López Obrador con la covid-19: ¿Un contagio anunciado?

Foto: Presidente de la República

Por Martí Quintana

EFE. Ciudad de México. 25 de enero de 2021.- Giras de trabajo en plena ola de contagios, abrazos y besos repartidos en actos públicos, su rechazo a utilizar cubrebocas y su controvertida convicción de que la pandemia estaba bajo control en México, llevaron al mandatario Andrés Manuel López Obrador a sumarse a la lista de líderes mundiales contagiados de coronavirus.

Sus síntomas son leves y se está recuperando en su domicilio, en Palacio Nacional, sin desatender sus responsabilidades como presidente, como la reunión telefónica este lunes con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para acelerar la llegada de la vacuna Sputnik V a México.

Pero la noticia de su enfermedad ha causado tanto revuelo como la mayor parte de su gestión: desde quienes le desean una exitosa recuperación a quienes, con mayor o menor inquina, han recordado la multitud de ocasiones en las que el mandatario ha minimizado la pandemia.

En consonancia con otros líderes, como el hasta hace poco presidente estadounidense Donald Trump o el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro.

La realidad es que el coronavirus suma ya más de 2,1 millones muertes en el mundo y en México casi 150.000 defunciones, siendo la cuarta nación más afectada del planeta.

«Es de lamentarse que el presidente, junto con otros líderes del mundo, se contagien quizás por no atenerse a las recomendaciones que cada día se repiten y se repiten para prevenir el virus en tanto no estamos vacunados», dijo este lunes a Efe la maestra en Salud Pública Carolina Gómez.

ABRAZOS, AMULETOS Y FALSO OPTIMISMO

El comienzo de la pandemia en México, el 28 de febrero de 2020, vino acompañado de una actitud presidencial que iba a contra corriente de buena parte del mundo, asustado por el avance de la enfermedad.

El 4 de marzo, por ejemplo, López Obrador dijo: «Lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar… Hay que abrazarse, no pasa nada».

Y dicho y hecho, durante marzo y hasta comienzo de abril, cuando el país todavía acumulaba pocos casos y fallecidos, el presidente causó polémica al visitar distintos pueblos de México y repartir besos, abrazos y fotos colectivas.

El 18 de marzo enseñó sus estampitas y escapularios contra la covid, un «escudo protector» que, sumado a la «honestidad» y a «no permitir la corrupción», lo amparaba.

Además, invitó a la gente a ir a fondas y restaurantes para no precipitar la maltrecha economía nacional y celebró que los mexicanos tienen «muchas defensas» en su salud.

Además, en una muestra de optimismo incondicional, a lo largo de casi toda la pandemia, el presidente mexicano ha llegado a decir que esta estaba «domada», que «iba de salida» o descartaba la posibilidad de «rebrotes».

MEDIDAS PERSONALES

Una de las decisiones presidenciales que más han llamado la atención ha sido su rechazo a utilizar cubrebocas en las conferencias diarias ante la prensa y en sus giras por el país.

«Me voy a poner un tapabocas saben cuándo, cuando no haya corrupción ya», dijo el 31 de julio, haciendo referencia a uno de los principales males del país.

El uso de la mascarilla «no es un asunto que esté científicamente demostrado», ha considerado en más de una ocasión. Y de hecho, se le ha visto en contadas ocasiones con cubrebocas, como la vez en julio que visitó a Donald Trump en Washington.

Defendiéndose de las críticas, el mandatario -de 67 años, hipertenso y operado del corazón en 2013- explicó en octubre que se hacía una prueba semanal de la covid-19.

«Esperemos que siendo un paciente crónico, con sus afecciones cardíacas, le permitan recuperarse pronto y sin ninguna consecuencia grave», dijo Carolina Gómez.

CONFINAMIENTO VOLUNTARIO

La imparable agenda del mandatario ha ido en consonancia con el mínimo parón de actividades en buena parte del país.

Las actividades no esenciales se cerraron durante abril y mayo del 2020, pero en junio comenzó una cautelosa apertura económica -la llamada «nueva normalidad»- y en un periodo de aproximadamente dos meses más reabrieron las principales industrias y comercios.

Además, en un país con casi la mitad de la población en situación de pobreza, si bien se animó a la gente a permanecer en casa también se aclaró que no se penalizaría a los millones de trabajadores del sector informal que vivían -y trabajaban- al día.

RETOMAR LAS GIRAS

López Obrador retomó sus giras de trabajo por el país en junio. «Cuidando todos los protocolos», indicó a medios, con la intención de visitar los 32 estados del país.

Desde entonces no había parado. Casi cada fin de semana, normalmente desde el viernes por la tarde hasta el domingo, el presidente recorría la extensa geografía mexicana.

Si bien los actos no estaban abiertos al público en general, fuera del evento oficial, sí se le vio en más de una ocasión repartiendo abrazos con seguidores.

A finales de diciembre, canceló su gira por la Ciudad de México debido a que la capital, con un altísimo nivel de ocupación hospitalaria, decidió cerrar de nuevo las actividades no esenciales y se declaró en alerta máxima.

Por eso dio positivo de gira por los estados de San Luis Potosí y Monterrey, en el norte del país. Este domingo, horas antes de comunicar su enfermedad, encabezaba la inauguración de un cuartel de la Guardia Nacional.

«Aunque al parecer todas sus giras se han hecho en lugares abiertos, no se ha cuidado ni la sana distancia ni probablemente el uso correcto del cubrebocas», concluyó la experta en salud pública.

Recuperándose de la covid desde casa, este lunes el presidente mantuvo una conversación telefónica con Putin para que pronto arribe la vacuna rusa, lo que se podría considerar un éxito diplomático.

No obstante, falta saber si padecer la covid-19 llevará al mandatario a cambiar sus protocolos de seguridad o a endurecer las restricciones y controles a nivel nacional.

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