100 días de cultura en la Ciudad y 6 movimientos de catástrofe

Foto: Moises Pablo / Cuartoscuro

Por Rita Alarcón

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 19 de marzo de 2019.- Quizá a diferencia del nivel federal la 4T comenzó su gestión en la Ciudad de México con muchos más puntos a favor: una definición, presupuestos y convocatorias. Pero a 100 días de gobierno no hay que negar que han sido más los “escándalos” que los aciertos, sobre todo, en lo que toca a un sector bien constituido y “consciente” como es el “sector cultural de la Ciudad de México”. Aquí algunos ejemplos —que no son todos— de cómo el gobierno local en materia de cultura se ha mantenido al frente de las notas en materia de cultura:

PRIMER MOVIMIENTO

Primera poeta de la Nación, Beatriz González Müller, hallazgo de la 4T

Evento: 14 de febrero: Por un mundo sin muros, primer maratón internacional de poesía en la CDMX. En un hecho inédito e inusitado, la esposa del actual presidente se presentó a una lectura en la calle. No sucedería nada, si como “fan” de Silvio Rodríguez y de lo que ella cree que es “poesía en voz de sus autores” se mantuviera al margen; en cambio, se dio a sí misma el carácter de “poeta” y compartió textos anacrónicos de su autoría. Todo estaría muy bien esto hubiera sido una práctica cotidiana de un personaje sui generis que no pierde la ocasión de ocupar espacios literarios para sí. No fue le caso. Las autoridades la ciudad no notificaron de su presencia y, sin embargo, todo el carácter de lo que se pretendió fuera una celebración de “poetas”, se convirtió en el escenario y foco para que nuestra “Beatriz” nos iluminará con sus versos. Deplorable que una mujer de su influencia y carácter académico pretenda validar sus versos en la calle sin que nadie de los poetas presentes le validen una trayectoria.

SEGUNDO MOVIMIENTO

¿Ciudad de derechos culturales?

El 21 de febrero se denunció mediante “Carta abierta al Secretario de Cultura” diversos atropellos que trabajadores de la Secretaría Cultura han sufrido durante su gestión. Lo más impactante es el primer parráfo:

“Escribo desde el anonimato, porque temo que mi integridad laboral sea vulnerada –a través de represalias, acoso o coerción– al exponer una situación que comienza a normalizarse, y que no ha sido dialogada en público. Escribo como artista y bajo mi condición de trabajador en la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México; escribo desde el desconcierto, pero tratando de guardar todavía el ánimo conciliador y receptivo que nos lleve a comprender la situación que los trabajadores estamos viviendo desde la llegada de la nueva administración cultural”.

 Aun el miércoles pasado se consideraba que era “inaceptable” que los trabajadores de “honorarios” que han mantenido la operación de la Secretaría durante la transición, no tuvieran certeza de su pago para la quincena del tercer mes del año, siendo que no han cobrado desde diciembre de 2018. Al respecto una trabajadora comentó “no estoy para mantener al gobierno, no tengo ni para el pasaje y sí se me exige estar (…)”.  

A esto, queridos lectores, se le llama “régimen de protección de Derechos Culturales”.

TERCER MOVIMIENTO

Dilapidar o de los 300 PILARES

El 18 de marzo, la Jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, inauguró el pilar 22 de 300 que comprometió y que ha dicho en Atlampa que serán más de 500 al fin de su administración. Sólo pudo mencionar tres actividades culturales: música teatro y clown, al referirse al último, dijo: “para que aprendan a ser payasos”, claro que desconocer la tradición del clown, ignora, por supuesto, su papel a lo largo de la historia y su importancia en las cortes y más aún su función social a lo largo del siglo XIX y XX, pero, peor aún, ni siquiera parece haber visto alguna vez piezas clásicas de este género. Por lo que para ella el “clown” es equivalente a ser payaso, el mismo estereotipo sería que ella como ingeniera fuera reducida a “cuida chalanes”.  Muchas sombras se posan sobre los procesos de elección de los talleristas y promotores del Programa PILARES, se ha llegado a decir que han sido selectos en función de “una beca partidista de Morena” y que ha sido este criterio lo que los ha puesto al frente. Pues muchos talentosos artistas que se han presentado han sido descartados sin justificación, sin que todavía se sepan los porqués.

CUARTO MOVIMIENTO

Comités curatoriales

Otra vez, la discrecionalidad. Claudia Sheinbaum mencionó de nuevo en su informe de los “100 días”, que los Grandes Festivales siguen una lógica de innovación en cuanto a garantizar derechos culturales, pues a los que participan los elige “no el funcionario en turno”, sino “comités curatoriales de especialistas que se eligen” previamente. Lo que olvida nuestra Jefa es que no se ha abierto ningún concurso, convocatoria y/o mecanismo de elección de los tales “comités curatoriales”. A decir del Secretario de Cultura, están conformados por especialistas que elige a su plena discreción; de modo que sí: el funcionario en turno elige al comité curatorial. Siga usted el silogismo: si el Secretario elige al comité curatorial y a su vez el comité curatorial elige a los elencos, ¿de quién es la decisión?

QUINTO MOMENTO

Elefante en cristalería: elecciones en los FAROS

El titular de la Coordinación de Vinculación comunitaria decidió abrir un proceso de “consulta a las comunidades” de los FAROS. No se sabe bien el “propósito”, excepto cambiar a profesores de “honorarios” a un “esquema PILARES”. Esto, en pocas palabras, se llama “pauperización del trabajo cultural” y su intención es convertir en beneficiarios de un “programa social” a quienes mantienen relaciones laborales en los distintos FAROS desde hace más de 10 años. Es sencillo: no reconocer antigüedad y cerrar la posibilidad a futuras demandas laborales. Pero más allá de eso, el tema estalló cuando la muy inexperta y recién estrenada “Yoja Popurrí” menciona lo siguiente (sic):

“Este es mi pronunciamiento después de que se ha cuestionado mi gusto por el perreo, twerk, dancehall, etc. ¿Que si me gusta el perreo? Por supuesto que me gusta, como forma de expresión, como forma de resistencia ante el machismo que trata de imponer un estigma sexual ante cualquier forma de movimiento del cuerpo de la mujer. Cuando me cuestionan por qué me gusta el perreo lo que se revela, además, es el prejuicio clasista que existe ante una práctica popular y de barrio (…)”

Dicho sea de paso, pretende instaurar estas prácticas en los FAROS. Por lo que en las comunidades de los FAROS sólo se burlan de esta estrategia. Aunque existan oídos sordos, Benjamín Gónzalez y la tal señorita amante del “perreo”, Yoja, ya son considerados irónicamente como los instauradores del “perreo”. En afán de espantar el horror que representan, las comunidades se burlan nombrándolos: ejércitos de “hacedores de cultura”. En cambio los  “creadores” en activo que habían  otorgando tiempo y espacio para la comunidad, han sido exilidados. Pero su plan avanza incluso en la idea de que el Faro Aragón “comparta” el espacio con los PILARES.

SEXTO MOVIMIENTO

Cancelación del “Remate del auditorio”

El 14 de marzo se anunció el fin (¿cancelación?) del “Remate de libros de la Ciudad de México”, una feria que representaba una verdadera oportunidad de hacerse de libros a bajo costo. Las autoridades dicen que por falta de condiciones esta ya tradicional fiesta del libro se pospone. Una patada a su propio pesebre, pues fue una creación de Paloma Sáiz, la esposa de Paco Ignacio Taibo II, como medida para evitar la entonces recurrida práctica de “guillotinar” libros, pues para las editoriales llegar sin inventarios al cierre del año fiscal representa disminuciones en el ISR. Lo que sea que piensen del próximo remate, no será práctico para la industria del libro. Su ignorancia de lo que es ser y practicar cultura prevalecen, cerrados a la idea de que quizá los editores tienen razones para estar “inconformes”.

CONCLUSIÓN

Si la “esposa del presidente” (está prohibido decirle “primera dama”) dice que es poeta, es así.

Si son los trabajadores culturales los que exigen derechos, entonces ni los trabajadores ni los derechos existen.

Todo gran festival será censado por el patriarca “Suárez”; todo será hecho a modo de los “niños genio que aman el reguetón” y la popularidad que desde Hollywood nos impongan, pues es bien bonito celebrar un “Oscar” en la plaza pública, ¿verdad?

No importan los ciclos de la economía cultural, lo que importa es que nosotros creamos que somos mejores; aunque los papás tengan que comprar útiles escolares para el siguiente año escolar, pondremos “remate” en el verano.

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