Denuncian ataques de paramilitares contra zapatistas en el sureste de México

Foto: Sáshenka Gutiérrez / EFE

EFE. Ciudad de México. 27 de agosto de 2020.- Más de 400 personas, entre ellas la cantante mexicana Julieta Venegas, exigieron este jueves en un manifiesto el «cese de agresiones y hostilidades» contra el Ejército de Liberación Nacional (EZLN), organización indigenista instalada en el suroriental estado mexicano de Chiapas.

Según relataron, el pasado sábado, paramilitares de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo «saquearon e incendiaron» el Centro de Comercio Nuevo Amanecer del Arcoiris, ubicado en Lucio Cabañas, un poblado zapatista ubicado en Ocosingo.

«Esta nueva agresión forma parte de la intensificación de la guerra de desgaste en el estado de Chiapas, caracterizada por el incremento de la violencia de grupos paramilitares y del crimen organizado», relata el documento titulado «Alto a la guerra contra lxs zapatistas».

Paralelamente, grupos de jóvenes se manifestaron por el centro de Ciudad de México bajo el lema «El EZLN no está solo» y pintaron consignas a los pies del emblemático Ángel de la Independencia.

Los firmantes del manifiesto, entre los que están Venegas, el dramaturgo Luis de Tavira, el cineasta Paul Leduc y el antropólogo Gilberto López y Rivas, hicieron un llamado «a la sociedad civil nacional e internacional a suscribir la denuncia de estos hechos».

Además, exigieron «el cese de las agresiones y hostilidades» contra los zapatistas y la «destrucción» de sus espacios comunitarios, donde los indígenas residen bajo sus propias normas y un sistema anticapitalista.

Y es que, según sostuvieron, el pasado 24 de febrero hubo un ataque similar perpetrado por la misma organización junto con integrantes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón.

Asimismo, aseguraron que el embate contra comunidades indígenas va más allá de Chiapas, puesto que «son constantes las denuncias de los pueblos originarios y sus organizaciones frente a la violencia de los grupos criminales, paraestatales y estatales» en México.

La exguerrilla que se levantó en 1994 para reivindicar los derechos de los indígenas ha sido muy crítica con los proyectos de infraestructuras ferroviarias que el presidente quiere impulsar en el sur del país, como el Tren Maya, y que los indígenas creen que provocarán el «despojo» de sus tierras.

El año pasado, López Obrador pidió en un mítin al EZLN dejar a un lado sus diferencias: «No nos peleemos, ya basta de divisiones».

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