Primer cisma del gobierno mexicano eclipsa evento empresarial

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Por Jesús Yañez Orozco

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 21 de mayo de 2019.- Dura 36 horas el evento, realzado por un ramillete de edecanes. Verdaderas beldades. Día y medio de miel sobre hojuelas. Nada lo parece ensombrecer. Ni los resabios de la contingencia ambiental que semiparalizaron esta megalópolis durante nueve días. Tampoco la inasistencia del presidente mexicano al acto inaugural del lunes.  

Mas dio al traste al cierre de la Convención Nacional de la Canacintra –que genera más de tres millones 200 mil empleos– la renuncia de Germán Martínez a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Significa el primer cisma del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a cinco meses y medio de haber asumido el poder. Celulares en mano, la mayoría de los mil asistentes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación a la clausura, hoy, están con el “Jesús en la boca”. 

Miran atónitos la diminuta pantalla, en las palmas de sus manos, en la sede del evento, el hotel Camino Real, cercano al Bosque de Chapultepec. Queda la sensación que asisten al velorio de un muerto ausente. Se percibe un vacío. 

Otros tienen dibujado el rostro con una delgada máscara de satisfacción. Como si confirmaran que algo así no tardaría el ocurrir en la cúpula del poder. Sobre todo, por los crónicos desatinos del AMLO.

Sector salud es el que más padece sus recortes presupuestales.

Incluso, horas antes de que se hiciera oficial la escandalosa renuncia, algunos diarios conocían la versión de la renuncia que acapara los principales espacios informativos de la industria mediática nacional e internacional. Y se hace viral en redes sociales.

El político michoacano había entregado 11 cuartillas al presidente López. En ellas argumentaba por qué dimitía. Abierta su discrepancia con el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.

Su “injerencia”, argumenta en su epístola, es “perniciosa”, lanzándole el peor epíteto para un político en la actual administración, que equivale a un recordatorio familiar:

“Neoliberal”.

Y más: Enoch Castellanos, presidente de la Canacintra, considera «grave» que Hacienda –o la administración– no esté ejerciendo el presupuesto federal de manera eficiente.

Durante la comida de cierre de la Convención, y tras ofrecer una disculpa por la inasistencia del presidente al acto inaugural del evento empresarial, por una falta de coordinación en su oficina –“confusión”, dice, aunque no precisa cuál–, pasadas las 16:10 horas, clausura el evento el empresario Alfonso Romo Garza, encargado de la Oficina de la presidencia de la República.

Luego habla con los reporteros. La polémica renuncia, tema obligado.

Rechaza que cause inestabilidad en el gobierno que Martínez se baje del barco de la Cuarta Transformación, bandera de cambio que enarbola el presidente López Obrador.

Aclara:

“Una persona no es el gobierno”.

Queda la duda, por los rostros de algunos reporteros, si se refiere a Martínez o al presidente de México.

A la metralla de preguntas, con micrófonos y celulares apuntándole,  ataja sobre el ex titular del IMSS:

“Es un hombre muy valioso. Es un hombre muy bueno. Un hombre muy profundo. No sé las razones. Platicando les platico”.

Previamente, tras su participación durante el panel “Agenda legislativa industrial”, legisladores hablan a la prensa, por separado, sobre la salida de Martínez.

El primero es el presidente de la Comisión de Economía del Senado de la República, Gustavo Madero Muñoz.  Enfatiza que es mala señal para el actual gobierno federal la renuncia de Germán Martínez.

Agorero, añade:

“No es buena señal. Esos cambios no ayudan nunca”.

Al tiempo de que se tomaba fotografías con asistentes a esa reunión, el panista declara al reportero Juan Garciaheredia, del  El Sol de México:

“Desconozco los motivos. Ojalá y no sean los que estoy pensando”.

Concluye:

“Es un buen elemento. No sé qué motivos lo llevaron a tomar esa decisión. Los cambios siempre son inestabilidad”.

A su vez, Mario Delgado Carrillo,  el líder de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado Carrillo, opina, escueto:

“Ojalá Germán reconsidere. Creo que es un elemento muy valioso en gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador”.

Para entonces, pasan desapercibidos los cuerpos exuberantes de edecanes, en el séptimo piso del hotel. Sobre todo las de una telefónica trasnacional, enfundadas en microscópica minifalda negra. 

Romo, aclara, habla “como empresario”, en el discurso de clausura –casi 15 minutos–. Algunos toman sus palabras con sorna. Una versión de las soporíferas conferencias llamadas mañaneras de López Obrador, en Palacio Nacional.

Eso, sí, ante sus pares, reitera que la administración actual seguirá por el camino de la austeridad, “no” republicana, pero “sí” franciscana. Para que, filosofa, “las flores crezcan solas”.

Pues, insiste, hay que romper con el “círculo virtuoso negativo”. 

Y compara que mientras la zona del Bajío tiene crecimientos entre el 6 y 8 por ciento, la zona Sur decrece en el orden del 3 por ciento. Por lo que es, precisamente, en esta región donde se han concentrado la mayor parte de los proyectos de esta administración.

La actual administración, explica, tiene una política de fortalecer la creación de empresas como el único modelo para generación de riqueza sin mayor endeudamiento.

 Y ahonda que, la única forma de intervenir el mercado, será la creación de mayor competencia.Concluyen sus palabras en un mar de aplausos.

Vienen las viandas: pan, papitas cambray, chiles toreados. Sopa: crema tres quesos con higos  rostizados. Guisado: costilla cargada en salsa de vino tinto y chile mulato. Postre: tarta de yuzu. Café y té.   

Quien puso el cascabel al gato a la Convención fue Gustavo Madero. En el panel con legisladores, asegura, sin temblor en su voz:  

“México sin política —económica– para crecer 4%”.

Sigue, como cuchillo en mantequilla:

“Tampoco tiene una política económica que promueva la inversión y genere certeza a la llegada de nuevos empresas.”

Reflexiona:  

“La lógica de decisiones de la actual administración es electoral, basada en proteccionismo y populismo, lo que genera una gran incertidumbre”.

Lanza:

“Si no se genera riqueza no habrá tampoco recursos que distribuir entre la población.”

Porque, en resumen, no basta combatir la corrupción.