Diputados inscriben con letras de oro “Al Movimiento Estudiantil de 1968″
Foto: Diego Simón Sánchez / Cuartoscuro
Notimex. Ciudad de México. 02 de octubre de 2018.- Con letras de oro quedó inscrita para la posteridad la leyenda: «Al Movimiento Estudiantil de 1968» en el Muro de Honor de la Cámara de Diputados, durante una sesión solemne para conmemorar el 50 aniversario de los hechos del 2 de octubre.
Luego de que los líderes de las ocho bancadas que integran el Palacio Legislativo de San Lázaro develaron la inscripción en letras de oro, el pleno e invitados gritaron: «¡2 de octubre, no se olvida!», y de inmediato los diputados, entre aplausos, lanzaron porras a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y al Instituto Politécnico Nacional (IPN), frente a sus respectivos titulares.
Los legisladores también iniciaron la cuenta progresiva del uno al 43 para recordar a los estudiantes de Ayotzinapa y reclamaron: «Vivos se los llevaron, vivos los queremos».
El rector de la Universidad Nacional, Enrique Luis Graue Wiechers, calificó de afortunada la decisión de los legisladores de inscribir con letras de oro en el Muro de Honor de San Lázaro la leyenda: «Al Movimiento Estudiantil de 1968».
Durante su intervención se escuharon gritos: «¡Fuera porros de la Universidad!», y el rector afirmó que la democracia, la libertad y la justicia fueron las aspiraciones de este movimiento.
«Fue un grito de rebeldía contra el autoritarismo y represión de un Estado insensible a los vientos de cambio que soplaban ya en diversas partes del mundo; una lucha por disentir y por la libertad de expresión; por el respeto a las instituciones educativas y por el deseo de transformar nuestra sociedad», dijo.
Advirtió que desde entonces, esas voces han resonado en nuestra sociedad, sacudiendo conciencias e invitando a los mexicanos a participar.
Ante diputados de todos los colores partidistas, Graue Wiechers afirmó que esas repercusiones alcanzaron al pasado 1 de julio, cuando la ciudadanía decidió buscar nuevo rumbo, dejar atrás viejas prácticas, y aspirar a un futuro mejor y más justo.
Señaló que las recientes manifestaciones de los universitarios tienen también esa esencia, la juventud quiere seguridad y esperanza, requiere expresarse y ser escuchada.
El director del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, afirmó que el movimiento de 1968 tuvo enormes repercusiones en la vida nacional, ya que desencadenó la formación de una sociedad más consciente, con nuevas concepciones de gobierno.
Durante la sesión solemne precisó que quienes vivieron lo ocurrido hace 50 años fueron testigos de la evolución de la vida política en México, y gracias a ello actualmente existe tolerancia y respeto por las personas que piensan diferente, por lo cual es un justo reconocimiento develar la placa con la leyenda: «Al Movimiento Estudiantil de 1968».
«El movimiento de 1968 inició con una manifestación contra la represión, trascendió hasta convertirse en un hecho político de alcances nacionales y desencadenó el nacimiento de una sociedad más madura y consciente del valor de sus derechos, sobre todo, la garantía ineludible a la libertad de expresión», agregó.
Detalló que, en México, el movimiento estudiantil de 1968, encabezado por politécnicos y universitarios, compartía muchos de los ideales de la juventud de otros países y aspiraba a construir un país con nuevas concepciones del gobierno y la vida política, hacia un entorno sin violencia, con justicia, diálogo, respeto y tolerancia.
Expuso que recordar ese movimiento da la oportunidad de reflexionar acerca de la gran responsabilidad que el Estado y la sociedad mexicana han conferido tanto al IPN, como a la UNAM, para formar, de manera integral, a los mexicanos.
En un hecho sin precedente, desde la tribuna de San Lázaro, Félix Hernández Gamudi, representante del Comité 68, advirtió que en los hechos del 2 de octubre ni perdón ni olvido.
Reclamó justicia por los crímenes del Estado contra la juventud mexicana y que hoy, 50 años después, siguen impunes, y demandó la presentación con vida de los 43 jóvenes del caso Ayotzinapa, así como castigo a los agresores.