Aviesos intereses de Morena, en cancelación del metrobús Durango

Por Jesús Yañez Orozco

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 23 de junio de 2019.- Casi nadie imagina las consecuencias de una medida populista. En un hecho insólito en la vida política de México, durante los últimos cinco días ha estado presente en los discursos de las conferencias mañaneras del presidente, Andrés Manuel López Obrador, directa o indirectamente,  la cancelación –en consulta a mano alzada, el pasado 17 de junio— del metrobús Durango, en Gómez Palacio.

También, por la forma atrabiliaria que ocurrió la derogación, durante la semana pasada, la noticia fue destacada en espacios informativos en la industria mediática –prensa escrita, radio y televisión–, redes sociales. Y causó escozor social. 

Sobre todo porque tenía tufo a alcantarilla lo que se llama «orquestación», en contra del gobernador de Durango, José Rosas Aispuro. Tres mil –todo indica acarreados–  de los ocho mil asistentes, pancartas con la palabra «corrupción», levantaron la mano para abolición del proyecto.

Historia donde subyacen aviesos intereses económicos y políticos de la alcaldesa electa de Gómez Palacio, Alma Marina Vitela –hoy militante de Morena–, ex priista, del grupo del ex gobernador Herrera Caldera. 

Desde que asumió el poder, López Obrador suele tener una doble moral con los gobernadores de otros partidos. Los alaba, pero desacredita de palabra y obra. Fue el caso de José Rosas Aispuro, del Partido Acción Nacional.

AMLO, en sentido estricto, parecer no tomar conciencia de las consecuencias negativas de su acto. Incluso amenazó con mantener su política de consultas a mano alzada, porque –según él– algo similar se hacía en la antigua Grecia.  

El pasado 17 de junio, en fugaces 31 segundos, el mandatario –en el acto más polémico desde su toma de posesión, el pasado 1 de diciembre–, echó por la borda una inversión de  mil 500 millones de pesos en inversión –entre pública y privada–, la cancelación del dicha vía, ante el incordió del gobernador, Rosas.

Entre otras cosas, López, nunca valoró que resultarán afectados más de un millón 300 mil habitantes. Ni que la obra llevaba cuatro años de avance.

Ahora, su cancelación ampliará la brecha en el desarrollo de ambas partes del Río Nazas. Y entorpecerá los esfuerzos para una mayor unión de una de las principales zonas metropolitanas, no sólo de la región, sino del país.

Aquí una radiografía de lo que significaría la construcción de esa magna vía interestatal.

 Aunque el tramo en La Laguna de Coahuila (Torreón y Matamoros) ya está a meses de ser terminado, cancelar la expansión del Metrobús Laguna a Gómez Palacio y Lerdo significa mantener el perverso estatus quo del transporte conurbado en la región: un sistema deficiente, caótico, chatarra, manejado por un pequeño grupo de concesionarios que ahora se sabe protegido por el presidente, publica la página web Noticaribe.com, con información de la agencia Reforma.

Resultarán afectados más de un millón 369 mil 939 habitantes de los municipios de Matamoros y Torreón, en Coahuila, y Gómez Palacio y Lerdo en Durango, a los que daría servicio el Metrobús.

El Metrobús Laguna es un proyecto que fue propuesto hace unos 10 años para establecer una ruta Matamoros-Torreón-Gómez Palacio-Lerdo. Atravesaría la zona metropolitana de La Laguna.

Y es, por mucho, el mayor proyecto de transporte masivo en la historia de la región, modelado en lo que el propio López Obrador inició en la Ciudad de México, a principios del presente siglo, y luego emularon ciudades medias como Chihuahua y León.

La ruta pretendía ordenar el transporte público y dar una opción fluida a quienes deben usar transporte público para viajar entre Coahuila y Durango.

Bajo el actual sistema, una persona que va de Torreón a Gómez Palacio debe tomar uno o varios autobuses al poniente de Torreón. Ahí transbordar a una de las dos rutas de los llamados Torreón-Gómez-Lerdo (“rojos” o “verdes”) que son los únicos que pueden cruzar entre Coahuila y Durango.

Con el valor agregado del riesgo de asaltos a transporte de pasajeros en todo el país, que tiene en jaque a los usuarios. Cada vez son más alarmantes las estadísticas  de este tipo de atracos.   

Imaginemos que una persona que quiere ir de Ecatepec, Estado de México, a algún punto de la Ciudad de México debe tomar uno o varios autobuses al metro Toreo y ahí transbordar para tomar sólo una de dos líneas autorizadas a entrar en la Ciudad de México.

Ese absurdo se vive todos los días en La Laguna.

El Metrobús haría más fluido el transporte de miles de personas y eliminaría el pésimo servicio de los “rojos” y “verdes” controlados por unos cuantos concesionarios de Durango. Además, sería el primer intento para armonizar el caótico transporte público en la zona metro de La Laguna.

El Metrobús Laguna se empezó a etiquetar en el Presupuesto federal hace cuatro años. Pero sólo Coahuila comenzó a ejercer el dinero para el eje Matamoros-Torreón. “El gobierno de Durango se ha pasado los últimos años poniéndole trabas”, según la publicación.

La cronología de la obra en el lado de Coahuila da una idea de la apatía en Durango.

En Torreón, el proyecto ejecutivo se hizo en 2014, cuando en Durango era Gobernador Jorge Herrera Caldera. La obra inició en noviembre de 2016, dos meses después del relevo en la gubernatura y la llegada de Rosas Aispuro.

De acuerdo con versiones periodísticas, tanto Herrera Caldera como Rosas Aispuro se opusieron al Metrobús.

 Según la agencia Reforma, esto se deduce porque durante años en Durango no se trazó una línea sobre papel para proyectar la ruta Gómez Palacio-Lerdo. Ambos evitaron incomodar a los grupos de interés que controlan concesiones de transporte, agrega ese medio informativo.

“Aispuro se asume ahora como defensor del Metrobús sin reconocer que durante tres años no movió un dedo, y culpa a la Alcaldesa electa de Gómez Palacio, Alma Marina Vitela (hoy de Morena, pero ex priista del grupo del ex Gobernador Herrera Caldera) de haber orquestado el teatro de la mano alzada del domingo”, argumenta Reforma.

Y reflexiona:

“Vitela lo niega, pero el hecho de que durante su campaña se mantuvo escondida de los medios, sin dar entrevistas, nunca se pudo conocer su verdadera opinión sobre el transporte metropolitano”.

Añade  que, “quien haya insinuado a López Obrador que había oposición al proyecto nos deja con dos escenarios: o el Presidente fue manipulado por autoridades locales serviles a una mafia de transportistas o él mismo está protegiendo esa mafia de concesionarios”.

O ambas.

Esto ocurre a días de que López Obrador se reunió con empresarios laguneros a quienes expresó que entendía muy bien la problemática local. Lo que ha hecho con el Metrobús Laguna indica lo contrario, pues ignora la realidad del transporte masivo en la región. La buena disposición de la semana pasada ahora se ve con escepticismo.

López Obrador argumentó –el día de la suspensión del Metrobús–, que hay otras necesidades como el abasto de agua o la terminación de un hospital para cubrir con el dinero de un Metrobús.

“Es cierto, pero hay un par de detalles”, agrega Reforma.

Sobre el hospital, precisa, los retrasos se deben al mal ejercicio del presupuesto federal por el anterior y el actual gobierno del Estado. Si hay actos de corrupción, no se han sancionado.

 El tema del agua, un problema para organismos operadores, son los aumentos de tarifas que la Comisión Federal de Electricidad cobra por la extracción en las norias, que han absorbido presupuesto para obras que mejoren el abasto. Este problema se ha agudizado en el último año y la CFE ha puesto oídos sordos. Si bajan las tarifas se liberaría dinero para mejorar el sistema de agua.

AMLO  descarriló el metrobús de Durango.

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