Bioterrorismo

Foto: Especial

Por José Sobrevilla

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 04 de abril de 2020.- Ahora que tenemos tiempo, podríamos sentarnos y revisar temas poco comentados en torno al Coronavirus o Covid19, pero que inundan de desinformación las redes sociales; porque ahora resulta que en plena era de la información, la capacidad que tenemos para reenviar notas es tal que nos abruma de datos, la mayoría de ellos falsos y otros medias verdades. Por ejemplo, ¿Cómo está eso de que el Coronavirus es parte de una estrategia mundial de las grandes potencias para ajustar la población adulta del planeta, y que ahora –con los adelantos médicos– tienen un promedio de vida más alto y que económicamente son un riesgo para varias empresas y gobiernos?

Con datos existentes en Internet, y los que diariamente circulan por whatsapp y correo, trataremos de ir dando un poco de luz, empezando por las declaraciones del portavoz de la cancillería china, Zahao Lijian cuando publicó en Twitter, el 13 de marzo pasado, que el ‘paciente cero’ en la pandemia que vivimos, pudo haber venido de los Estados Unidos, y no de la metrópoli china de Wuhan.

Esto porque, de manera secreta, el gobierno estadounidense, había hecho desde 2016 depósitos de equipos de emergencia (Hay en algún lugar, un sistema extenso de instalaciones de almacenamiento del gobierno tan secreto que no se puede decir al pueblo estadounidense dónde está o qué se guarda en ellos, ha asegurado el columnista Tyler Durden[1]); se trata de suministros médicos, productos de primera necesidad y millones de dosis de vacunas contra agentes de bioterrorismo, en una operación llamada ‘Strategic National Stockpile’, con los Centros Secretos del Control y Prevención de Enfermedades para sobrevivir en caso de una pandemia[2].

“¡Sé transparente! –dijo Lijian en su tuit– ¡Haz públicos tus datos! ¡Estados Unidos nos debe una explicación!”, lo que provocó un escándalo en las redes sociales chinas (y del globo), a lo que Trump respondió simplemente “El mundo paga un alto precio por lo que hicieron en China al no informar a tiempo el brote del ‘Virus Chino’”.

Cuando Donald Trump ganó recién la presidencia, el magnate de Microsoft, Bill Gates, llegó a tener hasta tres reuniones con el nuevo mandatario donde le comentó la posibilidad de una pandemia mundial. “Es un ataque bioterrorista para el cual es necesario ir financiando una investigación para crear una vacuna universal contra las cepas de la influenza”. Arrogante y despreocupado, el presidente norteamericano le indicó que se reuniera con los científicos del departamento de salud y servicios humanos ‘para seguimiento’, a ellos tampoco les interesó.

No. No era la primera vez que Gates se relacionaba con el tema. En 2015 había alertado también al gobierno de su país, en charla con ‘Tecnología, Entretenimiento y Diseño’ (TED), alertando que las futuras guerras serían biológicas y devastarían grandes poblaciones, por lo que sugería a los gobiernos invertir en este ámbito.

En días pasados, el dueño de Microsoft recomendó tres pasos para combatir el COVID-19: uno, en encerramiento obligatorio hasta que el número de casos empiece a disminuir; dos, Intensificar el número de pruebas, mismas que su demanda llegará a exceder su oferta. Y tres, apostar por tratamientos y una vacuna, “Todavía creo que si tomamos las decisiones correctas ahora, informados por la ciencia, los datos y la experiencia de los profesionales médicos, podemos salvar vidas y hacer que el país (EEUU) vuelva a trabajar”[3].

Antes del primer caso de coronavirus en Wuhan, el 21 de diciembre de 2019, el Centro de Biodefensa Civil de la Universidad Johns Hopkins, el Foro Económico Mundial de Davos, la Fundación Melinda y Bill Gates y 15 expertos mundiales en negocios, gobiernos y salud pública, financiaron el 18 de octubre 2019, un simulacro de preparación ante una pandemia de coronavirus en New York, que llamaron “Evento 201”[4].

Participaron Avril Haines, exdirectora adjunta de la CIA; Adrian Thomas, vicepresidente de Johnson y Johnson; Stephen Redd, director adjunto del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, y George Gao, director del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China.

El Centro de Investigación sobre Globalización ha recalcado que el ‘Evento 201’ fue convocado por tres organizaciones neomalthusianas: la Universidad Johns Hopkins –a través del Centro para la Seguridad de la Salud, vinculado a los multimillonarios Bloomberg y Soros–, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates.

¿Cómo justificaron este simulacro?

Argumentando que el mundo ha padecido ya varios eventos epidémicos, un promedio de 200 al año, y que han sido perjudiciales a la salud, las economías y la sociedad, agotando la capacidad global; por lo que “sería cuestión de tiempo para que las pandemias se volvieran globales”; lo que requeriría una cooperación confiable entre varias industrias, gobiernos nacionales e instituciones internacionales clave (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y el Banco Central Europeo (BCE), entre otros), todo ello sucedió justo un mes antes de la declaración del primer caso en China.

Un virus que ¿mata viejitos?

Tal vez sea coincidencia, pero en abril de 2012 el FMI alertaba ya sobre el ‘riesgo de longevidad’ y sus ‘costos financieros’ para gobiernos a través de planes personales de jubilación y los sistemas de seguridad social, afectando a empresas con procedimientos de prestaciones jubilatorias definidas, compañías de seguros que venden rentas vitalicias y a particulares sin prestaciones jubilatorias garantizadas.

No es secreto que el aumento en la esperanza de vida ha convertido la longevidad en un problema inasumible económicamente para las instituciones que proporcionan pagos vitalicios como fondos de pensiones y proveedores de rentas vitalicias. Los presupuestos públicos sufren grandes tensiones, mientras que los fondos de pensiones y los ahorradores particulares se enfrentan al reto de financiar jubilaciones más largas.

“Activos seguros: ¿piedra angular del sistema financiero?” fue el título que dio el FMI a su informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR), dado a conocer en abril de 2012; Ahí recomendaban a los gobiernos reconocer que se encuentran expuestos al ‘riesgo de longevidad’; adoptar métodos para compartir mejor el riesgo con organizadores de planes de pensiones del sector privado y particulares; promover el crecimiento de los mercados para la transferencia del riesgo de longevidad, y divulgar mayor información sobre ésta y la preparación financiera para la jubilación.

Justamente el 22 de marzo pasado ‘Actualidad RT’, la página de Rusia Hoy, informaba que un médico israelí (Gai Peleg) había denunciado que en Italia se habían dado órdenes de limitar la ayuda a los pacientes de Covid-19 mayores de 60 años. Ello debido al aumento de enfermos y a la falta de respiradores artificiales.

El columnista Enrique Serbeto difundió (ABC-Sociedad 31/03/2020, España, que la Sociedad Belga de Gerontología y Geriatría había instruido a los médicos que ejercen en residencias de la tercera edad del país que, en caso de contagio por coronavirus de algún anciano, no lo trasladaran a un hospital, sino que privilegiaran la administración de cuidados paliativos en su propia residencia, sobre todo a residentes débiles que se considere que el coronavirus puede serles fatal; recomendación dirigida también a familias de pacientes con alzheimer o que pueden fallecer a lo largo de este año.

Mientras Nicolás Maduro, retomando a Sirio Quintero –“científico venezolano”– consideraba que “el coronavirus estaba diseñado en laboratorios para atacar específicamente órganos del cuerpo humano de razas chinas y etnias latinoamericanas”, investigadores del Instituto Scipps difundían en ‘Nature Medicine’ que “la composición genética del virus dejaba claro que no se trataba de una mezcla de virus conocidos, como podría esperarse si hubiera sido ‘fabricado’ por el ser humano.

Sin embargo, “el truco no está en los infectados”, ha venido asegurando la doctora argentina Concepción “Chinda” Brandolino, médica clínica, homeópata, legista y forense, que en La Plata preside la ONG Pro-Familia y Acción por la vida. Ella, además de asegurar que efectivamente es un virus modificado (bioterrorismo), la curación nos lleva necesariamente a que tengamos que vacunarnos de forma obligatoria, tal y como los países desarrollados han impuesto a los países latinos y que en esas vacunas está inserto un control para el crecimiento poblacional. Esto lo ha difundido el canal CanalTLV1 (Toda la Verdad) quien tiene 119,000 suscriptores y puede revisarlo en esta liga.

Desinformación que mata.

“Más de 300 iraníes murieron como consecuencia de la mala información, no del coronavirus que se expande por todo el mundo, sino que consumieron metanol creyendo que así podrían eliminar los males que causa el COVID-19 y curarse en forma definitiva”[5], documentó Laureano Pérez Izquierdo, columnista de Infobae. Y es cierto, cientos de mensajes vía whatsapp han circulado irresponsablemente dando soluciones, estableciendo a la cepa un origen bioterrorista, adjudicando datos falsos a líderes de opinión, sin contar los a veces divertidos memes. Todo ello mete ruido a la seriedad del problema y a las reales medidas que hay que tomar para evitar su contagio.

“La sobreexposición informativa sobre el coronavirus está plagada de noticias falsas, bulos o teorías conspirativas. La desconfianza se ha convertido en la nueva realidad. Desconfianza en la ciencia y en las instituciones, en las narrativas oficiales. No hay vacuna informativa capaz de superar, en estos momentos, la fuerza viral de la desinformación generada en torno a una pandemia que ha amplificado las vulnerabilidades de un mundo conectado física y comunicativamente. Pero ¿quién y qué intereses se esconden detrás de esta desinformación?”[6] publicó el Barcelona Centre for International Affairs.

Algunas fuentes:

  1. https://www.eluniversal.com.mx/opinion/rafael-medina-martinez/el-coronavirus-bioterrorismo-accidente-o-zoonosis
  2. https://mundo.sputniknews.com/firmas/202003161090793054-coronavirus-una-guerra-sin-soldados/
  3. https://www.globalizacion.ca/simulacro-nueva-york-pandemia-coronavirus-prediccion-bill-gates/
  4. https://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/gfsr/2012/01/pdf/presss.pdf
  5. https://www.abc.es/ciencia/abci-herramienta-para-saber-si-coronavirus-origen-natural-o-esta-fabricado-hombre-202003272127_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
  6. https://www.abc.es/sociedad/abci-belgica-pide-dejar-morir-ancianos-fuera-hospital-202003310347_noticia.html#vca=rrss&vmc=abc-es&vso=fb&vli=cm-general&_tcode=Zm1sZHAy
  7. https://www.youtube.com/watch?v=m3mc5qYI1bk&feature=share&fbclid=IwAR0B6gupQOUxScltJdD3mpjWPeguZcgIhK38tMiHOJ8Nxh7ZhAbeOsC9tYE
  8. https://mexico.as.com/mexico/2020/03/30/tikitakas/1585543002_580519.html  
  9. (imagen)http://www.aparagon.org/otrasnoticias/las-ii-jornadas-sobre-bioterrorismo-de-la-usj-trataran-de-la-sociedad-y-los-medios-de-comunicacion-ante-el-terrorismo-de-causa-biologica/  

[1] https://www.zerohedge.com/political/government-has-been-secretly-stockpiling-pandemic

[2] El inventario incluye millones de dosis de vacunas contra agentes bioterroristas como la viruela, antivirales en caso de una pandemia de gripe mortal, medicamentos utilizados para tratar enfermedades y quemaduras por radiación, antídotos de agentes químicos, suministros para el cuidado de heridas, líquidos intravenosos y antibióticos. (https://www.zerohedge.com/political/government-has-been-secretly-stockpiling-pandemic)

[3] https://www.infochannel.info/bill-gates-tres-pasos-para-combatir-el-covid-19

[4] Conclusiones del “Evento 201”, puntos a seguir.

  1. Alianzas entre gobiernos, organizaciones internacionales y empresas para planificar las capacidades corporativas esenciales.
  2. Creación de contramedidas médicas que permitan una distribución rápida y equitativa de medicamentos y recursos.
  3. Buscar mantener los viajes y el comercio activos
  4. Proporcionar recursos y apoyo para el desarrollo vacunas, terapias y diagnósticos.
  5. Que las empresas globales reconozcan la carga económica y hacer planes que les permitan estar mejor preparadas.
  6. Las organizaciones internacionales deberían priorizar la reducción de impactos económicos.
  7. Desarrollar métodos para combatir la información errónea y las ‘Fake News’.

[5] https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/30/el-peligro-de-los-audios-de-whatsapp-en-tiempos-del-coronavirus/

[6] https://www.cidob.org/es/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/seguridad_y_politica_mundial/coronavirus_infodemia_y_desinformacion

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