Solicitantes de asilo exigen ser atendidos

Foto: Moises Castillo / AP

Por Moises Castillo

AP. Tijuana, México. 18 de diciembre de 2018.– Varios solicitantes de asilo acompañados por dos legisladores estadounidenses aguardaron horas en territorio de Estados Unidos mientras exigían que sus peticiones fueran procesadas de inmediato, desafiando una política de Washington de hacer esperar a la gente en México si se carece de la capacidad para agilizar los trámites.

Los 21 hondureños que solicitan asilo acamparon en un pequeño espacio en territorio estadounidense dentro del puerto de ingreso Mesa de Otay en San Diego, con la frontera que separa a Estados Unidos y México hacia el sur y las casetas de inspección estadounidenses hacia el norte, dijo Nicole Ramos, abogada de Al Otro Lado, una organización de servicios legales que apoya a los migrantes. La gente que camina hacia los inspectores suele no ver el marcador oficial de la frontera.

Para el lunes por la noche, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) accedió a procesar los casos de ocho niños sin acompañante, una madre con cinco hijos y un hombre, señaló Ramos. Pero una familia de cinco integrantes y un hombre seguían aguardando en el pequeño espacio en territorio estadounidense, respaldados por la presencia de los representantes demócratas Nanette Barragan y Jimmy Gomez.

“El argumento de ellos (la CBP) es que no tienen capacidad”, respondió Ramos ante la pregunta de un reportero.

“¿Y cómo es que el gobierno americano que es el más poderoso en el mundo, uno de los más ricos, no tiene capacidad para procesar refugiados?”, agregó. “¿Cómo no podemos poner más espacio para procesar refugiados con la dignidad que todos los humanos merecen?”

La CBP no comentó sobre el estatus de los 21 solicitantes de asilo, pero las autoridades indicaron que las peticiones son procesadas lo más rápido posible.

El impasse deja ver una práctica estadounidense de limitar el ingreso a los solicitantes de asilo en los cruces oficiales cuando se encuentran al máximo de su capacidad, a lo cual las autoridades le llaman “medición” o “manejo de filas”. Niegan enfáticamente que estén rechazando a solicitantes de asilo _algo que está prohibido bajo las leyes estadounidenses y el derecho internacional_, y dicen que sólo les están pidiendo que aguarden temporalmente en México.

La CBP dice que un enorme aumento en las solicitudes de asilo ha estrechado los recursos con que cuenta. El número de personas que dicen tener miedo de regresar a su país de origen _el paso inicial para pedir asilo_ aumentó en 67% en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre, a 92.959 peticiones en comparación con 55.584 el año previo.

En San Diego, las autoridades estadounidenses canalizan las solicitudes de asilo a través del puerto de ingreso de San Ysidro, el de mayor actividad en Estados Unidos. Los migrantes que desean el asilo manejan la lista de espera en un cuaderno maltratado en Tijuana.

Ya había una lista de 3.000 personas aguardando en San Ysidro incluso antes de que una caravana con más de 6.000 individuos llegara a esa frontera el mes pasado. En ese cruce suelen procesarse de 60 a 100 solicitudes por día, lo que significa que muchos tendrán que aguardar en Tijuana durante meses.

La gente que se presenta en el otro cruce en la ciudad, el de Mesa de Otay, es canalizada al de San Ysidro antes de que pueda ingresar a territorio estadounidense. Pero el grupo del lunes sí logró pisar suelo de Estados Unidos, según Ramos, lo que usualmente significa que son transferidos a San Ysidro para que sus solicitudes sean procesadas de inmediato.

Ramos dijo que los 21 hondureños que pedían asilo corrían peligro si se quedaban en México.

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