Nuestros monos, esos parientes olvidados

Por Biól. Juan Carlos Sánchez-Olmos / CONSERVACIÓN SIN FRONTERAS

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 17 de enero de 2023.- Los primeros días del mes de julio de 2022, los medios de comunicación digital hicieron correr la noticia del abandono que sufrieron decenas de animales en cautiverio en las faldas del cerro del Ajusco de la ciudad de México, en el “refugio” administrado por Black Jaguar White Tiger; mostrando imágenes que indignaron a la opinión pública, las cuales desenmascararon el falso amor desinteresado y el supuesto “compromiso” vocacional de quienes se ostentaron como directivos o asesores del pseudo proyecto de “bienestar animal”. De acuerdo con la información de las autoridades ambientales y reportes periodísticos, la mayoría de los animales son felinos; pero también encontraron 17 primates (https://www.zonadocs.mx/2022/07/06/de-santuario-a-prision-animal-claves-del-caso-black-jaguar-white-tiger/)

Personalmente me parece que el caso de los monos araña (Ateles geoffroyi) es más grave que el de los propios felinos, aunque ha recibido menos atención; pero no pretendo restar un grado de importancia a las omisiones o actos negligentes que dañaron la salud de todos los animales. Por lo tanto, es importante sustentar los argumentos.

En la citada bodega de animales, localizaron organismos juveniles dos especies de primates, papiones sagrados (Papio hamadryas) y monos araña. Los papiones se consideran fauna exótica, porque no son originarios de nuestro país, sino que su área de distribución se localiza en las zonas áridas del noreste africano. Así que, por su origen biogeográfico, la edad de los animales y la restricción legal para importarlos; podemos deducir que existe una baja o nula posibilidad de que hayan sido capturados en su hábitat natural. La afirmación se fortalece, al observar que no hay mercado para esa especie es nuestro país; debido a que la agresividad de los adultos, torna a los individuos inapropiados como animales de compañía.

Los monos araña son animales nativos porque, de manera natural habitan en las selvas del territorio mexicano, donde no existen bioterios, UMA´s o zoológicos que los estén reproduciendo comercialmente para vivir como mascotas; ya que su reproducción no es rentable; por los costos de infraestructura, asesoría, alimentación y atención medico veterinaria.

Además, los factores reproductivos de la especie, los hacen caros. Porque las hembras son fértiles hasta el quinto año de vida, tienen una larga gestación de siete meses, paren una sola cría (los partos gemelares son extremadamente raros) y la vida reproductiva de las hembras oscila entre 15 ó 20 años; o sea que el buen manejo zootécnico tal vez permitirá tener de 5 a 8 crías por cada hembra en toda su vida “útil”. Todos estos años debe alimentarse a los animales y sumar el costo al precio final. En consecuencia, la suma de factores biológicos y requerimientos materiales repercuten en el precio que el consumidor deberá pagar por una mascota de esta especie. El cual no es barato.

Una vez en casa existen dos inconvenientes adicionales que complican su mantenimiento: la longevidad y la conducta de estos monos. Los primatólogos de campo han reportado que la longevidad de los monos araña en las selvas oscila entre 20 y 25 años, pero en cautiverio, usualmente viven más de 30. Debido a la atención médico-veterinaria, la disponibilidad de alimento seguro y la ausencia de depredadores; circunstancias que incrementan su esperanza de vida, no obstante, existen reportes de monos que vivieron en zoológicos hasta 35 años (San Juan de Aragón) e incluso ¡50 años! (Texas Zoo).

Los monos araña son adorables, pero solo hasta la etapa juvenil, esto es entre el tercer y quinto año de edad; después de ese periodo, la amenaza para cualquier persona será permanente, porque al crecer desarrollan el temperamento y carácter característicos de su especie. Por lo tanto, su conducta es un factor de alto riesgo para cohabitar con ellos, por tales motivos, después de una corta temporada las personas suelen entregarlos a la PROFEPA o “donarlos” a refugios o zoológicos.

No obstante, en nuestro país la demanda de monos araña es muy alta y quienes trabajamos en su manejo y conservación, señalamos que entre las causas determinantes para la comercialización, reside su bajo precio y facilidad de compra. Solo basta situarse debajo de los árboles donde viven, apuntar, jalar el gatillo y meterle un balazo a la mona que porte una cría. ¡Así de fácil y barato! El precio se tasa por la suma de una jornada de trabajo del cazador furtivo, más el costo de la bala: $16,000 por una cría (en internet). Sin preocupaciones, sin necesidad de permiso de importación, pues ya se encuentra en territorio mexicano, ni expedición de facturas y ¡libre de impuestos! Una ganga. En consecuencia, todas las razones expuestas explican, porque los monos arañan ocupan el primer lugar entre los monos cautivos en México.

Cualquier persona puede constatar que no existen primates más barato en el mercado nacional, que los monos araña y los saraguatos (Alouatta spp). Cuya demanda se incrementa y surte a partir de las poblaciones silvestres en las selvas, del sur-sureste de México, desde donde llegan los monos que terminaran sus días recluidos en un zoológico, refugio, centro de decomisos o muertos en dramáticas condiciones.

En el territorio nacional, observamos que la mayor parte del comercio de felinos silvestres, aun cuando compromete el bienestar animal, es legal y corresponde a especies exóticas. O sea que no se capturaron en libertad. En contraste de la gran mayoría de monos araña, pues nacieron libres y morirán cautivos; a consecuencia del comercio ilegal.

Ese infame tráfico, es detonador de dramáticas historias de maltrato animal y de la trágica destrucción de los ecosistemas tropicales, donde decenas de monos, son sacrificados y capturados cada año. Lo cual es un atentado contra la biodiversidad.

La conservación de la vida silvestre, es un tema que demanda la participación de todos, pero requiere trabajo, compromiso, recursos financieros y sobre todo conocimiento. Sin embargo, abundan fantoches que exhiben escenas de dulzura y amorosa “dedicación”, gambusinos de gris existencia y tétrica experiencia. Marchantes de su propia imagen.

Para muestra, un argumento adicional. Los trópicos donde habitan los monos araña, registran una temperatura ambiental que promedia los 23°C la mayor parte del año, a diferencia del cerro del Ajusco, donde la temperatura invernal llega a descender hasta los 0°C. Condiciones, que cualquier profesional del manejo de fauna silvestre hubiera tomado en consideración, antes de trasladar, alojar y dejar a la intemperie a un animal en ese lugar; sin tomar medidas de protección. Decisión u omisión que trasciende al maltrato animal, para constituirse en una conducta negligente de crueldad animal.

El tráfico de monos araña y su cadena de nefastas consecuencias, constituyen un problema nacional que durante los últimos 50 años se agudizó, y para resolverse requiere mayor atención de la nación y el estado mexicano. Los mexicanos no tenemos mayor relación filogenética o parentesco, con ninguna otra especie animal, no es ninguna metáfora; así que abandonar a los monos u olvidarlos . . . perderlos; equivaldría a desgarrar un fragmento de nuestro linaje.

olmosmx@gmail.com

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