Cuajimalpa, tierra de elefantes blancos 

Por Ameyali Flores

Por Ameyali Flores

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 21 de noviembre de 2023.- En nuestros pueblos se encuentran vestigios de decisiones pasadas que nos exigen reflexionar sobre el futuro. La vorágine de obras y remodelaciones, en apariencia prometedoras, han dejado tras de sí un rastro de elefantes blancos. Obras majestuosas en su concepción, pero ineficaces en su ejecución y mantenimiento.

En la Ciudad de México los ejemplos son bastos, hablemos de Cuajimalpa, alcaldía gobernada por Adrián Rubalcaba durante tres periodos, en este territorio tenemos iniciativas que se han convertido en monumentos al derroche, destinados a la desidia y el olvido.
La Fosa de Clavados o el Centro Cultural Nacional Pedro Infante, se revela una lamentable realidad. La inversión inicial de 33 y 15 millones de pesos en cada caso, no se traduce en un beneficio palpable para la comunidad. Estos espacios, destinados al deporte y a la cultura, languidecen en el abandono.
El parque infantil tras la alcaldía, apadrinado por la comunidad judía, es otro ejemplo triste de este fenómeno. A pesar de múltiples rehabilitaciones, el estado de abandono persiste, dejando a los niños sin un lugar digno para jugar, por el contrario, el espacio está lleno de indigentes que orinan los pocos espacios disponibles.
La negligencia también se manifiesta en la Central de Emergencias, carente de personal esencial durante el turno nocturno, a pesar de los 15 millones de pesos que costó. La necesidad de atención médica no espera a que salga el sol, y la falta de recursos humanos en momentos cruciales es inaceptable.
También hay proyectos inconclusos y defectuosos. La falta de alumbrado y cuidado en el Jardín Miguel Hidalgo tras una inversión de cinco millones de pesos es, por decir lo menos, desconcertante. Asimismo, las recientes grietas en las banquetas remodeladas en la avenida Juárez, hace apenas un año, nos recuerdan que la calidad y la durabilidad no son el timbre de la administración.
Cuajimalpa necesita una reflexión profunda y un enfoque sensato. La voracidad por las nuevas obras relucientes no debe eclipsar la necesidad de atender y mantener lo que ya poseemos, como el edificio centenario del Museo Miguel Hidalgo en el que se pretende hacer un edificio administrativo. Los proyectos no deben ser solo una cuestión de estética y prestigio, sino de sustancia y significado para quienes los habitan.
Es imperativo que se realicen consultas efectivas, dando voz a los Pueblos Originarios y a la comunidad en general. Esta consulta debe ser más que un mero trámite; debe ser la vía para identificar prioridades reales, alineadas con las necesidades y deseos de los pobladores.
Cuajimalpa no es un distrito de lujo, no es Santa Fe. Los habitantes rechazan las obras de relumbrón como la “remodelación” de la fachada del edificio principal que “robó” su identidad.  Los habitantes exigen un enfoque responsable y pragmático hacia el desarrollo de su comunidad, donde cada peso invertido se traduzca en un beneficio duradero y tangible para todos. Es hora de dejar de edificar castillos en el aire y comenzar a fortalecer nuestros cimientos y raíces.
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