Miles de migrantes avanzan en caravana hacia el norte por territorio mexicano

Foto: Moises Castillo / AP

Por Delphine Schrank

Reuters. Tapachula, México. 21 de octubre de 2018.- Una caravana de miles de migrantes hondureños que han sido vetados de entrar a Estados Unidos por el presidente Donald Trump comenzó a trasladarse por territorio mexicano el domingo, mientras cientos de policías mexicanos aguardaban en los cruces carreteros a lo largo de su trayecto.

Los migrantes han desafiado las amenazas de Trump de que cerrará la frontera entre Estados Unidos y México si la caravana avanza, así como las advertencias del gobierno mexicano de que corren el riesgo de ser deportados si no pueden justificar la búsqueda de asilo en México.

La caravana partió la semana pasada en San Pedro Sula, Honduras, y creció exponencialmente a medida que avanzaba por territorio guatemalteco.

Vestidos con equipo antidisturbios, la policía se desplegó en sus patrullas en varios puntos de las carreteras de Tapachula delante de la multitud de hombres, mujeres y niños que marchaban hacia el norte tras haber cruzado a México por la frontera con Guatemala.

Un oficial de policía, que prefirió no identificarse, dijo a Reuters que no había órdenes de bloquear la caravana. «Solo nos aseguramos de que pasen de manera segura y luego los guiaremos» a la Feria Mesoamericana, un refugio para migrantes fuera del centro de la ciudad, a unos 32 kilómetros al noroeste de la frontera.

Mientras un helicóptero militar sobrevolaba el área, muchos migrantes comenzaron a preguntarse si las autoridades realizarían arrestos en masa o los harían retroceder, pero otros miembros de la masiva caravana, manchados de barro, parecían decididos a seguir movilizándose el domingo.

«Vamos a pasar, vamos a continuar si no nos detienen», dijo el hondureño Jaffe Borjas, de 17 años, mientras marchaba junto a un amigo de la infancia al frente de la fila gigante que se extendía por la carretera hacia el horizonte.

La multitud de migrantes obstruyó por momentos la carretera que va hacia el norte desde la ciudad fronteriza de Ciudad Hidalgo, y muchos de ellos empezaron a cantar.

«Aquí estamos y no nos vamos y, si nos echan, nos regresamos!», gritó al unísono una gran multitud que marchaba bajo el intenso resplandor del sol de la mañana. «¡No somos criminales, somos trabajadores!».

Trump ha amenazado con detener la ayuda a Honduras y Guatemala, y potencialmente con cerrar la frontera de Estados Unidos con México con la ayuda de militares, si no es frenada la caravana.

«Se están haciendo todos los esfuerzos por frenar que la embestida de extranjeros ilegales crucen a través de nuestra frontera sur», publicó Trump en su cuenta de Twitter el domingo. «Las personas deben solicitar asilo en México primero y, si no lo hacen, Estados Unidos los rechazará», agregó.

El gobierno mexicano dijo la semana pasada que registrará a los migrantes y procesará las solicitudes de asilo. Quienes omitan el proceso, se enfrentarán a la deportación, pero el tamaño de la caravana pondrá a prueba a México, que ha buscado la ayuda de las Naciones Unidas para manejar el problema.

Durante las dos noches que han acampado usando mochilas como almohadas y en carpas improvisadas hechas con bolsas de basura en un largo puente que une a Guatemala y México, muchos de los viajeros dijeron que habían huido de una tóxica mezcla de violencia, pobreza y corrupción endémica, y que no volverían.

Los miembros de la caravana que permanecieron en México, y que muchos observadores en la frontera han calificado como cifras «sin precedentes» o de «un éxodo», serían millares pese a los números dados por el Gobierno mexicano.

México informó la noche del sábado que «casi 900 migrantes» habían llegado por cruces no formales, mientras que 640 habían sido procesados ​​luego de que se les permitiera entrar al país a través del cruce internacional de la frontera en el río Suchiate, que divide a Guatemala de México.

Según los funcionarios locales y los organizadores de los migrantes, la lentitud del proceso legal obligó a varios miles de personas a cruzar ilegalmente el río en balsa o nadando.

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró en un evento masivo en Chiapas el domingo su apoyo a quienes llamó «hermanos migrantes centroamericanos». «Ofrecí visas de trabajo (…) porque va a haber trabajo para los mexicanos y para los centroamericanos en nuestra patria», dijo.

«También estoy planteando al presidente Donald Trump que se pueda llevar a cabo un acuerdo para que Canadá, Estados Unidos y México inviertan en el desarrollo de sureste y de los países centroamericanos», agregó el futuro mandatario en Tuxtla Gutiérrez, la capital chiapaneca. 

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