Evo Morales: En Bolivia no puede haber elecciones sin democracia

Foto: Juan Ignacio Roncoroni / EFE

Por Rodrigo García

EFE. Buenos Aires, Argentino. 24 de diciembre de 2019.- El expresidente de Bolivia Evo Morales, que pidió refugio en Argentina hace casi dos semanas, dijo este martes que las futuras elecciones de su país deben ser «justas y libres», pero alertó de que para ello tiene que dejar de haber «presos políticos».

«No puede haber elecciones sin democracia», consideró el político indígena en una entrevista con Efe en Buenos Aires.

Morales, que dimitió el pasado 10 de noviembre denunciando un golpe de Estado para derrocarlo, opinó que la solución a la crisis boliviana pasa por una «política de reconciliación», pero al mismo tiempo cuestionó que esta pueda darse por la «persecución» que asegura impulsa el Gobierno «de facto» de su sucesora, Jeanine Añez.

UN CANDIDATO DE UNIDAD

«Decir ‘fuera Jeanine’ ya es sedición y proceso. Comunicarse con Evo ya es sedición, proceso y allanamiento. Levantar la voz a cualquier ministro ya es sedición. Alguna gente experta dice que este Gobierno de Añez, (Luis Fernando) Camacho y (Carlos) Mesa es peor que la dictadura militar», aseveró.

El próximo domingo, Morales, sobre quien pesa una orden de arresto en su país que no se hará efectiva en Argentina por haber pedido refugio político, liderará en Buenos Aires una reunión con dirigentes de su partido, Movimiento al Socialismo (MAS), que viajarán para iniciar el proceso de selección de un candidato a presidente, ya que el exmandatario no se presentará.

«Vamos a emitir una convocatoria al encuentro nacional, que será en Bolivia o Argentina, y de ahí saldrá el candidato» a los comicios anunciados por Añez -que aún no tienen fecha prevista-, argumentó Morales, elegido por su formación como jefe de campaña.

En la terna del MAS suenan los excancilleres Diego Pary y David Choquehuanca, el exministro de Economía Luis Arce, definido por Evo como el gran arquitecto de la economía nacional, y el joven político Andrónico Rodríguez, de quien recordó que en países como México y Cuba «a veces es conocido como Evito».

Sin dar detalles de la fecha en la que se elegirá ese nombre ni de su preferencia hacia uno u otro, el expresidente señaló que será un candidato «unitario» y ganará las elecciones.

«Tienen que ser justas, libres, no tiene que haber presos políticos», continuó.

ESTADOS UNIDOS Y EL LITIO

Presionado por las Fuerzas Armadas, entre disturbios en las calles y acusaciones de fraude por parte de la oposición, Morales dimitió tras publicarse un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que advertía de «graves irregularidades» en los comicios del 20 de octubre en los que fue declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.

«¿Qué pasaba si no renunciaba, me mataban?», se pregunta el exmandatario sobre la actuación del Ejército, y defiende su decisión de dejar el poder para evitar que la «policía amotinada» hubiera hecho una «masacre».

«Y ahora, (con) semejante genocidio (la Defensoría del Pueblo de Bolivia asegura que las muertes violentas, muchas por disparos en operativos militares y policiales, alcanzan las 35 desde las fallidas elecciones del 20 de octubre) no hay investigados. ¿Cómo se entiende esto? Si algo no he hecho yo ha sido usar a la policía ni las Fuerzas Armadas contra el pueblo», afirmó.

Morales negó fraude y acusó a Estados Unidos de estar detrás del «golpe», alegando que ese país «no perdonó» que el desarrollo de la industria del litio boliviana estuviera en manos del Estado y fuera de su influencia.

También apuntó contra la OEA, ya que cree que si no hubiera existido ese informe, no hubiera habido tanta convulsión social, y se refirió a las actas de escrutinio que el organismo consideró irregulares.

«Si ese voto se lo entregamos al opositor, igual ganamos en primera vuelta. Que nos digan dónde ha habido fraude», expresó.

POR LA PATRIA Y NO POR LA PLATA

El pasado 11 de noviembre, Morales viajó a México, donde permaneció asilado un mes, y, para estar más cerca de su país, llegó a Buenos Aires el 12 de diciembre, donde pidió ser refugiado y se reencontró con sus hijos, que viven aquí desde finales del pasado mes.

Aunque aún aguarda que se concrete la confirmación de su solicitud, el Gobierno de Alberto Fernández -que había asumido el poder solo dos días antes del arribo del expresidente- ya adelantó que le concederá ese estatus, que le protege de cualquier petición de extradición.

«¿De qué me acusa este Gobierno de facto? De terrorismo, de sedición, que son temas políticos, nunca me van a acusar de corrupción», señaló, para lanzar un rotundo: «Yo llegué a la Presidencia por la patria y no por la plata».

El exjefe de Estado confirmó que ya cuenta con un equipo jurídico internacional para llevar su defensa, que incluye al exmagistrado español Baltasar Garzón.

VOLVER A BOLIVIA, CUESTIÓN DE TIEMPO

La orden de detención es, según añadió, «totalmente ilegal e inconstitucional», e insistió con que sigue siendo «presidente» porque su renuncia «no ha sido tratada, ni rechazada ni aprobada» en la Asamblea Legislativa y una ley le proclamó presidente hasta 2020.

Consultado sobre en qué momento volverá a su país, aun con el riesgo de ser detenido, Morales enfatizó que es «cuestión de tiempo»: «Hay tantas propuestas y tantas rutas para ver oportunamente por dónde volvemos», agregó.

A pesar de que la Constitución boliviana limita a dos los mandatos consecutivos, Morales -que llegó al poder en 2005- ya iba por el tercero -tras un fallo del Tribunal Constitucional de 2013- y buscaba uno más gracias a otra resolución judicial que invalidó un referéndum que en 2016 le había negado la reelección.

Semanas atrás, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, uno de sus principales aliados políticos, llegó a declarar que lo de Bolivia fue un golpe, pero añadió que el gran error de Morales fue querer optar por un cuarto mandato.

«Posiblemente sea, pero no es que lo haya buscado», asumió el político andino, al remarcar que sindicatos, trabajadores y diversos sectores sociales le pidieron que continuara presentándose a las elecciones «para seguir garantizando el crecimiento económico» y la mejoras sociales que tuvo Bolivia durante su gestión.

«El cargo no se busca, el cargo te busca», sentenció. 

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