Pronunciamiento del CRU-UDEG por justicia laboral y salarial para todos los trabajadores académicos de nuestra casa de estudios
Comunicado
A LA OPINIÓN PÚBLICA DE JALISCO
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
AL DR. RICARDO VILLANUEVA LOMELÍ, RECTOR GENERAL DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Los académicos, trabajadores y estudiantes de la Universidad de Guadalajara que conformamos el COLECTIVO DE REFLEXIÓN UNIVERSITARIA (CRU), manifestamos públicamente, y a usted, DR. RICARDO VILLANUEVA LOMELÍ, lo siguiente:
- Nuestra casa de estudios requiere de grandes e importantes transformaciones para afrontar el reto de formar nuevas generaciones de profesionistas altamente calificados, críticos en todos los terrenos del quehacer científico y profesional, comprometidos en una lucha verdadera de combate a la enorme desigualdad social y pobreza de miles de mexicanos y jaliscienses.
- No es posible estar a la altura de estos objetivos y causas mientras al interior de la Universidad de Guadalajara se sigan anteponiendo los intereses políticos y económicos de un pequeño grupo que controla la Universidad. La opinión pública de Jalisco conoce del gran poderío económico y político del grupo que controla a esta Universidad, y que encabeza “El Licenciado”, Raúl Padilla López.
- La prensa de Jalisco ha denunciado -haciendo eco a las voces ciudadanas que demandan estos cambios, incluyéndonos a nosotros, Colectivo de Reflexión Universitaria- lo que ustedes, ciudadano Rector y grupo que representa, se empeñan absurdamente en desconocer: los privilegios de la élite burocrática universitaria, el “dobleteo” de puestos y sueldos de funcionarios y académicos privilegiados, el uso político que se ha dado a los recursos públicos que recibe la Universidad, el contubernio con los grupos políticos de Jalisco y el país, y la falta de democracia al interior de nuestra institución académica.
- No es fortuito entonces que académicos, estudiantes y trabajadores, estén demandando el derecho a elegir a sus autoridades académicas, entre otros, a los DIRECTORES DE DIVISIÓN, COORDINADORES DE CARRERA y JEFES DE DEPARTAMENTO, de eliminar las prácticas añejas del famoso “dedazo” en la ELECCIÓN DE REPRESENTANTES ante los consejos, organismos sindicales y estudiantiles, de los altos y absurdos COBROS EN LOS SERVICIOS UNIVERSITARIOS, tanto subrogados como los que brinda la propia institución, y por supuesto, la falta de apoyos y bajos sueldos de ACADÉMICOS E INVESTIGADORES, ASÍ COMO A LA COMUNIDAD ESTUDIANTIL, lo cual se ha traducido en una reducción gradual de las condiciones salariales de sus trabajadores afectando la calidad académica de nuestra casa de estudios.
- Es éticamente reprochable, que en plena pandemia y a pesar de los efectos económicos que ha tenido y que se reflejan en la pérdida de empleos, ingresos personales y familiares, en un contexto de inflación galopante y bajo crecimiento económico, las autoridades universitarias hayan decidido incrementar las cuotas de inscripción de los alumnos de forma abusiva y arbitraria.
- Igualmente, reprochable, injusta y arbitraria fue la decisión de reducir el monto de los estímulos económicos (del programa conocido como Programa de Estímulos al Desempeño Docente; PROESDE) para aquel sector de profesores de carrera, que desde hace ya más de 2 décadas percibimos y consideramos este recurso como parte de nuestros ingresos y hoy, veremos reducida nuestra capacidad adquisitiva en un contexto de alza continua en los precios de bienes y servicios.
- Las reglas de operación del PROESDE reconocen como una de las fuentes de financiamiento a los recursos propios de la institución, los cuáles han venido creciendo en las últimas 2 décadas hasta representar entre el 13 y el 15 por ciento del presupuesto total de la universidad. De igual manera, las ganancias en eficiencia y el ahorro de recursos que pueden obtenerse reduciendo los puestos, salarios y prerrogativas de que goza la alta burocracia universitaria, así como en muchas de las innecesarias empresas universitarias, que son deficitarias; bien pueden destinarse para solventar el financiamiento de este vital programa e incluso para ampliar la cobertura de beneficiarios. POR LO TANTO, NO EXISTEN RAZONES PARA GOLPEAR ECONÓMICAMENTE A LOS ACADÉMICOS.
- Coincidimos en la necesidad de dotar de más recursos a la Universidad, pero disentimos totalmente en la forma en que se ejerce el gasto, privilegiando el gasto superfluo, el impresionante gasto burocrático necesario para mantener una estructura clientelar que garantiza la fidelidad hacia el “grupo universidad” de quienes gozan de estos privilegios, así como el show Business cultural en detrimento de la investigación científica y la docencia, la infraestructura académica y el pago digno a trabajadores académicos y de servicio. Condiciones necesarias para que la Universidad pueda avanzar en el logro de sus objetivos. En las condiciones económicas actuales, consideramos, junto con esa gran mayoría de ciudadanos y universitarios, que la Universidad debe poner el ejemplo de austeridad, sobriedad, eficiencia y eficacia en el ejercicio del gasto público. Se debe actuar con HONRADEZ atendiendo aquellas áreas que más impactan la generación de conocimientos, la formación de recursos humanos de calidad y que contribuyen a resolver los problemas más lacerantes que aquejan a nuestra sociedad: la pobreza, el desempleo, la exclusión social y la falta de oportunidades para el desarrollo de las capacidades de la gente.
- En el mismo tenor se debe realizar una seria y objetiva investigación para dilucidar la impresionante red de negocios lucrativos que giran en torno a la Universidad y de los cuáles conoce poco la opinión pública. Al interior y en el entorno de la Universidad se ubican negocios de muy diversa índole que lucran con la comunidad universitaria, al vender, en condiciones de monopolio y en mercados cautivos, y por tanto a sobreprecio; una gran cantidad de bienes y servicios, entre otros: papelería, centros de fotocopiado, restaurantes, cafeterías, tiendas de venta de insumos de cómputo, librerías, souvenirs diversos con el logo y marca de la universidad, fruterías, estacionamientos. A lo que debemos agregar una gran cantidad de espacios deportivos en los que se cobra por el ingreso y renta de las instalaciones, hoteles, club deportivo, ranchos, salones de eventos, centros de espectáculos, equipo de fútbol, líneas de transporte y escuelas incorporadas de muy dudosa calidad, entre otros muchos. De estos negocios no se genera información pública específica sobre formas de adjudicación, propiedad (se sospecha que detrás de estos negocios se encuentra algunos personajes del grupo universidad o gente afín a ellos), cobros por renta de espacios y derechos, así como ingresos netos.
- A lo anterior habría que agregar el cada vez más diversificado cobro de cuotas y tarifas por los servicios que demandan los alumnos y trabajadores. Ahora los alumnos pagan una cada vez más creciente cuota de inscripción, supuestamente destinada para el equipamiento de laboratorios, equipo de cómputo, elaboración de credenciales, e infraestructura diversa. Adicionalmente pagan casi por cualquier trámite administrativo (emisión de certificados, constancias, kardex, entre otros). Y no conforme con ello pagan servicios y productos al interior y en el entorno de la universidad a precios de monopolio (copias, artículos de papelería, agua embotellada, refrescos y golosinas de muy diversa índole, cuestan hasta 100% más dentro de la universidad que en la tienda de la esquina). Por eso sostenemos que la Universidad está experimentando un proceso de privatización, lenta, pero continúa, con el consentimiento de las autoridades universitarias y el silencio y sospechosa complicidad de los sindicatos y de la organización estudiantil. ¿Será que están metidos en tan lucrativos negocios? NOS OPONEMOS TAJANTEMENTE AL COBRO DE CUOTAS Y A LA PRIVATIZACIÓN DE LA UNIVERSIDAD
- En este contexto exigimos transparencia y rendición de cuentas a detalle de todos los ingresos que genera el cobro de cuotas y tarifas por los servicios que presta la Universidad, así como de los negocios mencionados en el párrafo anterior, informando a la comunidad jalisciense ¿bajo qué criterios se designan o adjudican?, ¿cuotas que pagan a la universidad?, ¿cuánto le cuestan a la universidad por prestación de servicios de luz eléctrica, agua, drenaje, espacio ocupado, personal de servicios y mobiliario?, ¿cuánto generan de ingreso? ¿quién y cómo autorizan tan altos precios? y ¿qué personajes los manejan? EXIGIMOS TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS, ASÍ COMO LA ELIMINACIÓN DE PRÁCTICAS PRO MONOPÓLICAS QUE AFECTAN SERIAMENTE LA ECONOMÍA DE LOS ALUMNOS AL VENDER PRODUCTOS Y SERVICIOS DE MALA CALIDAD Y A MUY ALTOS PRECIOS.
- El COLECTIVO DE REFLEXIÓN UNIVERSITARIA EXIJE RESPETO (tanto a quienes lo conformamos, como a los que simpatizan, y en general a todas esas voces críticas) A SU DERECHO A LA MANIFESTACIÓN, A DISENTIR, CUESTIONAR y a PROPONER, por supuesto, en un marco de absoluta apertura, tolerancia y respeto al estado de derecho.
- Finalmente, MANIFESTAMOS A LA OPINIÓN PÚBLICA DE JALISCO, y a usted, DR. RICARDO VILLANUEVA LOMELÍ Rector General de la Universidad, que el COLECTIVO DE REFLEXIÓN UNIVERSITARIA seguirá haciendo uso de este derecho, y que avanzaremos en el proceso de organización y consolidación de este grupo “disidente” al interior de la Universidad de Guadalajara, en la lucha por su democratización y su dignificación. Confiamos en que más temprano que tarde, esta mayoría latente -temerosa por el justificado miedo a represalias-, se convierta en un gran colectivo de universitarios que levanten la voz y se atrevan a demandar los cambios profundos que se requieren para hacer de esta institución una verdadera casa del saber, abierta a la crítica, incluyente y comprometida con las causas más nobles de la sociedad a la que se debe. No claudicaremos en nuestro propósito de contribuir y encauzar los esfuerzos de la comunidad universitaria y Jalisciense para transformar nuestra universidad.
Por la democratización de la Universidad de Guadalajara
Colectivo de Reflexión Universitaria
Guadalajara, Jalisco, SEPTIEMBRE DE 2022