Tragedia y negligencia en Ciudad Juárez: El testimonio de Kelly, sobreviviente colombiana del incendio en la Estación Migratoria

Por Lino Rodríguez

AMEXI. Ciudad de México. 21 de julio de 2024.- Kelly, de nacionalidad colombiana, narra en entrevista con AMEXI la tragedia del 27 de marzo de 2023, cuando 40 migrantes murieron al incendiarse la estación migratoria de Ciudad Juárez, donde Kelly y otras 14 mujeres también estaban recluidas. Con horror recuerda que, en medio del incendio, algunos agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) vociferaban: “¡Que se quemen!”, “¡Que se chicharroneen!”, “¡Es su culpa!”, “¡Ellos se lo buscaron!”.

Cruzados de brazos, nada hacían por sacar a los migrantes que se asfixiaban y quemaban en el albergue para migrantes de Ciudad Juárez, Chihuahua.

La joven colombiana recuerda los momentos que vivió junto con otras 14 mujeres que lograron salvarse porque la agente que las custodiaba decidió abrir el candado de la celda.

“Yo quiero que se haga justicia, que este caso no quede impune”.

“Nos quitaron los pasaportes”

Un año y cuatro meses después de la tragedia, la joven diseñadora gráfica se encuentra en Estados Unidos en espera de que se resuelva su solicitud de asilo.

Kelly ha perdido el miedo y decide hablar de lo que vio, de lo que escuchó y de lo que sufrió aquel día en el incendio del albergue del INM, donde agentes migratorios gritaban «déjenlos que se quemen» y minutos después 40 migrantes detenidos murieron.

Sin embargo, la joven colombiana prefiere no revelar sus apellidos, tampoco la ubicación de la ciudad estadunidense donde se encuentra.

Había llegado al aeropuerto de Ciudad Juárez en la mañana del día de la tragedia. Ahí, agentes migratorios la detuvieron ilegalmente y la condujeron a la estación migratoria.

En la entrevista, Kelly narra su detención ilegal y la de otras dos mujeres.

“Éramos tres colombianas. Nos detuvieron en el Aeropuerto de Ciudad Juárez sin decirnos absolutamente nada. Todos nuestros papeles estaban en regla, incluido nuestro pasaporte que nos permite como colombianas estar en México.

“Queríamos pedir asilo en la frontera de Estados Unidos. Pero los agentes de Migración nunca nos dijeron qué estaba sucediendo, simplemente nos quitaron los pasaportes y nos obligaron a quitar los cordones de nuestros zapatos.

“Nos tuvieron paradas mucho tiempo en el aeropuerto, luego nos montaron a un microbús, nunca nos informaron a dónde íbamos, pero de ahí nos llevaron a ese centro de migración en Ciudad Juárez.”

En efecto, los agentes las condujeron a la cárcel-estación para migrantes y ahí las encerraron. Unas horas después se desató el terror.

 

Mujeres atrapadas. /Amexi /Foto: Captura de video en redes sociales.

“Empezó a entrar el humo”

“Era como una celda y ahí estaban todos esos hombres. Después de mucho rato nos llevaron a otro pasillo y de ahí a una celda de mujeres. Muchas de ellas llevaban ahí varios días, semanas.

“Había chicas que tenían su periodo, pero no tenían implementos de higiene, no podían ni bañarse. Éramos unas 30 mujeres, pero una hora después se llevaron a la mitad, no sé si deportadas o por qué se las llevaron.”

“Fuimos 15 a las que nos dejaron encerradas. Más o menos a las nueve de la noche fue cuando empezó a entrar el humo y nos dimos cuenta de que había un incendio.”

Recuerda que en ese momento había un abogado con una de las detenidas y a él «le avisaron para que saliera porque había un incendio».

“A nosotras nos dejaron ahí encerradas. Empezamos a gritar que nos sacaran. A la chica que nos custodiaba se le removió el corazón y nos abrió la reja. Salimos todas agachadas porque el humo no nos dejaba ver nada.”

“En ningún momento escuchamos los gritos de los hombres. A nosotras nos llevaron hacia unas escaleras y nos pusieron vigilancia para que no huyéramos, como si fuéramos delincuentes”, apunta Kelly.

 

Los muertos. /Amexi /Foto: Redes sociales.

“Pudieron haberlos salvado”

Su voz se quiebra cuando rememora aquella noche:

“No se preocuparon por ayudar a los chicos. Sólo oíamos sus comentarios: ‘¡Que se quemen!’, ‘¡Que se chicharroneen!’, ‘¡Es su culpa’!, ‘¡Ellos se lo buscaron’! y ‘¡No vamos a hacer nada, no aparecen las llaves!’. Esos eran los comentarios de los agentes de Migración y de los guardias.”

Afirma tajante: “Pudieron salvarlos de no morir, así como nos abrieron la reja a nosotras. Estaban la mujer que nos estaba cuidando, un hombre calvo, uno muy joven y delgado y un señor canoso alto. Nadie hizo nada. Sólo gritaban ‘que se quemen’. Estaban más preocupados de que no huyéramos nosotras que por salvarlos”.

Esa misma noche de la tragedia, las llevaron a la vuelta de las instalaciones del INM y en una jaula encerraron a las15 mujeres, a la intemperie a pesar del frio. Desde ahí vieron el desfile de personas que sacaban los cuerpos de los 40 migrantes que fallecieron.

“Imagínate el tiempo que pasó sin que hicieran nada por salvar a los 40 que fallecieron. El humo ya era mucho, y mucho rato después, más de 40 minutos, empezaron a llegar los bomberos. No sé si los llamaron o los bomberos se dieron cuenta del incendio. Llegaron reporteros de los medios de comunicación, el Ejército.”

 

Saldo trágico. /Amexi /Foto: Redes sociales.

“Que se haga justicia”

La joven colombiana, a quien la Fiscalía General de la República (FGR) no reconoce como víctima a pesar de que estuvo a punto de morir, sufre secuelas psicológicas.

Además de que fue aprehendida ilegalmente, permaneció detenida unas horas más después de la tragedia y sólo se le tomó declaración en calidad de testigo.

“Yo quiero que se me reconozca como víctima, no como testigo, que se haga justicia en este caso, que no quede impune, que se castigue a los funcionarios involucrados”, expone al ser cuestionada sobre el caso del titular del INM, Francisco Garduño, quien a pesar de los 40 muertos se mantiene en el cargo y ahora busca su exoneración total.

“Yo sufrí maltrato psicológico cuando escuché a los agentes decir ‘que se quemen’, que dejarían que se quemaran los hombres, cuando vi cómo sacaron los cuerpos a la calle uno a uno frente a nosotras.

“Fue maltrato que me hicieran pensar que pude ser yo quien muriera, que me quitaran mis papeles, que me detuvieran ilegalmente”, agrega Kelly.

También lamenta que en Colombia ni siquiera se conozca su caso.

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