Nuevo plan de seguridad México-EEUU afronta el reto de no ser más de lo mismo
Por Eduard Ribas i Admetlla
EFE. Ciudad de México. 21 de diciembre de 2021.- Prevenir el consumo de drogas y el tráfico de armas en lugar de perseguir solo a capos del narcotráfico es la flamante estrategia de seguridad entre México y Estados Unidos, que tienen ahora el reto de evitar que el nuevo plan se convierta en más de lo mismo de lo que se ha hecho hasta ahora.
«Es bueno como mensaje político el cambio y este anuncio, pero lo importante va a ser la implementación y la coordinación entre México y Estados Unidos», dijo este martes a Efe Eunice Rendón, experta en seguridad y migración.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, certificó la semana pasada junto al embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, el «acta de defunción» de la Iniciativa Mérida, la estrategia vigente entre ambos países desde 2008, y celebró el «acta de nacimiento» del nuevo plan: el Entendimiento Bicentenario.
El embrión de este programa, bautizado así por los 200 años de relación bilateral entre México y Estados Unidos, se planteó el pasado octubre durante la visita a la capital mexicana del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y ya se ha puesto en marcha con las primeras mesas de trabajo.
NO SOLO BUSCAR CAPOS
El objetivo del Entendimiento Bicentenario es prevenir las causas de la violencia desde una perspectiva integral que sustituya a la Iniciativa Mérida, una estrategia eminentemente militar que impulsaron los entonces presidentes George W. Bush (2001-2009) y Felipe Calderón (2006-2012).
La persecución, captura y muerte de capos mexicanos del narcotráfico no ha reducido el consumo de drogas en Estados Unidos, donde se registraron 100.000 muertes por sobredosis en 2020, un récord histórico, ni tampoco la violencia en México, país que encadenó en 2019 y 2020 los dos años con más homicidios de su historia.
Por ello, los Gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y de Joe Biden quieren ahora ampliar la cooperación en otros ámbitos además de la captura de narcos, como políticas de prevención de adicciones o frenar el tráfico de armas estadounidenses hacia México, causantes de miles de asesinatos.
En esta línea, México presentó en agosto pasado una demanda por negligencia contra once empresas armamentísticas de ese país y el embajador Salazar reconoció por primera vez la semana pasada que el asunto de las armas es también «responsabilidad» de Estados Unidos.
Rendón, quien trabajaba para el Gobierno mexicano cuando se implementó la Iniciativa Mérida, señaló que ese plan ya contenía partidas económicas destinadas a programas sociales pero la «prioridad» de EE.UU. siempre fue capturar a narcotraficantes, algo que podría repetirse ahora a pesar de las buenas palabras, advirtió.
«Hay que ver cómo se comportan, ellos tienen su lista de cabecillas y del crimen. Dudo que desaparezca esta lista», afirmó Rendón.
Precisamente el pasado miércoles, el Gobierno de Estados Unidos ofreció 5 millones de dólares por información que conduzca a la captura de cada uno de los cuatro hijos de Joaquín «el Chapo» Guzmán.
¿FIN DE LA DESCONFIANZA?
Además de por su perspectiva militar, la Iniciativa Mérida ha sido criticada por la falta de coordinación y la desconfianza por parte de Estados Unidos hacia las capacidades de las autoridades mexicanas para perseguir y enjuiciar a los delincuentes.
«El error de Mérida fue la falta de coordinación. No había un seguimiento conjunto», explicó la experta.
Además, el secretario de Seguridad en el Gobierno de Calderón, Genaro García Luna, está hoy preso en Estados Unidos acusado de narcotráfico, mientras que el secretario de Defensa de Enrique Peña Nieto, el general Salvador Cienfuegos, fue capturado por el mismo motivo en Los Ángeles, si bien acabó siendo exonerado.
Tras la operación el año pasado contra Cienfuegos, de la que México no estaba enterado, López Obrador envió al Senado una iniciativa de urgencia para limitar la presencia de agentes estadounidenses en México, especialmente dirigida a la agencia antidrogas (DEA).
«Sí creo que ahora empieza una nueva etapa. los primeros años de Andrés Manuel (López Obrador) fueron difíciles para las agencias estadounidenses en México», opinó Rendón.
La misma secretaria de Seguridad de México, Rosa Icela Rodríguez, reivindicó la semana pasada la necesidad de enterrar esa desconfianza.
«La demanda de mayor seguridad exigida por nuestros pueblos solo puede atenderse a través de este acercamiento basado en la confianza mutua, porque con el puño cerrado no se pude intercambiar un apretón de manos», expuso.