El recorte a Usaid sacude Latinoamérica y deja importantes programas sociales en el limbo
Por Esneyder Negrete
EFE. Ciudad de México. 08 de febrero de 2025.- América Latina enfrentará las consecuencias de la suspensión de fondos y el recorte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que en 2024 destinó 2.300 millones de dólares a la región. La medida, adoptada por el presidente Donald Trump, pone en riesgo la continuidad de programas en 130 países, afectando a millones de personas que dependían de la cooperación estadounidense.
Lo que comenzó como una reducción temporal de 90 días para evaluar la eficacia de los programas y evitar el uso indebido de fondos, se ha convertido en una crisis de incertidumbre para Usaid. De acuerdo con el magnate Elon Musk, responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU., la agencia «ha llegado el momento de que muera».
Aunque un juez federal bloqueó temporalmente la decisión este viernes, Trump planea reducir su personal de 10.000 a solo 290 puestos esenciales, según The New York Times. Además, ha transferido el control de Usaid al Departamento de Estado, poniendo fin a seis décadas de operaciones y reduciendo su presencia en América Latina a ocho personas.
Según datos oficiales, en 2024 Usaid distribuyó más de 44.000 millones de dólares en ayuda global, de los cuales 2.300 millones fueron dirigidos a América Latina, financiando programas clave en Colombia, Brasil, Perú, Guatemala, Honduras, El Salvador, México y República Dominicana.
Efectos en la crisis migratoria
Uno de los sectores más afectados por el recorte es la gestión migratoria, un tema central en la agenda de Trump.
Stephani López, consultora en políticas migratorias, advierte que la reducción de fondos impacta a entidades como Migración Colombia y al programa de migrantes y refugiados del Departamento de Estado, limitando su capacidad operativa en zonas clave como las fronteras con Venezuela y Ecuador.
Además, la política de externalización migratoria de EE.UU., que delegaba parte de la gestión a Colombia, México y Panamá, enfrenta ahora un panorama incierto.
«El cierre de las oficinas de movilidad segura, que facilitaban permisos y visados, impone más barreras a los migrantes», explica López. También advierte que la falta de financiamiento para estrategias de reintegración deja en mayor vulnerabilidad a los retornados, sin programas efectivos para su inclusión social y económica.
Golpe a la protección del Amazonas y la lucha contra el narcotráfico
El recorte de fondos también afecta programas ambientales y de seguridad en Brasil y Perú.
En Brasil, Usaid firmó en 2015 un acuerdo para destinar 300 millones de dólares hasta 2030 a la preservación del Amazonas y el bienestar de comunidades rurales. Sin embargo, algunas ONG han recibido notificaciones de suspensión de financiamiento, generando incertidumbre sobre el futuro de proyectos como la asistencia alimentaria a migrantes en Roraima.
En Perú, la suspensión podría afectar el acceso a 630 millones de dólares hasta 2030, impactando a 60 organizaciones que dependen de esos recursos. Aunque el gobierno peruano asegura que la lucha contra el narcotráfico y la protección del Amazonas seguirán en marcha, reconoce que las ONG sí se verán perjudicadas.
Para Elizabeth Dickinson, analista senior de Crisis Group, la cancelación abrupta de estos programas «deja sin apoyo a quienes buscaban mejorar sus condiciones de vida y genera un vacío que podría ser aprovechado por actores ilegales».
Salud, educación y desarrollo rural en riesgo
El recorte de fondos también afecta sectores clave en Centroamérica y México.
En Guatemala, la congelación de 275,3 millones de dólares pone en riesgo proyectos en educación, salud, derechos de las mujeres y agricultura. En Honduras, donde en 2024 se recibieron 100 millones de dólares, los sectores de migración, lucha contra la corrupción y atención sanitaria también serán impactados.
En El Salvador, pese a la cercanía ideológica entre Nayib Bukele y la Administración Trump, la suspensión de ayuda pone en peligro iniciativas de empleo, transparencia e inversión.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha celebrado la suspensión, argumentando que Usaid financiaba a grupos opositores. Sin embargo, ONG que apoyan a migrantes, mujeres y personas LGBTI advierten que podrían desaparecer. Entre 2021 y 2023, Usaid movilizó 30 millones de dólares en el sur del país y generó 250 millones de dólares en inversión.
En República Dominicana, el presidente Luis Abinader instó al secretario de Estado Marco Rubio a restablecer la ayuda a Haití, advirtiendo que la crisis migratoria representa una amenaza regional.
El recorte de Usaid generará un vacío significativo en América Latina, ya que la cooperación estadounidense representaba el 47 % del gasto global en asistencia humanitaria. «Es un reto presupuestal enorme en un contexto de desafíos fiscales en toda la región», concluye Elizabeth Dickinson.