Skateboarding fomenta la cultura de paz y la igualdad en Guadalajara

Por Mariana González-Márquez

EFE. Guadalajara, México. 08 de octubre de 2022.- A bordo de una patineta, niñas y niños vencen sus miedos para practicar los arriesgados trucos del skateboarding, que dejó de ser considerada una actividad para vagos y se convirtió en un deporte que fomenta la cultura de paz y la igualdad de género.

Con sus cascos, rodilleras y con mucha energía un puñado de niñas y niños de diferentes edades vuelan por el aire, brincan y hacen girar las patinetas sobre las pronunciadas rampas del “bowl”, como se le llama a la pista en forma de tazón en la que practican y que cada vez son más comunes en los parques de  Guadalajara.

José Carmona, es maestro de la primera academia de skate impulsada por el ayuntamiento de la ciudad y que tiene su sede en el parque Solidaridad, en medio de una de las colonias populares de la ciudad y contó a EFE que abrir este espacio, el cual antes estaba abandonado, es una manera de dar opciones de esparcimiento a los menores.

“No era un parque recreativo para los niños, ayuda mucho a que no vean que está aquí la gente drogándose, sino que quieren venir en la bicicleta o ven a los demás patinando y les llama la atención, es un deporte muy peligroso pero me parece mejor desestresarte con este tipo de deportes, que pongan skate parks, para que la gente se distraiga”, expresó.

En México el skateboarding era visto como una actividad callejera pero poco a poco la actividad se hizo más popular y ahora es catalogada como un deporte.

Carmona, al igual que Carlos Sosa, fundador de la escuela de skate en Zapopan, aprendió en la calle, con la ayuda de amigos, de revistas o videos caseros.

“La naturaleza del skate es la calle, ha evolucionado, era cuestión de que se dieran los momentos y creyeran en él para hacerlo un deporte, cuando yo patiné nunca hubo una escuela; en Estados Unidos o Brasil hay escuelas y maestros hace 10 o 15 años enseñando el skate, en México apenas está llegando esa evolución”, relató Sosa a EFE.

PATINAR COMO NIÑA

Luciana Torres tiene 13 años y hace dos decidió practicar este deporte. Unos meses atrás comenzó a ir a la escuela en Zapopan donde venció el miedo a deslizarse de las alturas y aprendió a ser perseverante.

“El skate me ha enseñado a no temerle a las cosas, a que si me caigo me tengo que levantar y seguir haciéndolo. A las niñas les diría que lo pueden lograr, que no solo porque sea considerado un deporte para hombres no lo pueden hacer ellas, el skate es para todos los géneros y todas las edades y es muy divertido”, señaló en entrevista.

‘Lu’, como le dicen sus amigos, es una de las decenas de niñas que se convencieron de practicar el skateboarding tras verlo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde se incluyó por primera vez como deporte.

LA FUERZA DEL MIEDO

Practicar skateboarding va más allá de subirse a una tabla y hacer trucos. Quienes realizan esta actividad aprenden la disciplina, a transformar los miedos en fortaleza, a ser constantes y no dejarse vencer.

Brisa Rocha tiene 10 años y desde hace seis meses es alumna de la escuela de skate de Zapopan. Como casi todos inició con una patineta prestada, practicando con su primo. Después se matriculó en la academia y desde entonces se siente más confiada.

“Disfruto la adrenalina, como cuando te bajas de una rampa muy grande y sientes el aire, cómo bajas. Me ha enseñado la perseverancia y la disciplina, para hacer un truco lo tienes que hacer hasta que te salga, tienes que practicar casi a diario. No importa el género, solo anímate y aviéntate”, afirmó.

Brian Gallegos tiene 12 años y narró a EFE que desde hace 8 meses pasó de practicar en las calles a ser uno de los asiduos del parque Solidaridad, atraído por la destreza y los “vuelos” de su ahora profesor, José Carmona.

En sus ojos se nota la pasión por este deporte que, según dijo, lo hace sentir «libre» y con la capacidad de tomar sus propias decisiones.

“En la calle te ven con tu patineta y piensan: ‘pinche vago, de seguro se droga’, pero no es cierto, ahora (en el parque) está más chido, estoy con todos los que supuestamente somos vagos. (Aprendí) a (que) si te caes, levantarte, no te rindes tan fácil; a que no hay mala vida, sino días malos”, dijo con una sonrisa.

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