Del luto a la desazón y el deseo de vivir, las huellas de la pandemia en México
Foto: Pedro Pardo / AFP
Por Sofía Miselem
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de agosto de 2020.- El dolor por la partida repentina, la vuelta a la vida desde el umbral de la muerte, la osadía de salvar a otros, el desasosiego por un futuro incierto. La pandemia en México deja hondas huellas.
Aquí cuatro testimonios de la crisis, cuando el país -de 128,8 millones de habitantes- llegó a 50.517 muertes, que lo convierten en el tercero más enlutado después de Estados Unidos y Brasil.
La pérdida
José Pérez, panadero de 40 años, pasó de la incredulidad al luto. “Pensábamos que no existía o que exageraban, hasta que nos enfermamos y murieron mis dos hermanas”, cuenta.
Vive en Iztapalapa, la alcaldía de Ciudad de México más golpeada por la epidemia. En un mismo terreno están las casas de cinco hermanos. En mayo, todos enfermaron. Adriana, de 43 años, y Guadalupe, de 48, fallecieron.
“Fue muy duro, no sé qué pasó con ellas, no sé por qué no reaccionaron, ¡rápido que se fueron!”, se lamenta Pérez, confrontado también a la angustia de ver a otros enfermar.
“Dos de mis hijas tuvieron síntomas leves y mi mamá más fuertes, pero aguantó y eso que tiene 75 años”.
Tras morir Guadalupe en un hospital público de la zona, entre las más deprimidas de la capital, decidieron enfrentar la enfermedad en casa.
“Ese hospital es una porquería, aunque no traigas el virus, nomás entrar te mueres”.
Apego a la vida
Mario Landetta, ginecólogo de 60 años, pasó tres semanas hospitalizado por covid-19. Cuando recuperaba la conciencia, creyó estar secuestrado y entonces se descubrió bocabajo y entubado. Deliró durante 48 horas.
“Empecé a tener sentimientos paranoicos, creí que estaba secuestrado, que tenía siete meses internado. Sentía el tubo en la traquea, me lo quería quitar”, recuerda.
Aislado en casa una semana después de salir del hospital, habla decidido, pero se mueve trabajosamente y requiere oxígeno.
“Estuve muy cerca de morirme, pero estoy aquí”, dice.
No teme volver a trabajar a la clínica, pese al riesgo de enfermar nuevamente en un momento en que los contagios suman 462.690 en todo el país. “La vida sigue, no puedes meter la cabeza en un hueco como avestruz”.
Solidaridad
Su hermano Alberto Landetta, de 53 años y también médico, siempre tiene cerca una máscara con filtro de aire, una careta y guantes.
“Me avisan que llega un paciente con síntomas de covid-19, lo mandan a una zona especial, sólo entro yo y estoy listo en segundos”, relata.
Pese a su tabaquismo y sobrepeso, decidió atender a pacientes sospechosos de portar el nuevo coronavirus en una clínica de su familia, en la segunda alcaldía con más contagios de la capital.
Les realiza pruebas y, de ser necesario, los remite a un hospital.
“En la zona hay centros médicos donde dicen ‘no se acepta a pacientes con problemas respiratorios’. ¡Alguien los tiene que ver! Esta clínica tiene más de 50 años, la gente confía en ti, tenemos que retribuirlos”, justifica.
Tres de sus pacientes regulares han fallecido y ante el riesgo de contagiarse cambió sus hábitos. “Dejé de fumar y bajé 12 kilos”.
Desazón
La canasta de los tacos que vendían en la calle Daniel Sánchez, de 22 años, y su madre está vacía desde que se prohibió el comercio informal en la zona de alto contagio donde viven en Ciudad de México.
El dinero empezó a escasear y Daniel tuvo que retirarse de la universidad. Ahora ve su futuro con desaliento.
“Estoy muy desanimado, siento que no hay nada que hacer, mi futuro lo veo incierto. Estudiaba para conseguir un buen trabajo, ahora no veo cómo”, dice con voz quebrada.
Al menos 10,4 millones de personas dejaron de laborar en el sector informal mexicano en medio de la crisis.
“Dejé la universidad, no me dieron descuento y era mucho dinero por clases ‘online’”, explica este musculoso amante del deporte.
En sustitución de los tacos intenta vender suplementos alimenticios entre conocidos del gimnasio. “Por la pandemia, gente con sobrepeso está preocupada y ahora hace ejercicio en casa y me buscan para que les venda”.