Las claves que diferencian al T-MEC del TLCAN para México

Por Pablo Cortés

EFE. Ciudad de México. 28 de junio de 2020.- El nuevo Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) reemplazará este miércoles al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994, lo que algunos ven como una nueva era y otros como ajustes que derivan en más proteccionismo.

Para cumplir a plenitud con el T-MEC, el Congreso mexicano tendrá una sesión extraordinaria este lunes y martes en la que deberá ajustar seis leyes y un tratado internacional de medio ambiente, tras el retraso causado por desacuerdos y la pandemia de la COVID-19.

Aun así, a México le tomará tres años ajustarse por completo al nuevo marco jurídico del T-MEC, explicó a Efe Juan Francisco Torres, socio director del despacho internacional Hogan Lovells.

Estos son las claves que diferencian al T-MEC del TLCAN, en términos prácticos para México.

LOS DERECHOS LABORALES

El principal reclamo de los sindicatos de Estados Unidos y Canadá fue que en México hubiese garantía de la democracia sindical, las negociaciones colectivas, el aumento al salario mínimo y la creación de un sistema de tribunales que resuelvan las disputas laborales.

«En el tema laboral eso es un gran cambio porque, desde nuestro punto de vista, no estamos jugando sobre una cancha equitativa, si en los sueldos en México y los derechos laborales no hay ciertas medidas básicas para protegerlos», expresó esta semana Christopher Landau, embajador de Estados Unidos en México.

En particular, en México preocupan los nuevos paneles de solución de controversias laborales que podrían derivar en sanciones o aranceles para industrias que no respeten los derechos de los trabajadores.

«La queja es que esto puede prestarse a una medida proteccionista o a un abuso de ese sistema en que se trate de reclamar que México no esté haciendo algo para presionarlo y que haga otras cosas, que es lo que tal vez políticamente están buscando», expuso el abogado de Hogan Lovells.

LAS REGLAS DE ORIGEN

Dentro de las medidas que impulsó Estados Unidos está aumentar de 62,5 % a 75 % las reglas de origen del contenido de los automóviles fabricados en la región, un aumento gradual hasta 2023.

También contempla un requisito de integración de 70 % de acero y aluminio de la región, de acuerdo con la Comisión de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales de la Confederación mexicana de Cámaras Industriales (Concamin).

La medida más complicada para México es la que obliga a que 40 % del vehículo lo fabriquen trabajadores con salarios superiores a 16 dólares la hora, pues el salario mínimo nacional es de 123 pesos diarios (poco más de 5 dólares).

Esto refleja que, mientras el TLCAN fue un acuerdo «liberalizador», el T-MEC es uno más restrictivo, señaló a Efe Armando Ortega, presidente de la Cámara Nacional de Comercio del Canadá en México (CanCham).

«No queda claro si eso le va a dar al sector automotor de la región mayor competitividad, sobre todo ahora que ya están en boga los vehículos de tecnología avanzada, los eléctricos, los autónomos», manifestó.

ACTUALIZACIONES

El T-MEC también incluye nuevos capítulos de comercio digital, medio ambiente, competitividad, anticorrupción, buenas prácticas regulatorias, y pequeñas y medianas empresas.

Por otra parte, implica cambios a la Ley de Propiedad Industrial sobre el manejo de patentes de la industria farmacéutica, con mucho poder en Estados Unidos, que ponen en duda todavía la producción de medicamentos genéricos en México.

«Nos preocupa mucho y nos ocupa el tema de los registros sanitarios en el T-MEC para el cumplimiento de restricciones del FDA (Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU.) y la ley de bioterrorismo», declaró a Efe Gerardo Tajonar, presidente de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de México.

LA VIGENCIA

A México le tomará tres años tener el marco jurídico completo para el T-MEC, pero tiene una vigencia de cinco años, a diferencia del TLCAN, que no caducaba.

Esta revisión periódica no es la «mejor solución», consideró Torres, al enfatizar que el T-MEC es en realidad una respuesta a las presiones políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ordenó su negociación en 2017 al acusar al TLCAN de ser «el peor acuerdo comercial de la historia».

«Es un argumento político que vendió y ante el temor de que en algún momento el presidente Trump amaneciera de malas y renunciara al TLCAN, pues las partes a regañadientes decidieron negociar un nuevo tratado», opinó el abogado. 

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