EEUU debe dejar de detener a inmigrantes y de separar a los niños: ONU
Reuters. Ginebra, Suiza. 05 de junio de 2018.- Naciones Unidas pidió el martes a Estados Unidos que deje de detener a familias de inmigrantes irregulares y de separar a los niños en su frontera con México, argumentando que esa práctica contraría la ley.
Varios cientos de niños que cruzaron la frontera sur de Estados Unidos han sido puestos en custodia desde octubre de 2017, tras la entrada en vigor de un decreto aprobado por el presidente Donald Trump cuando asumió el cargo en enero de 2016, dijo la ONU.
«Estados Unidos debe detener inmediatamente esta práctica de separar familias y debe dejar de criminalizar lo que como mucho debería ser un delito administrativo, de ingreso o permanencia irregular en Estados Unidos», dijo la portavoz de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, durante una comparecencia del Ginebra.
«Entrar al país sin los papeles relevantes no debería ser una ofensa criminal (…) así que esta gente no debería ser detenida», afirmó, agregando que algunos niños son muy pequeños, incluso uno de solo un año.
La pobreza, así como el aumento de la violencia de las bandas criminales y los narcotraficantes ha empujado a cientos de miles de centroamericanos a intentar cruzar de manera ilegal la frontera estadounidense o a buscar asilo en el país.
Funcionarios dijeron hace una semana que el gobierno de Trump comenzará a procesar pronto las huellas digitales de los padres que reclaman la custodia de niños que entraron ilegalmente a Estados Unidos sin un familiar adulto, una situación que generó críticas por el posible abandono de menores por parte de quienes temen ser identificados y deportados.
Al preguntársele por comentarios de altos funcionarios estadounidenses que dijeron que es normal separar a los niños de padres en custodia, Shamdasani dijo que «no hay nada normal en la detención de niños. La detención nunca es beneficiosa para los niños y constituye siempre una violación a sus derechos».
La mayoría de las personas que cruzan la frontera del sur de Estados Unidos proviene de Guatemala, Honduras y El Salvador, donde la violencia rampante les daría el derecho a protección internacional, dijo el portavoz de la agencia de refugiados de la ONU, William Spindler.