Ecuador: Moreno saca al ejército a las calles ante protestas
Foto: Dolores Ochoa / AP
Por Gonzalo Solano y Michael Weissenstein
AP. Quito, Ecuador. 13 de octubre de 2019.- El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó el despliegue de las fuerzas armadas en las calles y logró retomar el control de la capital, que vivió una violenta jornada en medio de protestas contra el incremento de los precios de los combustibles el sábado, cuando manifestantes encapuchados atacaron una televisora, un diario, vehículos particulares y bloquearon casi toda la ciudad.
Moreno anunció la imposición de un toque de queda a partir de las tres de la tarde, una medida anunciada horas después de que los manifestantes se apoderaran de diversos sectores de la capital y realizaran los ataques, que también afectaron las oficinas de la Contraloría.
El toque de queda “facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”, señaló el mandatario en su cuenta de Twitter.
La ministra del Interior, María Paula Romo, en entrevista con el canal de televisión TC, destacó que «hemos recuperado por completo el control en las zonas de la Contraloría y la Asamblea» y reconoció que fue un día «muy duro, muy difícil, lo que tuvimos hoy no se ha visto con anterioridad».
En el canal Teleamazonas, también dijo que “Quito tuvo un día muy difícil de mucha tensión y miedo para los ciudadanos … es lamentable la jornada que vivimos hoy, en esta jornada varios medios de comunicación sufrieron agresiones de extrema violencia”.
Ante la violencia y los actos de vandalismo de las últimas horas, uno de los máximos dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Leonidas Iza, pidió ayuda a las fuerzas armadas para «garantizar la paz y a regresar el orden constitucional».
Añadió que ese movimiento no va a caer “en las intenciones de ciertos grupos políticos que han intentado aprovecharse de la reacción del movimiento indígena del pueblo ecuatoriano”, aunque no hizo precisiones.
Entretanto la asambleísta de oposición Gabriela Rivadeneira, cercana al ex presidente Rafael Correa, se refugió en la embajada de México en esta capital.
Esa misión confirmó que la legisladora fue allí y aseguró que México cumplirá “su tradición diplomática” para “brindarle protección y resguardo” a Rivadeneira.
Sin embargo el canciller José Valencia señaló que ella “no se encuentra en este momento bajo ningún tipo de requerimiento judicial y por supuesto tampoco tiene ninguna otra razón para solicitar asilo político”. Como legisladora además tiene inmunidad.
El presidente de la Asamblea, César Litardo, en su cuenta de Twitter convocó a “no dar cabida a más confrontaciones, Ecuador es un país de paz que necesita trabajar. Hago un llamado a la unión, somos un solo país en el que los consensos deben primar”.
Habitantes de Calderón, un pueblo cerca de la capital, soltaron a decenas de policías y militares que habían capturado y llevado a los camerinos del estadio local. Romo confirmó que ese grupo de uniformados fueron liberados por un grupo táctico.
El diario El Comercio y el canal privado Teleamazonas fueron blanco de los ataques, mientras otros manifestantes bloquearon las vías al aeropuerto capitalino.
Las escenas de bloqueos con llantas, palos y montículos de tierra se generalizaron y aumentaron en violencia en toda la ciudad impidiendo el paso a vehículos particulares con agresiones con palos y piedras.
En otras áreas de la ciudad grupos de manifestantes se movilizaban en camionetas o a pie, con banderas y en medio de gritos de protesta.
El toque de queda fue inicialmente aplicado en Quito a partir de las tres de la tarde, pero luego el mandatario emitió un decreto para ampliarlo a todo el país y aplicarlo diario desde las ocho de la noche hasta las cinco de la mañana.
Moreno acusó a grupos de narcotraficantes y a seguidores de Correa de estar detrás de los actos violentos.
El presidente ha hecho varios llamados al diálogo y tras un rechazo inicial, líderes indígenas dijeron que estaban dispuestos a hacerlo, aunque la posibilidad de sentarse a la mesa se vio opacada por los hechos violentos.
A mediodía un grupo de encapuchados rompieron las puertas de la Contraloría del Estado, que custodia la documentación para procesar actos de corrupción. Los alzados destruyeron oficinas y documentos a su paso y provocaron incendios en varios pisos.
El contralor, Pablo Celi, en un vídeo entregado a algunos medios dijo que el ataque fue un acto “deliberado contra la memoria documental de los procesos de control del país y pone en evidencia los verdaderos objetivos de una conspiración planificada … (para) detener el juzgamiento y sanción de los responsables del asalto a los recursos públicos que tan severamente afectó a la economía nacional”
Añadió que los documentos sobre investigaciones de corrupción “han sufrido daños parciales”, pero aseguró que ello no afectará la acción de control.
El edificio, a mitad de camino entre la Asamblea y el sitio donde están apostados los manifestantes indígenas, están los documentos de respaldo de las investigaciones de corrupción, buena parte de ellas a ex altos funcionarios del gobierno de Correa (2007-2017).
Las protestas se caracterizaron hace casi dos semanas por mítines y manifestaciones en el sector centro norte de la capital, donde los manifestantes atacaron con piedras y palos a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
Miles de indígenas se mantienen concentrados en las instalaciones de la Casa de la Cultura y universidades cercanas desde donde han salido a protestas diarias.
Con una deuda de 64.000 millones de dólares y un déficit anual de 10.000 millones, el presidente Moreno ha decidido aumentar los impuestos, flexibilizar las leyes laborales y recortar el gasto público para poder obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.
Como parte de ese plan, Moreno eliminó un subsidio al precio de los combustibles el 2 de octubre, lo que hizo que la gasolina se elevara. El pánico y la especulación provocaron un alza enorme en los precios, y los costos de algunos productos _ las papayas y las tarifas de los autobuses rurales, por ejemplo_ se duplicaron o más.
Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana pasada, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo profundo de la Amazonía y desde los poblados en los Andes ecuatorianos.
A pesar de la difícil situación, Moreno ha dicho que no puede reanudar los subsidios a los combustibles. El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de su predecesor y exmentor, Rafael Correa.