Modificar Ley de Migración, sugiere el padre Solalinde
Foto: Alejandro Meléndez
Por Beatriz Astudillo
Periodistas Unidos. Ciudad de México, 02 de junio de 2019.- A los 74 años de edad, el popular sacerdote Alejandro Solalinde –activista y defensor de los Derechos Humanos de los migrantes–, alertó que “tenemos un gobierno que no es la cuarta transformación, son palabras mayores. Pero estamos en transición de qué trata de cambiar”.
“Algún día si va a ser esa cuarta transformación”, auguró durante la ponencia Aportación sociológica del joven Jesús de Nazareth a un siglo XXI diverso y confrontado, en la Casa de las Humanidades de la UNAM.
El sacerdote, hizo una reflexión en torno a la situación de los migrantes, centroamericanos en particular, a quienes se les ha construido una mala imagen en un país 82% católico.
“Tenemos un conflicto con migración. Primero el jefe de la nación dice que quiere derechos humanos, que todo cambie, que ya no haya corrupción y que haya un servicio a los más pobres. Los más pobres son los migrantes”.
Y sugirió que la Ley de Migración se modifique “para el bien de las personas migrantes, para los más pobres”, a los que definió como un “signo de un cambio de época.”
Aseguró que su albergue “Hermanos en el Camino” en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, no recibe financiamiento de la Iglesia ni del gobierno, que su misión es proporcionar un lugar seguro para los migrantes ofreciéndoles alimento y posada así como asistencia médica y psicológica, además de orientación jurídica. Ahí recibe entre 600 y 800 migrantes, a los que definió como “víctimas que tienen derechos por la Ley Migratoria 2011”.
Denunció que los hacen ir a firmar a otra población semanalmente y que Julieta Becerril Directora General de Regulación y Archivo Migratorio del Instituto Nacional de Migración, muestra poca flexibilidad para evitar el desgaste económico de los migrantes. Pagan 150 pesos por persona para cumplir ese requisito y a veces viajan familias completas, que huyen de las condiciones de violencia de sus países de origen, entre otros factores.
Señaló que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca que México sea como una policía para evitar que los migrantes continúen su camino hacia el American Dream, y lo acusó del patrocinador de las migraciones para presionar a México por las medidas que está tomando el Presidente López Obrador, a quien le celebra su postura de no entrar en conflicto con el vecino país del norte.
Describe a la actual Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, como una persona bienintencionada pero sin experiencia en el campo de Migración.
Durante ella, hizo un análisis del actuar de Jesús de Nazaret, a quien describe como “un maestrazo, un provocador “
Reflexionó sobre Jesucristo:
“Jesús sí supo qué decir: ’yo no he venido por los buenos, yo he venido por los pecadores’; esto es un cinismo, una declaración atrevida, en un mundo de ese maniqueísmo, de buenos y malos, yo sigo oyendo en el siglo XXI es que somos más los buenos que los malos. Todos somos pecadores y pecadoras, que hacemos cosas buenas y malas”.
Cuestionó la exclusión de las mujeres por la jerarquía católica la “que las considera inferiores, indignas. La Iglesia terminó excluyendo a las mujeres a pesar de que Jesús incluyó a las mujeres en su discipulado, aunque los evangelios que están escritos por hombres no registran esto”.
Para el formador de un sindicato de seminaristas, “Jesús nos dio confianza en Dios, que es de todas y de todos, nos hizo creer en un cambio; él veía prejuicios en los grupos fariseos, contra el ser humano que desautoriza y excluye, como ahora hacia los migrantes.
“Este joven Jesús, ideó un sistema de relaciones para cambiar este mundo, el problema son las relaciones, él trata de cambiar la idea de los interlocutores, a través de sí, primero al reivindicar los interlocutores, después buscando un instrumento que es el diálogo, para que haya una comunicación profunda. El primer valor que enseña es la aceptación de las personas, el respeto, la inclusión, Jesús es un amor incluyente. Tanto vale el ser humano que dio la vida por él.”
El sistema de relaciones interpersonales que propuso a Jesús -de acuerdo a Solalinde- es una relación que a nadie excluye. Donde espera que por medio de ese diálogo se construyan políticas justas, económicas, “para asegurarnos que haya una distribución equitativa de los bienes, no se ha traducido correctamente el deseo de un cambio en el nuevo gobierno, que “no fue mandado por el presidente sino por la sociedad civil.
“El sistema actual no es constitutivo. Se puede cambiar. Todos somos humanos, no rechacen a nadie, inclúyanlo, que todos somos de la misma condición, no puedes rechazar una persona –migrante- si la juzgas, la etiquetas y la excluyes; igual a esa sociedad con la que Jesús se encontró y quiso cambiar, y la que todavía después de 2 mil años, sigue prevaleciendo”, finalizó.