López Obrador ante el reto de mejorar salud pese a presupuesto y corrupción
Foto: Cuartoscuro
Por Cristina Sánchez Reyes
EFE. Ciudad de México. 13 de abril de 2019.- El bajo presupuesto, la corrupción, los intereses sindicales y ponderar la atención en el primer nivel son los principales retos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en salud, coincidieron este sábado expertos consultados por Efe.
El mandatario, que llegó a la Presidencia el 1 de diciembre de 2018, ha expresado que su reto es lograr que el sistema de salud mexicano sea como el de los países nórdicos.
«Tengo como reto, desafío, el que mejore todo lo que es el sistema de salud pública y lo voy a lograr», dijo en un mitin en diciembre.
Para Judith Méndez, coordinadora de salud y finanzas públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), lograr este objetivo no será fácil.
«Según experiencias de otros países, poder transitar hacia un modelo de salud pública universal tiene que llevar por lo menos unos 8 o 10 años», aseveró.
En entrevista con Efe, la especialista dijo que el presupuesto es uno de los ejes que se debe tomar en cuenta, ya que actualmente es «pequeño e insuficiente».
La especialista explicó que esto es preocupante porque, además, año con año se reducen los fondos y ello conlleva a que también se destine menos dinero a medicamentos.
«Solo el 13 % de todo el recurso se va a los medicamentos», aseveró.
Esto, dijo, es fundamental si se quiere alcanzar la universalidad.
En cuanto a la corrupción, Méndez explicó que aunque es enorme, combatir este problema no necesariamente mejorará el sistema.
Refirió a investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las que hacen un estimado de cuánto podría ahorrar el país por este tema, y se ha encontrado que el ahorro podría ir de entre un 20 % a un 40 % en el sector, y en el mejor de los casos.
«Pero si el presupuesto es pequeño, el ahorro no es considerable», exaltó.
Aseveró que el problema también pasa por un tema fiscal, ya que la bolsa de recaudación en el país es menor, si se compara con los anhelados países nórdicos.
Además, México se mantiene entre los seis países con menos ingresos triubutarios totales de América Latina y el Caribe, al representar 17,4 % del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con cifra de organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Méndez dijo que otro de los retos es analizar a dónde va el recurso, pues «hemos visto que ha habido desabastecimiento en pruebas de tamiz, de medicamentos».
Señaló que es necesario reconocer los avances que han habido en el pasado y a partir de ahí saber qué se está haciendo bien para aprender de estas prácticas, y fijar una línea de camino.
«Necesitamos que lo que se vaya a proponer contenga la experiencia que se ha tenido antes» para evitar «ir a ciegas», exaltó.
Por su parte, Luis Fernández, director ejecutivo del movimiento Nosotros por la democracia, dijo que la integración de sistemas y homologar las necesidades del país es necesario para el cambio en el sistema.
«Se tiene que resolver esta disputa constante entre los diversos servicios de seguridad social. Lo ideal es que tengamos solo una administración y que se pongan reglas claras», destacó.
Sin embargo, aceptó que esto será difícil pues pueden haber costos políticos principalmente con sindicatos y grupos de interés.
«Cada uno de esos intereses deben irse paliando poco a poco, eso será importante para cambiar el sistema de salud», agregó.
Explicó que, si bien esto no es algo que se resuelva en cuatro meses, es importante tomar decisiones en el primer año para poder avanzar en los siguientes.
Señaló que también se debe fortalecer el primer nivel de atención, pues aseguró que el 85 % de los casos de salud en el país se pueden atender en primeras instancias por lo que «se tiene que asegurar que la población acceda de manera más efectiva» a ellos.
Instó también a facilitar la portabilidad de expedientes para que así los pacientes puedan ser atendidos en cualquier centro médico.
Aseveró que se debe acabar con la brecha entre el número de personas que acceden a los servicios ofrecidos por el sistema de salud y el de aquellas que deben pagar por la atención médica, que sigue en aumento.
Refirió que, por ejemplo, el gasto bolsillo promedio de un paciente en México es de 6.500 pesos (unos 345 dólares).
«Eso significa que las familias en zonas marginadas destinan más de la mitad de su ingreso mensual a la atención médica», apuntó.
Finalmente advirtió que no hay mejor política de salud que aquella que protege a las personas.
«Sin embargo, aún tenemos médicos insuficientes, con baja remuneración y pocos tratamientos disponibles», concluyó.
El erigido líder izquierdista tiene enormes retos en la salud y en las políticas sociales, pues son dos de sus principales banderas.
Es por ello que a menudo, en las conferencias matutinas, se le pregunta del tema.
«Se acabó la corrupción en obras y adquisiciones. Era mucho el abuso. En medicamentos había tres empresas que vendían el 65 % de las medicinas al gobierno. Fueron 4.000 millones de dólares al año pasado», dijo este viernes, alertando de supuestos favoritismo.
Agregó además que, de hacer buenas compras, el presupuesto público logrará entregar «medicinas gratuitas» a los más pobres.
Todo un reto de difícil ejecución.