A la comunidad de la Universidad de Guadalajara:
Estudiantes, maestros, investigadores y personal administrativo y de servicios. A las autoridades universitarias
A los sindicatos universitarios
Al Pueblo de Jalisco
- En el marco de este 15 de mayo, Día del Maestro, los integrantes docentes e investigadores del grupo Académicos por la Democracia nos pronunciarnos enérgica y públicamente en torno a la situación laboral de los más de 16 mil maestros de esta institución, en su mayoría profesores de asignatura, de tiempo parcial.
- El balance general de la situación del grueso del personal académico es negativo, toda vez que las condiciones laborales y salariales son muy precarias. Tal situación, principalmente en lo que se refiere a los bajos salarios y a las contrataciones eventuales de los maestros de asignatura, impide un mejoramiento de los procesos de enseñanza–aprendizaje y en general en el cumplimiento de las funciones sustantivas. Muchas de las contrataciones semestrales de los profesores, como también sus ascensos en las categorías escalafonarias, se dan bajo la forma de acuerdos clientelares para una sumisión política acorde a las estructuras corporativas y autoritarias prevalecientes con el cacicazgo padillista.
- La Universidad de Guadalajara (UdeG) durante el régimen neocorporativo, iniciado desde finales de la década de los ochenta del siglo pasado, ha venido cayendo en una profunda crisis académica derivada directa e indirectamente de las estructuras de poder corporativo–clientelar. Es decir, las prioridades, formas, apoyos y estilos de organización, coordinación y decisión del trabajo académico, de investigación, de difusión y extensión de la ciencia y la cultura, se establecen bajo criterios eminentemente políticos que implican el control de una gran burocracia creciente e inoperante, cuyos altos mandos responden a los designios cupulares y no a las necesidades de un verdadero proyecto académico.
- Los contrastes salariales del grueso del personal académico con los de los altos directivos son abismales (por ejemplo: en febrero del presente año mientras un rector de centro universitario ganó 106 mil pesos mensuales netos, un profesor de asignatura B con 9 materias, apenas ganó 9,600 pesos mensuales netos); además, las formas y los criterios de ingreso, permanencia y escalafón académicos, están regidos por un estatuto que se maneja discrecionalmente con intereses políticos de subordinación corporativa. Esta contratación, especialmente la de los profesores de asignatura, no se enmarcan propiamente con objetivos escolares para una docencia calificada, sino que se establecen como forma barata, precaria, sin porvenir ni futuro asegurado.
Al respecto, los profesores de asignatura y aún los de carrera (de medio tiempo y tiempo completo) ven reducidas sus posibilidades de ascender de categoría a pesar de la liberación de plazas que se ha dado por procesos de jubilación, cada vez en mayor número, o, desafortunadamente, por el fallecimiento de un importante número de académicos por efecto de la pandemia de covid 19, o por otras razones de salud; debido a que muchas de estas plazas son ocupadas por la clientela política del grupo que controla la universidad, por parientes o amigos, al margen de cualquier convocatoria como lo exige la normatividad universitaria.
Recientemente se ha observado la contratación de académicos –sin trayectoria local y sin trámite alguno, saltando la normatividad universitaria– cuyo rasgo distintivo consiste en ser férreos opositores al gobierno de López Obrador con peso en la opinión pública, los cuáles no pasan por ningún proceso de selección, ocupan las plazas académicas más altas, se les crean centros o institutos de investigación con personal administrativo y de confianza a su cargo, además de cobrar sumas muy generosas como directivos de tales institutos. A cambio de ello, realizan el juego sucio del grupo padillista organizando eventos muy diversos para desacreditar al gobierno federal y sus políticas bajo una falso debate académico, el cuál, por supuesto, no se permite en esta universidad para analizar y criticar al gobierno universitario. Ejemplo de tales cortesanos son: Gilberto Guevara Niebla, Mauricio Merino y Enrique Cabrero Mendoza, entre otros.
El propósito de esta estrategia parece por demás claro, confrontar a la universidad con el lopezobradorismo para que en un momento posible en que se llame a cuentas al cacique y/o sus vasallos, ponerlos ante la opinión pública como supuestos perseguidos políticos.
- La crisis académica se enmarca dentro de una profunda crisis universitaria de naturaleza política, la cual deja toda una estela de problemas internos que afectan a estudiantes, maestros y administrativos y de servicios. Es una lista larga de enumerar que incluye desde problemas de acoso sexual a mujeres (estudiantes, académicas y de servicio) hasta escándalos de corrupción en el manejo del presupuesto universitario y de disputas políticas entre los jerarcas de la nomenclatura universitaria y los del gobierno estatal.
- La precariedad laboral, académica y en general, universitaria, también es producto de la inserción y sumisión de los dos sindicatos universitarios en las estructuras de poder corporativo-clientelar de la UdeG. Esta es la razón de que ni el sindicato de académicos (STAUdeG), ni el de trabajadores administrativos y de servicios (SUTUdeG), representen y defiendan los intereses económicos y laborales de sus agremiados. Las negociaciones de los contratos colectivos de ambos sindicatos blancos no son genuinas y eso explica que los aumentos salariales de los trabajadores universitarios se ubiquen dentro de los rangos más bajos de los topes salariales del país. Por supuesto, esto no sucede con los grandes sueldos de la privilegiada burocracia y con los despilfarros en obras faraónicas (Centro Cultural Universitario) ajenas a las necesidades académicas.
- La única posibilidad de resolver la crisis universitaria, su crisis académica y la precariedad laboral, es la urgente transformación de raíz de esta institución pública con base en una profunda Reforma Universitaria Democrática y, desde luego, también a la democratización de las estructuras de organización gremial-sindical para que representen verdaderamente los intereses genuinos de los trabajadores universitarios y no los del poder corporativo–caciquil.
- Los docentes e investigadores que pugnamos por la dignificación del trabajo académico y que reivindicamos el pensamiento crítico y la defensa de la universidad pública, nos encontramos ante los retos y alternativas a la precarización del trabajo en la crisis actual, lo cual supone necesariamente luchar por el mejoramiento de las condiciones laborales y salariales, el mejoramiento de las prestaciones sociales, la basificación del total de profesores de asignatura y una retabulación inmediata de acuerdo a los criterios del Estatuto del Personal Académico (EPA) y del Reglamento de Ingreso, Promoción y Permanencia del Personal Académico (RIPPPA).
- Convocaremos próximamente a una Mesa de trabajo, en la que te invitamos a participar, que se llevará a cabo de forma virtual y se transmitirá en las redes sociales, cuyo propósito será hacer propuestas más detalladas para mejorar las condiciones laborales con demandas precisas, tanto académicas como administrativas.
¡Viva el Día del Maestro!
¡Por la dignificación del trabajo académico!
¡Por una Universidad de Guadalajara democrática!
Académicos por la Democracia
Guadalajara, Jalisco, 15 de mayo de 2022