La mitad de la playas de arena podrían desaparecer este siglo
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Por Carmen Rodríguez
EFE. Madrid, España. 02 de marzo de 2020.- La mitad de las playas del mundo podrían desaparecer a finales de siglo si continúan las actuales tendencias de cambio climático y aumento del nivel del mar, según un estudio que publica este lunes Nature Climate Change.
En el caso de España y el sur de Europa, para finales de siglo el retroceso de las playas podría ser de 86 metros si no se toman medidas para contener el cambio climático, explica a Efe Theocharis Plomaritis de la Universidad Cádiz (UCA), uno de los firmantes del estudio.
En el mejor de los casos, es decir con medidas para mitigar los efectos del clima, la pérdida de playas arenosas en España sería de 60 metros a finales del XXI y de 27 metros para 2050.
Las playas de arena ocupan más de un tercio de la línea de costa mundial, tienen alto valor socioeconómico y proporcionan protección natural ante las tormentas marinas y los ciclones.
Sin embargo, la erosión, el aumento del nivel del mar y los patrones de cambio climático amenazan la línea costera, sus infraestructuras y poblaciones.
Un equipo dirigido por Michaleis Vosdoukas de la Universidad de Delf (Holanda) analizó bases de datos e imágenes de satélite sobre los cambios en las líneas de costas entre 1984 y 2015 para extrapolar tendencias y predecir dinámicas futuras.
Determinaron el cambio de la línea de costa impulsado por factores físicos (geológicos o antropogénicos), el retroceso de la línea de costa debido al aumento del nivel del mar y cómo puede cambiar la erosión debido a las tormentas.
Los resultados señalan que sin medidas para mitigar el cambio climático y de adaptación «casi la mitad de las playas del mundo se sitúan bajo amenaza de extinción a finales de siglo», destaca Plomaritis, aunque matiza que si se adoptan medidas esa previsión se podría reducir en un 40 %.
Al desastre ecológico y medioambiental que esto supone, habría que sumar las pérdidas en términos de valor ecosistémico y los impactos socioeconómicos severos que podrían producirse, especialmente en áreas menos desarrolladas o con una dependencia fuerte del turismo relacionado con la costa, agrega una nota de la UCA.
Además, no se puede pasar por alto que un alto porcentaje de las costas arenosas amenazadas se encuentran en zonas densamente pobladas, por lo que es muy importante la necesidad de diseñar y aplicar medidas de adaptación eficaces ante estos posibles cambios.
En cualquier caso, el experto indica que aunque el calentamiento global se desacelerara, la sociedad tendrá que adaptarse a una considerable pérdida de playas arenosas, por lo que hay que hacer planes de mitigación de daños, los cuales serían más eficaces si se diseñan a nivel regional y local.
Las playas son dinámicas -explica- y tienen mecanismos de adaptación natural por los que retroceden pero al mismo nivel en que se encuentran.
Sin embargo, cuando el litoral está urbanizado y ocupa la zona de migración hacia atrás de la playa, la adaptación natural es más difícil y si se topa con un obstáculo vertical, un muro o un edificio, la playa pierde altura y se va hundiendo.
El informe indica que si se analiza la longitud total de playa de arena que se puede perder, la zona más afectada sería Australia, con casi 12.000 kilómetros en peligro, mientras países como Canadá, Chile, México, China y Estados Unidos también se verían «muy afectados», dice el estudio.
El riesgo por erosión es especialmente alto en Gambia y Guinea-Bissau, donde más del 60 % de la zona costera de arena puede perderse.
Los efectos también serán importantes en los pequeños estados isleños, lo que supone además el riesgo de la pérdida de las culturas de eso países, agrega el experto de la Universidad de Cádiz.
En esa ciudad, las playas urbanas con mayor anchura son de unos 80 metros, lo que significaría -dice Plomaritis- que sin medidas de contención del cambio climático para 2050 solo quedarían unos 50 metros y antes de final de siglo desaparecería «la playa seca».