Inician las obras de reconstrucción en el edificio de Pacífico 223

Fotos y Video: Alejandro Meléndez

Por Amanda Sucar Warrener

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 30 de marzo de 2019. Reproducimos el texto de Amanda Sucar Warren leido el 23 de marzo de 2019, durante el anuncio de la reconstrucción del edificio en pacífico 223.

Quiero empezar por agradecer a las personas más importantes en este proceso. Sin duda alguna, mis vecinos. Gracias por su confianza y paciencia, gracias por siempre poner el bien común por encima de sus necesidades personales, gracias por hacer a un lado las diferencias y mirar en una misma dirección. Tengo la certeza absoluta de que eso fue lo que nos ayudó a llegar a este punto.

Me siento sumamente orgullosa de esta familia extendida que intuyó la importancia de la unión desde prácticamente el primer día y considero que somos sumamente afortunados de contar con un enorme abanico de personalidades y de talentos que permitieron que llegáramos a este momento, tras un sinnúmero de experiencias entrañables. Aquí hay creatividad, hay perseverancia, hay entusiasmo, hay dedicación, hay humor, hay mucha generosidad y amor. Reunir todo eso nos ha permitido superar innumerables  pruebas y lograr cosas de las que jamás imaginamos ser capaces. No sólo estamos reconstruyendo nuestro hogar, nos reconstruimos como personas y como comunidad. Eso sin duda, ha sido la mayor de las ganancias.

No obstante, no ha sido un proceso sencillo, muchas veces cuando creímos haber superado un obstáculo, se asomaron otras muchas dificultades y en ocasiones parecía que el proceso se prolongaba indeterminadamente. El dolor de perder nuestro hogar no terminó ahí. Como bien lo saben, le siguieron meses de incertidumbre e invisibilización, desamparo y confusión. Jamás olvidaré la sorpresiva llamada de una vecina, quien siempre ha sido la alegría de la comunidad y que en esa ocasión en lugar de contarme algún chiste o reírse a carcajadas me dijo con mucha seriedad, “tengo miedo”. Yo incapaz de consolarla, comencé a llorar y respondí, “yo también”. Créanme que hemos estado ahí muchas, muchas veces a lo largo de este tiempo, más de las que expresamos abiertamente, más de las que debimos.

Sin embargo, somos muy afortunados. Familia, amigos, vecinos e incluso gente que en ese entonces era desconocida para nosotros, se han volcado por apoyarnos y sin duda, han sido un pilar para mantenernos fuertes y perseverantes en nuestro andar.

Aquí veo las manos que ayudaron a cargar y cortar polines, los rostros amorosos de quienes nos consolaron cuando sentimos que todo estaba perdido, la confianza de quienes nos han ayudado a descubrir que somos fuertes y valientes. Aquí están decenas de hermanos damnificados quienes no dudaron en compartir sus propias experiencias para facilitar nuestro camino, amigos entrañables que entienden el dolor sufrido y por supuesto, lo que significa estar aquí y ahora. Aquí están los muchos que aportaron a nuestra campaña de recaudación de fondos para poder llevar a cabo nuestra primera demolición, a varias de las 2000 personas que participaron en nuestra carrera e incluso a los clientes frecuentes de nuestra venta de garage. Aquí están todos aquellos que nunca dudaron que lo lograríamos y que desde su lugar siempre sumaron a nuestra causa.

Colocar una primera piedra para muchos es sólo el inicio de otro largo proceso. Tenemos muy claro que falta un buen trecho para poder decir “regresamos a casa”. Sin embargo, es un momento cumbre que simboliza el cúmulo de esfuerzo, paciencia y tenacidad.

En esta primera piedra se materializa no sólo nuestro empeño como comunidad, sino la gran dedicación de nuestro proyectista y constructor, Óscar Sanginés, Armando Díaz Infante y el maravilloso equipo que trabaja con ellos, que con paciencia y mucho empeño contribuyeron de manera importantísima para llegar a este momento, con un proyecto que no solo garantiza nuestra seguridad y bienestar, sino que rescata nuestra esencia. Asumieron nuestra causa como propia, nuestras batallas fueron las suyas y nuestro éxito, en gran medida, es resultado de su participación activa en el proceso. Como bien se ha dicho antes, hoy son parte de nuestra familia.

Por último y no por ello menos importante, aplaudimos el grandísimo compromiso y sensibilidad de la Comisión para la Reconstrucción. Sabemos la gran responsabilidad que conlleva orientar el camino de miles de personas, vinculando y facilitando el diálogo con las autoridades correspondientes para poder estar en condiciones de reconstruir la vivienda de miles de damnificados. Apreciamos su incansable trabajo, de lunes a domingo, para lograr el ambicioso objetivo de reconstruir la ciudad en dos años. No hay nada que nos haga más felices que ver avances en rehabilitación, proyectos en proceso y casas entregadas. Es una labor sumamente loable y somos testigos del gran esfuerzo que han hecho por apoyar a todos privilegiando por encima de todo el acceso justo a la oportunidad de reconstruir. Gracias por sumarse a nuestro entusiasmo. Gracias César, Jabnely, Karen, Mariana, Pablo, Cristina, son un gran equipo y ha sido refrescante trabajar con ustedes.

Hoy tras 18 meses y 5 días, finalmente podemos decir ¡arrancamos y por eso estamos de fiesta! Gracias a todos ustedes, la comunidad extendida de Pacífico 223,  por una vez más, compartir un momento tan relevante con nosotros.

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