¿Se necesita un cuerpo de 100 granaderos para hacer un cateo en un albergue?
Por Andrea García Hernández
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 06 de diciembre de 2024.- El pasado 26 de noviembre, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), en conjunto con la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la CDMX (PAOT) y la Policía de Investigación, clausuraron el «Albergue en Busca de un Hogar», un refugio ubicado en la colonia Narvarte que operaba como centro de adopción de gatos y perros.
Esta acción se realizó tras varias denuncias por supuesto maltrato animal. Denunciantes anónimos declararon que «[…] en el supuesto albergue mantienen más de 100 individuos en jaulas permanentemente […]» y «[…] se supone que los rescatan, pero solo los vuelven ansiosos y agresivos […]».
Sin embargo, durante el cateo las autoridades incurrieron en diversas irregularidades, además de hacer un uso indebido de la fuerza. Detuvieron a la dueña del albergue, Sonia Paredes, sin mostrarle documento alguno que justificara su detención, confiscaron su teléfono y la dejaron incomunicada durante las primeras horas. También se reportaron robos de transportadoras y agresiones físicas; una vecina que intentó evitar que los gatos fueran llevados recibió un golpe en el rostro por parte de un policía. Además, amenazaron a familiares de Sonia y a los trabajadores del albergue con detenerlos por el simple hecho de estar presentes en el lugar.
¿Era necesario movilizar un cuerpo de 100 granaderos para confiscar 21 perros y 29 palomas?
Soy vecina del «Albergue en Busca de un Hogar» y llevo cuatro años como voluntaria. Puedo asegurar que en ese lugar jamás se maltrató a ningún perro ni gato. No soy una voluntaria «de fachada», como algunos medios han insinuado. Mi participación fue tan cercana que fui testigo de varios casos en los que perros y gatos llegaron al albergue en condiciones deplorables, y ahí se les brindó una segunda oportunidad: tratamiento médico, comida, agua y paseos diarios.
Chato, un pitbull rescatado en Chalco con lesiones graves y diagnosticado con carcinoma de células escamosas, tenía pocas probabilidades de sobrevivir. Sonia, junto con varios voluntarios, luchó por él, brindándole quimioterapias y las cirugías necesarias. Hoy, Chato está en remisión y vive feliz con una familia que lo ama.
Vecinos del «Albergue en Busca de un Hogar» protestaron en la avenida Cuauhtémoc a la altura de Parque Delta para pedir la liberación de Sonia Paredes quien era la encargada del lugar y la liberación de los perros que estaban el el albergue. pic.twitter.com/oMBDszWzsR
— Periodistas Unidos (@PeriodistasU) December 6, 2024
Furiosa y Cooper, una pareja de perros mestizos, llegaron al albergue con una ansiedad tremenda y temerosos debido al maltrato que sufrieron con su anterior dueña. Les tomó pocos días comprender que el albergue era un lugar seguro. Poco a poco, recuperaron la confianza y dejaron atrás el miedo y la ansiedad. Ahora son dos perros felices que viven en un hogar amoroso.
Estas son las historias que no ven ni quieren reconocer quienes se dejan llevar por la opinión pública.
Más de 250 vecinos de la colonia Narvarte hemos alzado la voz frente a las autoridades para exigir el regreso de nuestros perros. No dejaremos de insistir hasta que veamos a cada uno de ellos sano y salvo en el «Albergue en Busca de un Hogar». Estos animales no fueron rescatados; fueron víctimas de una operación mal ejecutada que los arrancó del único lugar donde se sentían seguros.