, reconocido director teatral, ofreció una reflexión profunda sobre el teatro como «el arte de la reunión». Conmovido por la obra La naturaleza se revela, destacó su capacidad para expresar el sufrimiento y la rabia colectiva mientras siembra esperanza. «El teatro reúne, convoca a los diversos para hallar juntos lo que tenemos en común», afirmó, subrayando que solo lo común comunica y crea comunidad.

De Tavira lamentó que el arte haya perdido su conexión evidente con la sociedad, marginado en un mundo convertido en «supermercado». Sin embargo, insistió en que el teatro, por su naturaleza efímera y colectiva, ofrece a la humanidad la oportunidad de recordar su esencia. «El teatro no produce objetos acumulables, hay que tejerlo a mano cada vez», dijo, proponiendo que ante la normalización de la violencia, el teatro debe reaccionar para preservar lo humano.

Citó a Ernst Bloch y su concepto de aprender la esperanza, contrastándolo con el miedo que domina a las nuevas generaciones. «La esperanza no es un saber solitario, es un nosotros», afirmó, invitando a reunirse, arriesgarse y descubrir lo nuevo en un mundo que «apenas empieza». De Tavira cerró con un mensaje solidario desde Ucrania, donde un colega suyo trabaja bajo bombardeos, agradeciendo las mantas zapatistas que condenan la guerra.

Subcomandante Moisés: El arte de la vida

El subcomandante Insurgente Moisés, figura central del encuentro, cerró la mesa con una intervención que sintetizó la visión zapatista del arte. «Todo es arte», afirmó, relatando cómo los comités clandestinos y los abuelos de las comunidades le ayudaron a entender que el arte es «hacer seña» para mostrar lo que se quiere decir. Moisés destacó el papel de los jóvenes, muchos de los cuales no vivieron los inicios del zapatismo, pero que a través del arte pueden imaginar y practicar un mundo sin capitalismo.

Moisés explicó cómo nació la obra La naturaleza se revela, una creación colectiva que involucró a coordinadores de los caracoles zapatistas y a jóvenes actores. «Los animalitos piensan más que el humano», dijo, refiriéndose a la idea de que los bichos protestan contra el sistema, un mensaje diseñado para despertar conciencias. Insistió en que el arte debe ser práctico, no solo poético: «Lo que dice nuestra poesía hay que ponerlo en la práctica».

El subcomandante también reflexionó sobre los obstáculos para crear un «nuevo arte» que enfrente los retos del presente, como la desconexión de los jóvenes con su historia. Relató una conversación con una joven que desconocía la lucha de su abuelo, evidenciando la necesidad de transmitir la memoria. «El arte es cambio», afirmó, llamando a usar los medios de comunicación de manera crítica y a imaginar cómo vivir sin el capitalismo.

Un encuentro para sembrar el mañana

El capitán Marcos cerró la mesa agradeciendo a los participantes y reconociendo los errores del encuentro como su responsabilidad. Destacó la creatividad de los jóvenes zapatistas y el impacto de las nuevas expresiones artísticas, como el punk, en las comunidades. «Queremos agradecerles la mirada que trajeron, esperamos que nuestra mirada les haya servido», dijo, dejando abierta la pregunta de si el arte zapatista producirá un efecto en los asistentes.

El encuentro «(Rebel y Revel) Arte» no solo fue un espacio de diálogo, sino un acto de resistencia cultural que desafió al sistema capitalista con creatividad, comunidad y esperanza. Como afirmó Dimitri, «el mañana se siembra hoy», y en Chiapas, las semillas del arte rebelde ya están germinando para el día después.

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