Choques violentos tras una marcha en el centro de Hong Kong

Foto: Kin Cheung / AP

Por Eileeng Ng y Phoebe Lai

AP. Hong Kong. 15 de septiembre de 2019.- La policía lanzó el domingo agua teñida de azul y gases lacrimógenos contra manifestantes que lanzaron bombas incendiarias ante el complejo del gobierno local, en un nuevo brote de violencia después de que miles de manifestantes prodemocracia marcharan por el centro de la ciudad desafiando una prohibición policial.

Activistas enmascarados y vestidos de negro, mezclados con familias con niños, tomaron las calles de la zona comercial de Causeway Bay y marchó unos dos kilómetros (1,2 millas) hacia el distrito financiero Central. Algunos ondeaban banderas británicas o estadounidenses, mientras que otros llevaban carteles que recogían sus peticiones de reformas democráticas.

La policía había rechazado una petición del Frente Civil de Derechos Humanos para celebrar la manifestación, pero eso no disuadió a la gente, como lleva ocurriendo todo el verano.

“Creo que este es nuestro deber. El gobierno quiere bloquearnos con la prohibición, pero quiero decir que la gente no tendrá miedo”, dijo Winnie Leung, de 50 años y asistente a la manifestación.

La marcha afectó al tránsito y muchos comercios, como los grandes almacenes Sogo, cerraron sus puertas. Algunos manifestantes emplearon conos de tráfico, cercas de metal y contenedores de basura para levantar barricadas.

Los manifestantes quemaron banderas chinas y rompieron carteles que felicitaban al gobernante Partido Comunista chino, que celebrará su 70mo año en el poder el 1 de octubre. En escenas ya familiares, algunas personas rompieron ventanas y cámaras de vigilancia en una salida de metro.

Después, cientos de personas acudieron al edificio del gobierno, donde lanzaron ladrillos y bombas incendiarias por encima de las barreras policiales. La policía respondió con rondas de gas lacrimógeno y empleando un cañón de agua para arrojar agua con un tratamiento químico y un líquido teñido de azul para identificar con más facilidad a los manifestantes, repitiendo las escenas de confrontaciones de las últimas semanas de protestas.

Los manifestantes se retiraron, para reagruparse después en el cercano barrio de Wan Chai, donde encendieron hogueras frente a una estación de metro y en la calle. Más tarde volvieron a huir ante el avance de la policía antimotines.

La policía había advertido en un comunicado que la asamblea era ilegal e instó a los manifestantes a “detener sus actos ilegales”.

Las protestas comenzaron en junio por una propuesta de ley sobre extradiciones que muchos vieron como un ejemplo de la creciente intrusión china y la erosión de las libertades y derechos en Hong Kong, que a menudo no se extienden a la China continental.

El gobierno prometió este mes retirar la ley, que habría permitido enviar a algunos sospechosos de delitos a la China continental para juzgarlos allí, pero los manifestantes han ampliado sus demandas para incluir elecciones directas al jefe de gobierno del territorio y que la policía rinda cuentas por sus acciones.

Durante el verano de protestas se han visto cada vez más choques entre los manifestantes y la policía hongkonesa, a la que los activistas acusan de abusos. Más de 1.300 personas han sido detenidas desde junio.

Los disturbios han golpeado la economía de Hong Kong, que ya sufría por la guerra comercial entre Washington y Beijing. También se han visto como un bochorno para el gobernante Partido Comunista chino, que ha acusado a potencias extranjeras de avivar el descontento.

Antes el domingo, cientos de manifestantes se congregaron ante el consulado británico en Hong Kong, redoblando las peticiones de apoyo internacional para su movimiento.

Los asistentes ondeaban banderas británicas, cantaron “God save the Queen” y corearon “Gran Bretaña, salva a Hong Kong”. Con carteles que declaraban que el concepto de “un país, dos sistemas está muerto”, insistieron en pedir a la exmetrópoli colonial que garantice que se respeta la autonomía de la ciudad, acordada en la devolución de Hong Kong a China en 1997.

Se han celebrado marchas similares ante la delegación británica, el 1 de septiembre, y el consulado estadounidense, el fin de semana pasado.

La policía también prohibió una marcha del Frente Civil de Derechos Humanos el pasado 31 de agosto, pero la gente acudió de todos modos. Esa noche se produjeron choques violentos, en los que la policía irrumpió en un vagón de metro y empleó porras y aerosol de pimienta contra los pasajeros.

Manifestantes prodemocracia y defensores del gobierno central en Beijing chocaron el sábado en un centro comercial y otros espacios públicos. La policía detuvo a más de una docena de personas y 25 resultaron heridas, según responsables hospitalarios.

La violencia en medio de las celebraciones tradicionales de mediados de otoño llegó tras varias noches de actos pacíficos, como congregaciones masivas para cantar una nueva canción protesta en centros comerciales. Además, miles de personas llevaron faroles con mensajes a favor de la democracia en espacios públicos y formaron cadenas humanas iluminadas en dos de los picos de la ciudad el viernes por la noche coincidiendo con un importante festival chino.

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