¡Una ayudita! Más empleo, dinero y justicia, piden mexicanos a AMLO

Foto: Daniel Becerril / Reuters

Por Ana Isabel Martinez

Reuters. Ciudad de México. 19 de julio de 2018.- Decenas de personas llegan cada día con peticiones escritas en papeles, trozos de servilletas o documentos a una casa donde Andrés Manuel López Obrador, futuro presidente de México, se ha instalado mientras asume el poder en diciembre.

Solicitudes de empleos, ayudas económicas y clamores de justicia son recibidos del otro lado de las rejas por miembros del equipo del político izquierdista, conocido como AMLO y quien ganó por abrumadora mayoría los comicios del 1 de julio.

«Yo aspiro y se lo pido a Dios que me den una audiencia para ver si él me puede ayudar a recuperar mis ahorros (…) porque la verdad es que me estoy muriendo de hambre», dijo María Guadalupe Sánchez, de 58 años, quien con una pierna maltrecha y un bastón esperó por horas para ver a López Obrador, a quien sus enemigos políticos tildan de populista.

La mujer cargó contra el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto por la intervención en 2014 de una pequeña sociedad financiera, llamada Ficrea, que hizo operaciones fraudulentas. Casi 7,000 personas resultaron afectadas y muchas aún esperan recuperar sus ahorros.

«Soy defraudada de Ficrea por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto (…) él nos despojó de nuestros ahorros (…) entre ellos hay muchos ancianos, madres solas como yo. Ahorita me encuentro en este lugar con la esperanza de que López Obrador nos ayude», dijo Sánchez quien aseguró haber tratado de suicidarse varias veces por la desesperación.

LÍDER POPULAR

López Obrador ganó la presidencia de México por más de 30 puntos porcentuales de ventaja sobre sus más cercanos rivales con sus promesas de acabar con la arraigada corrupción, la inseguridad y cortar los sueldos de los de arriba para incrementarlos a los de abajo.

El político de 64 años, que coronó el 1 de julio su tercer intento consecutivo por acceder a la silla presidencial, se ha caracterizado por ser un líder cercano a la gente y, a diferencia de los últimos mandatarios, detiene su auto para hablar con sus compatriotas, los abraza y saluda con afecto.

En su búnker, apenas un par de vigilantes privados cuida la entrada y salida de personas que se reúnen con él.

«Lo que quiero es un trabajo formal, es poder hablar con el licenciado Obrador o con alguna persona que nos pueda atender para poder pedirle, sugerirle, que nos de esa oportunidad para poder trabajar», dijo Diego Tapia, un invidente de 26 años que da masajes en las calles de Ciudad de México.

Una joven encargada de recibir las decenas de solicitudes de la gente, desde que se instalaron en la casa en la colonia de clase media Roma, dijo que cada día llegan más peticiones: «Piden de todo, son un montón cada día».

Pero no todos se acercan para pedir. Gerardo Sánchez, un estilista de 52 años, tienen dos días rondando la casa para hacer una singular oferta.

«Yo domino muy bien la tijera y por eso estoy acá porque me gustaría ser el estilista del presidente y lo haría gratis», dijo el hombre con el cabello bien arreglado y las uñas pintadas de negro. «De que voy a llegar a verlo, voy a llegar. Voy a tener mis cinco minutos con el presidente y si no quiere, me voy».

Muchos aprovecharon el martes para hacer sus solicitudes a viva voz cuando López Obrador salió a un patio de la casa a dar una conferencia de prensa y se veía desde la calle. Otros pedían que fuera hasta ellos para hablar, lo cual no ocurrió.

«Le quiero hablar ¿Va a apoyar a los ancianos y cómo van a estar los hospitales que no tienen herramientas para operar?», dijo una diminuta mujer al borde del llanto apachurrando un papelito para entregar a López Obrador.

«Tengo un hijo con un brazo quebrado que se cayó de una azotea y están pidiéndome herramientas para curar su brazo», contó.

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