El populismo tropiezan ante la pandemia

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AP. Ciudad de México. 23 de julio de 2020.- Los países que lideran las estadísticas de muertos por COVID-19 en todo el mundo no son los más pobres, ni los más ricos, ni siquiera los más densamente poblados. Pero tienen una cosa en común: líderes populistas y poco convencionales.

El populismo en política implica aprobar medidas populares entre “el pueblo”, y no entre las élites y los expertos. Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en Gran Bretaña y Jair Bolsonaro en Brasil, así como Narendra Modi en India y Andrés Manuel López Obrador en México, han llegado al poder en países democráticos desafiando el viejo orden, prometiendo ayudas sociales a las masas y rechazando a las instituciones tradicionales.

Pero resulta que cuando se trata de combatir una nueva enfermedad como el COVID-19, las políticas de los populistas están teniendo pobres resultados en comparación con las de países con modelos democráticos liberales como Alemania, Francia o Islandia en Europa, y Corea del Sur o Japón en Asia.

Los académicos ya habían expresado su preocupación por que la democracia liberal, el sistema político que ayudó a derrotar el fascismo en la Segunda Guerra Mundial, creó instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud y parecía haber triunfado en la Guerra Fría hace tres décadas, pudiera hacer frente al nuevo populismo y abordar los complejos desafíos del siglo XXI.

El nuevo coronavirus ha dejado en evidencia ese dilema.

“Esta es una crisis de salud pública que requiere conocimientos y ciencia para resolverse. Por naturaleza, los populistas (…) tienen un desdén por los expertos y la ciencia que consideran parte del establishment”, dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un grupo de estudios con sede en Washington. Shifter hablaba sobre Brasil, donde han muerto 81.000 personas.

“Las políticas populistas hace que resulte muy difícil aplicar políticas racionales que resuelvan de verdad el problema, o al menos manejen la crisis de forma más eficaz”, indicó.

Estados Unidos, Brasil, Gran Bretaña y México tienen líderes que han sido escépticos con los científicos y que en un principio restaron importancia a la enfermedad. Esos cuatro países suponen la mitad de las 618.000 muertes por COVID-19 registradas por ahora en todo el mundo, según conteos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. De esas muertes, 142.000 se contabilizaron en Estados Unidos.

“La pandemia y la crisis económica revelan el precio de la incompetencia, y en realidad esto importa”, dijo el politólogo Thomas Wright, de la Institución Brookings. En su opinión, la enfermedad “toca todos los puntos ciegos que tienen los populistas”.

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