El viraje en América Latina
Foto: Migrar Photo
Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 31 de octubre de 2019.- El señor Lenin Moreno consideró que era muy sencillo aumentar los precios del petróleo y el gas y vio como en Ecuador se producía una rebelión que hizo participar a decenas de miles de sus habitantes, muy gratamente a una multitud de indígenas que con sus sombreros y sus trajes vistosos se enfrentaron a las fuerzas policiales y las derrotaron en toda la línea.
Quien había sido muy cercano a Rafael Correa, el mandatario anterior hoy exilado, pensó que la fuerza se obtiene por medio de la burocracia y no por la manera de conducirse para tratar de ayudar a los desposeídos. La lección que le dieron es que el poder actual, líquido diría Zygmunt Bauman, es más difícil de conducir porque hay siempre latente un estallido social en muchas partes.
Mauricio Macri, quien había obtenido un préstamo ultramillonario de 53 mil millones de dólares (Alberto Betancourt, Radio Educación, 29 de octubre) para mantenerse en el poder argentino por medio del FMI, además de contar con el apoyo de los medios argentinos tradicionales de difusión, intentó vencer a la dupla de Alberto Fernández y Cristina del mismo apellido, ambos formados por Néstor Kichner- él fue su asesor y ella su compañera- y no logró remontar sus bajos números, por lo que el neoperonismo triunfó en Argentina. Antes hubo movilizaciones por la mala situación de la población.
En Chile, luego de que los partidos de izquierda y derecha se alternaron en el poder desde la época de Ricardo Lagos, sucediéndole Michel Bachelet, Sebastián Piñera, Bachelet nuevamente y Piñera otra vez, el aumento de cinco centavos de dólar en el boleto del Metro trajo la inconformidad de los jóvenes (hace tiempo los de secundaría habían organizado la rebelión de Los Pingüinos), quienes comenzaron a saltarse en los torniquetes- recordemos que aquí, en México, hubo una protesta similar durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera-, luego lo hicieron los mayores y hasta los veteranos. Desde hace un buen tiempo hay protestas en Chile, donde se realizó una manifestación de un millón de personas. Antes, se había decretado el toque de queda y la aparición de los militares en todos lados, lo mismo en la capital, Santiago, que en 15 provincias.
En Ecuador la vida ha encarecido, la situación de los pueblos originarios va en descenso y la intromisión del FMI para aumentar precios y privatizar empresas ha tenido una mayor injerencia con Moreno. Ante ello, las organizaciones sociales activas, van avanzando en su organización horizontal.
En Argentina la devaluación del peso argentino con Macri ha sido de 450 por ciento (Fernández Vega, La Jornada, 29 de octubre), el costo de la vida sube como la espuma, los salarios se estancan o bajan y los servicios públicos son deficientes al extremo.
Chile es el ejemplo más importante.
Siendo el laboratorio del neoliberalismo, después del golpe de Augusto Pinochet en 1973, se instalaron los Chicago Boys a dirigir el país. Si bien el Producto Interno Bruto por cabeza es de 25 mil dólares al año, el más alto en América Latina, el 10 por ciento más rico obtiene el 66 por ciento del mismo en tanto el 50 por ciento de la población logra el 2.1 por ciento (Alicia Bárcena, La Jornada, 29 de octubre). La desigualdad entre ricos y pobres, por cierto, es muy parecida a la de México.
El agua, la electricidad, la vivienda, las pensiones y todo lo que se le ocurra está privatizado. No así las minas de cobre, que son estatales, pero de las utilidades, un 15 por ciento van a manos del ejército sin que nadie pueda supervisar ni cómo ni en qué se gasta (Youtube, Lo que esconde el modelo chileno).
Los jóvenes, que se deben endrogar para estudiar por medio de créditos bancarios, luego no encuentran trabajo y quedan en la incertidumbre y endeudados por años (por cierto, algo parecido ocurre en Estados Unidos con una inmensa mayoría de quienes van a las universidades). Los viejos reciben pensiones de miseria y un trabajador obtiene 550 dólares por 365 días, en los cuales labora 45 horas semanales y hace tres horas para desplazarse diariamente.
En las protestas chilenas, que no paran, hay dos rolas permanentes. Una del grupo rockero, Los Prisioneros, cuyo título dice todo: Los que sobran, y también: El derecho de vivir en paz, del gran Víctor Jara que fue asesinado en el estado Nacional de aquel país.
En una entrevista que realicé con Víctor Jara en abril de 1973 en Chile, el autor de: Te recuerdo Amanda me dijo: “El artista es revolucionario cuando empieza a entender que es uno de los cientos de rostros que protagonizan la historia de un pueblo” (Después de la letra…la palabra, editorial BUAP).
Los tiempos nuevos, han llegado. Latinoamérica empieza a romper las cadenas del neoliberalismo.
@jamelendez.com