Suscriben en México memorando de entendimiento para avanzar en Venezuela
AP. Ciudad de México. 14 de agosto de 2021.- El gobierno y la oposición de Venezuela suscribieron el viernes un memorando de entendimiento en la capital mexicana para avanzar hacia acuerdos que permitan concretar condiciones para procesos electorales y el levantamiento de las sanciones económicas, parte de la búsqueda de una salida negociada a la crisis de la nación sudamericana.
La firma del documento marcó el arranque de un nuevo proceso de diálogo, bajo la facilitación de Noruega, que tendrá una amplia agenda. Ésta incluye la definición de garantías electorales y un cronograma para elecciones observables; el levantamiento de las sanciones; la restauración de derechos a activos; el respeto al Estado constitucional; la convivencia política y social; la renuncia a la violencia; la reparación a las víctimas de la misma, y la protección de la economía y la población.
Durante una ceremonia en el auditorio del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, el diputado Jorge Rodríguez, jefe de la delegación del presidente Nicolás Maduro y presidente de la Asamblea Nacional; el exalcade Gerardo Blyde, cabeza de la delegación opositora, y Dag Nylander, en representación del gobierno de Noruega, firmaron el memorando de entendimiento.
“Estamos dispuestos a que (en) el devenir del trabajo de (la) agenda que estamos trabajando, aparezcan acuerdos tempranos que nos permitan llevarle al pueblo de Venezuela más esperanza en el desarrollo de estas discusiones, de estas negociaciones”, dijo Rodríguez en un discurso, al expresar la disposición de la delegación del gobierno a avanzar rápidamente en la búsqueda de “acuerdos urgentes”.
El jefe del Congreso descartó que el gobierno de Maduro vaya a ceder ante las presiones de la comunidad internacional, y sostuvo que “con nosotros no funcionan las amenazas, con nosotros funciona el respeto a la Constitución”.
“Cada parte ha tenido que ceder”, dijo Blyde al hablar del proceso previo al inicio de los diálogos, e indicó que en la segunda etapa vendrá un proceso más complejo, pero que hay la convicción de que estas negociaciones son necesarias para ayudar a paliar la difícil situación que padecen los venezolanos.
“Comienza un proceso trascendente, importante e integral que debe obligarnos a acordarnos”, manifestó Blyde, y agregó que la oposición apostará a lograr “garantías de convivencia política y democrática, un acuerdo de mutuos reconocimientos y respeto para el pleno ejercicio de todos los derechos contemplados en la Constitución nacional”.
En el memorando de entendimiento se estableció que el objetivo del proceso es llegar “a un acuerdo a través de una negociación intensa, integral, incremental y pacífica, para establecer reglas claras de convivencia política y social, con respeto absoluto a la Constitución”.
Como método de la negociación se fijó que “nada está acordado hasta que todo lo esté”, pero se dejó abierta la posibilidad para que lleguen a acuerdos parciales si consideran que los puntos han sido suficientemente debatidos o su implementación es urgente.
Tras agradecer el apoyo de México para albergar los diálogos, Nylander, director del centro noruego para la resolución de conflictos, quien también participó en las negociaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, dijo que la crisis de Venezuela “sólo puede ser resuelta por los actores venezolanos. El resultado dependerá de estos actores políticos, nadie más”.
Asimismo, el gobierno de Noruega dio la bienvenida a los diálogos entre el gobierno y la oposición venezolana, que consideró son una “oportunidad importante”, y dijo en un comunicado que le desea a las partes éxito en “buscar soluciones positivas e inclusivas para todas y todos los venezolanos”.
Horas antes de que comenzara el proceso, Maduro dijo que el gobierno venezolano irá al diálogo “de manera autónoma e independiente, sin chantaje de ningún tipo” para fijar un cronograma electoral y lograr el entendimiento y la reconciliación nacional.
La declaración del mandatario coincidió con los comentarios que realizó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, quien afirmó la víspera que “el régimen de Maduro puede crear un camino hacia el alivio de las sanciones permitiendo a los venezolanos participar en elecciones presidenciales, parlamentarias y locales libres y justas que deberían haberse celebrado hace tiempo”.
Price planteó que Venezuela requiere que el gobierno de Maduro participe en discusiones sinceras con la oposición que resulten en una solución negociada integral a la crisis venezolana.
Estados Unidos, que reconoce a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, no participará en el proceso, pero los analistas coinciden en que tendrá un papel fundamental debido a que Maduro ha centrado sus exigencias para sentarse a dialogar en el levantamiento de las sanciones.
Por su parte, Rusia y Holanda acompañan a las delegaciones de Maduro y la oposición.
El gobierno del presidente Joe Biden y la Unión Europea se han mostrado a favor de un diálogo en Venezuela que genere las condiciones que permitan elecciones democráticas y transparentes.
Washington levantó el mes pasado una sanción para permitir a las compañías no estadounidenses exportar a Venezuela gas licuado de petróleo, el cual se utiliza para cocinar. La decisión fue considerada un “gesto de buena fe” para promover el diálogo.
La delegación del gobierno venezolano la integran el gobernador del estado central de Miranda, Héctor Rodríguez, y el diputado Nicolás Maduro Guerra, hijo del mandatario, además del jefe de la Asamblea Nacional.
Por el lado de la oposición participan también Carlos Vecchio, representante de Guaidó en Estados Unidos; los exdiputados Tomás Guanipa, Mariela Magallanes, Luis Aquiles Moreno, Stalin González, y Luis Rondón, y el dirigente socialcristiano Roberto Enríquez, quien estuvo refugiado por cuatro años en la residencia del embajador de Chile en Caracas y obtuvo un salvoconducto del gobierno para salir de la sede diplomática y viajar a México.
A diferencia de los dos procesos de diálogo que se desarrollaron sin éxito entre 2017-2018 y en 2019, bajo el acompañamiento de la comunidad internacional y Noruega, en esta oportunidad el gobierno de Maduro va en una condición de fortaleza frente a una oposición muy debilitada por las fracturas internas y la pérdida este año de la Asamblea Nacional, que era su último bastión.
En un mensaje de su cuenta de Twitter, Guaidó garantizó que trabajará para “que ningún interés particular o de ningún grupo supere la necesidad de toda una nación”, y apostó por la transparencia del proceso. “No le interesa a Venezuela otra negociación fallida… solo un acuerdo integral genera garantías”.
Durante más de una década el país sudamericano ha enfrentado una compleja situación económica, social y política que se profundizó en el último año debido a la crisis generada por la pandemia de coronavirus, la cual agravó la paralización económica, la hiperinflación de cuatro dígitos, la pobreza y las graves deficiencias del sistema de salud.