Mexicanos piden proteger patrimonio de maíz nativo ante riesgo de desaparecer
Foto: Sáshenka Gutiérrez / EFE
EFE. Ciudad de México. 31 de octubre de 2019.- El patrimonio del maíz mexicano, que se refleja en 700 platillos, 64 razas y miles de variedades, está en «riesgo», por lo que el Congreso debe aprobar la Ley Federal de Fomento y Producción del Maíz Nativo, expresaron este jueves activistas consultados por Efe.
La campaña «Sin maíz no hay país» pide a la Cámara de Diputados avalar la ley, que ya aprobó el Senado, para reconocer el acceso a este cereal como un «derecho humano del pueblo mexicano» y crear programas para campesinos e indígenas que lo cultivan, expuso Malin Jönsson, coordinadora de la Fundación Semillas de Vida.
La iniciativa debe prosperar «antes de que sea demasiado tarde» porque México importa el 34 % del maíz que consume, la mayoría de Estados Unidos y «casi todo es transgénico y amarillo», precisó Jönsson, también investigadora de suficiencia alimentaria en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Por un lado están bajando los precios pagados a los productores, pero también, con este maíz transgénico que estamos importando, nuestro maíz está contaminado. La primera contaminación de maíces nativos se encontró en Oaxaca en 2001. Entonces necesitamos encontrar las herramientas legales», mencionó.
El Senado aprobó una ley sobre maíz nativo en este septiembre para crear el Consejo Nacional del Maíz (Conam), que definirá políticas públicas para proteger la semilla de la contaminación de organismos genéticamente modificados, fomentar la diversidad del grano, garantizar un consumo informado y apoyar a los campesinos.
La iniciativa, que ahora deben avalar los diputados, ha despertado críticas de empresarios agrícolas que han acusado al nuevo Gobierno mexicano de poner en «peligro» al sector por un «desmantelamiento de la infraestructura» que afecta a los grandes productores.
«Si le metemos también el tema de los maíces criollos, eso sería una pésima noticia para el país y un desabasto de la producción del maíz, principalmente», declaró Bosco de la Vega Valladolid, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) en una reciente rueda de prensa.
Jönsson aclaró que la iniciativa «no está peleada» con la innovación ni con el desarrollo tecnológico y que, de hecho, proteger el maíz nativo es «imprescindible para desarrollar nuevos tipos de semillas», además de abrirle mercados a los campesinos.
«Esta ley no es regularizadora en ese sentido, pues no prohíbe transgénicos ni híbridos. Más bien, lo que hace es apoyar a los maíces nativos. Y yo digo que es totalmente necesario. No necesitamos solo rendimientos que estén alimentando a los representantes de las trasnacionales», argumentó.
TRADICIÓN E IDENTIDAD
Por otra parte, la ley es una manera de proteger el patrimonio vivo de la cultura mexicana, afianzar la identidad nacional y reconocer los derechos humanos de las comunidades indígenas y campesinas, apuntó Xavier Martínez, director técnico del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
«El cultivo de los maíces nativos en México va asociado a las diversas identidades culturales de los pueblos indígenas y campesinos, y a la identidad cultural del pueblo mestizo», manifestó el especialista, quien añadió que los mexicanos son «guardianes» del 15 % de los alimentos mundiales.
Aunque la consideró un «paso en la dirección correcta», Martínez advirtió carencias en la ley, como la ausencia de una asignación de presupuesto, la falta de vinculación con la Ley de Bioseguridad y un escaso involucramiento de campesinos e indígenas.
También recomendó al Gobierno adoptar una perspectiva transversal respecto al maíz que involucre a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), pero también a otras dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Turismo (Sectur).
«Esto también representa un camino para combatir la crisis climática. Las agriculturas campesinas e indígenas enfrían la Tierra, no la calientan, además de que el material genético de estos maíces nativos nos permiten adaptarnos al cambio climático. México no puede darse el lujo de perder este tesoro», enfatizó.
Los activistas urgen al Congreso a aprobar la ley antes de la entrada en vigor del nuevo Tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pues atribuyen al libre comercio, entre otros factores, el abandono de las tradiciones gastronómicas mexicanas.
«El problema que estamos afrontando ahora de salud, el tema de diabetes en México y la obesidad, tiene que ver con una transición de la dieta tradicional mexicana a las comidas rápidas. Y por tanto, una de las cosas a la que deberíamos apostar es fomentar la cocina tradicional», concluyó Martínez.