López Obrador da golpe a legado de Peña Nieto con reforma educativa en México

Foto: Diego Simón Sánchez / Cuartoscuro

Por Isabel Reviejo

EFE. Ciudad de México, 12 de diciembre de 2018.- El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador asestó hoy un nuevo golpe al legado de Enrique Peña Nieto con el anuncio de la revocación de la reforma educativa, presumida por el exmandatario como uno de sus grandes logros, y con la promoción de otra iniciativa que dará un giro a la relación con los docentes.

La «mal llamada reforma educativa» de 2013 se hizo en «contra de la voluntad de los maestros, y no podemos llevar a cabo ningún plan para mejorar la calidad de la enseñanza sin los padres de familia y los maestros», aseveró López Obrador en conferencia de prensa.

La iniciativa del izquierdista, que implica una reforma constitucional, será presentada hoy a la Cámara de Diputados como una vía para que México tenga una educación «pública, gratuita -en todos los niveles- y de calidad».

Esta es la segunda vez que el Gobierno de López Obrador, que tomó el poder el pasado 1 de diciembre, echa abajo uno de los buques insignia del pasado sexenio (2012-2018). La primera fue la decisión, previa consulta popular, de cancelar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

En la nueva propuesta, un «cambio importante» -señaló López Obrador- es que se ha llegado a un «acuerdo inicial» con padres de familia y maestros para elaborar un nuevo plan educativo.

«Nunca jamás se va a faltar el respeto a los maestros, al magisterio nacional, como sucedió recientemente», defendió el presidente, quien aseguró tener «muy buenas relaciones» con los profesores y sus organizaciones sindicales.

La reforma de 2013 nunca fue aceptada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), organización con unos 200.000 afiliados y gran fuerza en los estados del sur, los más pobres del país.

Durante meses, el Gobierno y este sindicato mantuvieron un intenso tira y afloja en el que se sucedieron manifestaciones, huelgas y plantones, con la exigencia de que las autoridades abrieran un diálogo.

Como resultado, se instalaron varias mesas, pero las negociaciones no avanzaron y los maestros mantuvieron como objetivo prioritario la cancelación de la reforma, que incluyó la aplicación de evaluaciones a los docentes para la contratación, permanencia y promoción del personal docente.

La propuesta de López Obrador acaba con dichas pruebas. «Los maestros no están en contra de la evaluación, pero sí de que sea punitiva», resaltó el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación será eliminado, y en su lugar estará el Centro de Revaloración del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación, con el que se pretende dar una formación permanente a los profesores.

El secretario fue interrogado sobre cómo se va a garantizar, sin evaluaciones de por medio, que no se va a producir la venta de plazas docentes, ya que ha habido señalamientos de que las cúpulas sindicales, antes de la reforma, las cubrían con base a lealtades políticas.

Moctezuma respondió que «todas las prácticas de corrupción van a ser atacadas, investigadas y sancionadas», y se intentará tener un «mayor control» a través de un reforzamiento del sistema administrativo.

El plan de López Obrador pretende además la meta de «rechazados cero»; es decir que ningún estudiante quede fuera de la formación universitaria.

«Año con año se rechazaba a miles de jóvenes que no podían estudiar, con la mentira, el pretexto de que no pasaban el examen de admisión», pero lo cierto es que «no había cupo, no había espacios», relató el presidente.

Por ello, el Gobierno quiere crear 100 nuevas universidades públicas y trabajar para que las ya existentes amplíen su capacidad y puedan acoger a más estudiantes.

Moctezuma agregó que también darán un impulso a aquellas carreras que «en este momento tienen posibilidades de aceptar más alumnos» pero no son tan demandadas porque son «mucho más duras», como las ingenierías y las vinculadas con áreas como tecnología y ciencia.

Marco Fernández, investigador de México Evalúa, organización civil enfocada en el monitoreo de la operación gubernamental, afirmó a Efe que quedan varias dudas sobre la iniciativa, entre ellas cómo se garantizará que los docentes sean bien entrenados.

«Esa promesa se viene haciendo desde 1992» y ha desencadenado una «cultura de ‘cursitis'», expuso.

El también profesor de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey cuestionó además si es viable aumentar la capacidad de los centros de educación superior, y se preguntó de dónde van a salir los maestros que darán clase en las 100 nuevas universidades.

«El énfasis mayor se puso a los docentes, y no es que no sean importantes; pero el énfasis debe ser lograr de una vez por todas» una educación en la que todos los mexicanos tengan las mismas oportunidades, concluyó. 

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