Podcast. Joe Biden: el triunfo de la diversidad y las mujeres

Foto: AP

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 23 de enero de 2021.- No se dieron las 50 protestas que habían anunciado los seguidores de Donald Trump y el acto en el Capitolio, resguardado por la Guardia Nacional, por la ascensión de Joe Biden resultó el triunfo de la diversidad y, sobre todo, de las mujeres. Bien porque este siglo es de ellas.

            La magistrada de la Suprema Corte de Justicia, Sonia Sotomayor, le tomó la protesta a la vicepresidenta, Kamala Harris, afroamericana de raíces hindú.  Un punto trascendental el 20 de enero.

            Lo mismo que Lady Gaga, con un vestido estrambótico, cantara el himno de los Estados Unidos. Y después, una de las actrices más cotizadas, Jennifer López, entonó una rola, introduciendo la frase “Una nación indivisible, con libertad y justicia para todos”. Nunca se había pronunciado algo así en español.

            La también afroamericana, Amanda Gorman, dijo que: “Nunca más sembraremos la división”, en un poema elaborado para la ocasión.

            Testimonios que esa nación herida y dividida, puede levantarse si en realidad aplica, como ya se ve en las primeras medidas del nuevo presidente yanqui (el número 46), las medidas para desterrar el odio y crear un nuevo signo de confianza en todos los sectores.

            Aunque no se crea que la lucha está ganada, ya que Trump antes de irse a jugar golf a Florida, dijo “Volveremos (a la presidencia) de alguna forma”. Y tiene capital político amplio, el cual únicamente se puede diluir si hay medidas serias para los más desprotegidos y las clases medias que van achicándose lentamente del panorama estadounidense. Y que se enjuicie al llamado “hombre naranja”

            Biden, que fue vicepresidente con Barack Obama, con 30 años de carrera política y el mandatario más longevo que hayan tenido en la historia de nuestro vecino del norte, pues tiene 78 años, ya anunció algunas cuestiones importantes.

            En el ministerio de Salud puso a la cabeza a Xavier Becerra, descendiente de mexicanos, y en una subsecretaría a la primera transgénero, Rachel Levine. Algo relevante ya que en este sector estará la prioridad, lo mismo que en el crecimiento económico, el cambio climático y el apoyo a los grupos marginados.

            También hay una nativa de este país como ministra del interior: Deb Haaland.

            Entre las primeras acciones de Biden está favorecer a los miembros del DACA, jóvenes que ya no podrán expulsar por tener raíces de otros países, lo mismo que plantea el darle la nacionalidad a 11 millones de quienes estaban sin papeles, los cuales ya no serán deportados (algo que debe cumplir, no como la promesa que se quedó en eso con Barack Obama). También retirará la prohibición para que los musulmanes ingresen a Estados Unidos.

            El dinero que se iba a mal gastar en el Muro, se dedicará a las medidas sanitarias y el monumento al horror donde se despidió Donald en Arizona, quedará como el símbolo de la imbecilidad total.

            Ayudará a quienes no tienen para pagar sus rentas, ampliándoles el plazo hasta el 30 de marzo y evitará que puedan ser desalojados. A los estudiantes les posibilitará continuar sus tareas y no los expulsen de sus colegios hasta finales de septiembre.

            Obviamente retornará Estados Unidos a los Acuerdos de París para evitar mayor contaminación y suspendió de inmediato la explotación de los oleoductos y gas en Keystones y ya no se podrá seguir depredando el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.

            Será obligatorio el uso del cubrebocas y nuevamente estará la nación de la bandera de barras y estrellas en la OMS.

            Habrá una verificación más estricta con los motores emisores de metano.

            La equidad se buscará en todos los órdenes de la vida social, para intentar ser un país diverso e incluyente.

            Claro, todos estos cambios son positivos y vistos con agrado por la mayoría de naciones y ciudadanos del mundo, aunque no hay que olvidar que Estados Unidos insiste en ser el salvador del mundo y no perderá su fe en la religión y las enseñanzas que ya conocemos, entre ellas sentirse el pueblo elegido por Dios (sic celestial).

            Estamos, con todo, ante la posibilidad, los mexicanos, de tener un acuerdo mejor, ya que incluso Biden habló de ayudar económicamente a las naciones centroamericanas, algo que llevó a cabo López Obrador, aunque luego detuvo el apoyo por las presiones de Trump.

            Muy pronto veremos si en verdad hay cambios entre las relaciones para que sean más amistosas y no tan impositivas, como han sido en los últimos años no sólo de Donald, sino incluso con Obama, quien batió récord en el número de mexicanos deportados.

            Quizá como tituló a una de sus películas don Luis Buñuel: La ilusión viaja en tranvía. Pero soñar en estos momentos difíciles es necesario.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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