A diez años del fallecimiento de Raúl Álvarez Garín sus demandas judiciales siguen vivas
Por Carolina Verduzco Ríos
Por Carolina Verduzco Ríos
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 26 de septiembre de 2024.- Justo en el momento en que los normalistas rurales de Ayotzinapa estaban siendo reprimidos hace 10 años, el 26 de septiembre que (como el del 2 de octubre de 1968) no se olvida, falleció Raúl Álvarez Garín.
Pareciera que Raúl, quien siempre tuvo un enorme respeto, cariño y predilección por el normalismo rural, se hubiera querido ir con los de Ayotzinapa. Baste mencionar que a mediados de 2010, visitó la normal rural de Tenería, acompañado de Romeo Álvaro Cartagena, para hacer una donación de libros de su propiedad que llevó en un camión de tres toneladas, para que desde ahí se distribuyeran entre todas las normales rurales del país. Posteriormente los normalistas acudieron a visitarlo y a recoger una camioneta más de libros que aún no les había entregado.
La militancia política de Raúl Álvarez Garín en favor de las causas populares inició con su apoyo juvenil al movimiento ferrocarrilero de 1958-59, cuando fue encarcelado por primera vez. Desde entonces no dejó de participar en diferentes luchas, pero con la que más se le ha identificado es con la del Movimiento Estudiantil de 1968.
Este movimiento tuvo indiscutiblemente varios líderes muy significativos, María Eugenia Espinoza, miembro del Consejo Nacional de Huelga (CNH), dice que su compañero Jorge Mesta “es de los dirigentes más importantes del 68, es el gran discutidor con Álvarez Garín y con Guevara [Niebla]. Es quien presenta la oposición de otro punto de vista. Y en el CNH, gracias al diálogo, íbamos discutiendo la conducción del movimiento.”
Por su parte Gilberto Guevara Niebla, quien fue delegado al Consejo Nacional de Huelga por la facultad de Ciencias de la UNAM planteó 30 años después del movimiento (durante la presentación del libro de Raúl, La Estela de Tlatelolco), [Pie de página: La Estela de Tlatelolco”, fue la base para denunciar, con toda rigurosidad, los hechos que exhibió Raúl en la demanda judicial que interpuso junto con otros exestudiantes que sobrevivieron a la masacre del 2 de octubre de 1968.] en un auditorio al que acudieron varios cientos de líderes y activistas de esa generación– lo que muchos otros no son capaces de reconocer:
“Yo estoy seguro que muchos de los miembros del Consejo Nacional de Huelga que están aquí, comparten este punto de vista: Raúl no fue sencillamente el delegado de Físico Matemáticas. Si hay que determinar a la persona que más poder e influencia tuvo en el Consejo yo creo que nadie debe dudar que fue Raúl Álvarez. Y yo creo que el Movimiento Estudiantil con su desarrollo no hubiera sido posible sin la intuición política de Raúl”
Y agregó, “Bueno, es que la organización estudiantil sólo podía venir del Politécnico [de donde era Raúl] con su tradición de gremialismo estudiantil y con su experiencia de 1967, en solidaridad con la escuela de Agricultura de Chihuahua, Hermanos Escobar. Y así fue, pero yo no creo posible el surgimiento del Consejo Nacional de Huelga si no hubiera llegado, si no hubiera aparecido en la escena estudiantil Raúl Álvarez. …Creo que el principal mérito del libro que hoy comentamos, lo más valioso, es que es una obra de Raúl Álvarez Garín”.
Este reconocimiento, sin regateos ni mezquindad, es doblemente loable si se consideran las diferencias políticas entre Raúl y Gilberto desde la década de los 70
Paradojas
Una de las identificaciones más conocidas del movimiento estudiantil de 1968 es que fue “el parteaguas de la historia moderna de México”, por eso resulta paradójico que las caracterizaciones más fundadas que se han expresado respecto Raúl, como actor central, no hayan sido mayormente reportadaspor los medios de comunicación masiva.
Paradójicamente también se ignora en gran medida y no se ha valorado la obra de Raúl en el ámbito judicial en contra del expresidente de México, Luis Echeverría Álvarez (LEA) y de otros autores de los crímenes de Estado del 2 de octubre de 1968, del 10 de junio de 1971 y de la guerra sucia.
En las movilizaciones callejeras se corea “Investigación de los hechos y
castigo a los culpables”, pero en sentido contrario, hay quienes no quieren que se vean las acciones que emprendió Raúl, precisamente con el propósito de que se investigara y se castigara a los responsables.
Para desalentar toda expectativa de justicia y así evitar el interés y el apoyo social para que prosperen las actuaciones judiciales, los defensores de Echeverría, han contado con los medios de comunicación masiva impresa y electrónica que, salvo en contadas excepciones, han invisibilizado o minimizado las demandas y demás recursos jurídicos interpuestos. Peor aún, han mentido sobre el sentido de las sentencias judiciales.
Tal como lo recordó Fabricio Mejía: “A dos días de la elección presidencial, el 30 de junio de 2006, un juez le dictó [a Echeverría] un arresto domiciliario por asesino y genocida, derivado de los hechos de 1968, pero los comités de desaparecidos consideraron que esto era “una pifia” y que se trataba de una más de las maniobras electoreras de Vicente Fox”. https://www.jornada.com.mx/2022/07/10/opinion/006a1pol
La incomprensión de algunos luchadores sociales que podrían haber actuado como aliados naturales en la lucha judicial, puede deberse a la influencia de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos financiadas por agencias gubernamentales extranjeras, que lograron que el escepticismo se instalara en sectores sociales y en la opinión pública, al grado que todavía persiste la desinformación sobre la larga lucha judicial que aún ahora mantiene el Comité 68 para que se imparta justicia en los casos del 2 de octubre, del 10 de junio y de la guerra sucia.
También ha habido individuos y pequeños grupos que por razones ideológicas y políticas genuinas consideraron que demandar ante el Ministerio Público equivalía a confiar en el gobierno y en su aparato de justicia, sin tomar en cuenta que todo el andamiaje institucional, empezando por las leyes, está diseñado por la burguesía para que no haya posibilidad de justicia.
A estas críticas se les respondió que la única instancia institucional en la que procede denunciar formalmente justicia es precisamente el Ministerio Público de la Federación (como instancia de la entonces PGR) y que acudir a ella no era ni significaba otorgarle un voto de confianza, sino exigirle que cumpliera con su función.
Tres vías para impedir la impunidad
¿Cuáles son los castigos que mereció Echeverría y no las tuvo? ¿Cuáles son los recursos y las acciones que lo llevarían a pagar por sus crímenes? Sin duda el andamiaje judicial es adverso para juzgar los crímenes de Estado y es evidente que no existen castigos semejantes a las penas que produjeron sus crímenes y que ni con su propia vida podría pagar el dolor que produjo. Ante esto sólo hay tres distintas alternativas para que lograr que los autores de crímenes de lesa humanidad tengan castigo.
Una, hacer justicia por propia mano. Hay muchos casos en la historia en la que los dictadores han pagado con su vida los crímenes cometidos. A manera de ejemplo, baste recordar El ajusticiamiento de Trujillo en una emboscada en la que un comando armado ejecutó al cruel dictador de la República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo, en 1961, para así enterrar la impunidad de la que hizo gala durante sus 18 años en la Presidencia de aquel país.
Dos, esperar a que lo juzgue la historia, cuando haya un Estado no burgués.
Éste es un recurso muy socorrido y dominante, que podemos identificar con la inacción.
Tres, tratar de encontrar los resquicios del andamiaje jurídico institucional y trabajar en esa dirección para que se dicten sentencias condenatorias y se reconozcan como verdades de Estado los hechos históricos que se pretende negar o deformar; para que se produzca la mayor difusión posible de ellos, para que se incorporen en el contenido de los libros de texto, etc. Ésta fue por la que apostó Raúl Álvarez Garín y mantiene el Comité 68.
Efectos de la lucha judicial para el caso 1968
Sin la demanda judicial que interpuso Raúl junto con otros agraviados directos, sobrevivientes del movimiento, apoyados por el Comité 68, no se habrían producido los siguientes hechos:
1.- El expresidente Echeverría no hubiera estado formalmente preso durante dos años y cuatro meses, imputado por el delito de genocidio.
2.- Echeverría habría muerto en libertad absoluta y no en libertad condicional, bajo las reservas de la ley. Vale insistir: LEA no regresó a la cárcel, pero tampoco fue absuelto judicialmente. Grande debió ser su sentimiento de humillación al firmar una carta de respuesta a un juez de amparo, el 26 de marzo de 2019, en la que hace referencia a que su liberación no fue absolutoria. En ella reconoce textualmente que la investigación “se mantiene viva” y que “desde el día siguiente de mi libertad y hasta noviembre de 2018 el Ministerio Público ha realizado 154 diligencias”. Este hecho, que fue publicado por Homero Campa en la revista Proceso (https://www.proceso.com.mx/nacional/2021/10/1/el-proceso-contra-echeverria- sigue-vivo-pero-estancado-comite-del-68-273177.html) es una prueba contundente de la falsedad de las versiones del abogado Juan Velázquez y de algunos periodistas en el sentido de que el expresidente había sido exonerado.
3.- No se tendría la resolución judicial inapelable que dejó establecido de forma definitiva que el 2 de octubre de 1968 se configuró el delito de genocidio (Sentencia dictada por el Quinto Tribunal Colegiado de Circuito en el Amparo en Revisión 132/2007)., pues no fue un homicidio masivo, porque no se trató de una masacre ocasionada porque sus autores materiales se hubieran salido de control, sino que obedeció a un plan estratégico piramidal, elaborado en las más altas esferas del gobierno federal con el propósito de destruir total o parcialmente al grupo opositor, dirigido por el Consejo Nacional de Huelga.
4.- Nadie habría tenido acceso a la extensa y documentada información que contiene el Informe Histórico presentado por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP). La PGR subió a su página web (quizá por error) este Informe, pero unos días después lo retiró. Afortunadamente el Comité 68 ya lo había descargado y lo publicó en un libro.
5.- Esta misma fiscalía no habría integrado (concluido) las investigaciones previas en contra de 54 altos mandos del Ejército que tuvieron a su cargo distintas tareas, como la de borrar las pruebas del crimen y recoger los cuerpos de la Plaza de las Tres Culturas, etc. En lugar de que la PGR consignara estas investigaciones extinguió a la FEMOSPP.
6.- La FEMOSPP no habría integrado 450 investigaciones previas por la desaparición de más de 500 opositores políticos durante la guerra sucia.). Estas averiguaciones fueron clasificadas por la FGR como confidenciales, por cinco años. (https://www.jornada.com.mx/2022/09/11/politica/005n1pol)
7.- Habría sido imposible evitar que con motivo del fallecimiento de Echeverría, se le prodigaran elogios y honores de distinto tipo, lo cual habría sido un nuevo agravio al pueblo de México y una burla, especialmente para los familiares de quienes perdieron la vida en las masacres de 1968 y del halconazo de 1971, así como para los sobrevivientes de la Guerra Sucia, la cual infringió las más crueles torturas, desapariciones y demás atrocidades, como parte del Plan Condor, concebido y hegemonizado por EEUU para América Latina.
8.- No se habría evitado, de forma definitiva, a que se rompieran las relaciones que éste había gestionado con diversas personalidades políticas en el
ámbito nacional e internacional para convertirse en el líder de los países del “Tercer Mundo”, con la bandera de un “Nuevo Orden Económico Internacional”
Los litigios judiciales han sido y seguirán siendo (a pesar del ocultamiento de algunos de sus resultados) fundamentales para ahondar en la verdad. Por momentos ésta suele verse olvidada y enterrada, pero la lucha jurídica y la movilización social, contribuyen a que la memoria resurge. Desde luego es necesario que los movimientos sociales, así como los agrupamientos de carácter académico y periodístico exijan que el Informe Histórico de la FEMOSPP y sus averiguaciones previas se pongan en la página electrónica de la FGR.
Impunidad de Echeverría y sus Cómplices: Dos enfoques
De acuerdo con la definición del concepto de impunidad, que significa “sin castigo”, sin consecuencias para quienes cometieron una falta o un delito, la PGR – FGR y el poder judicial son responsables de incumplir sus obligaciones para así evitar que Echeverría y sus cómplices reciban sentencias condenatorias por los crímenes que cometieron.
Sólo promoviendo un juicio «post mortem» a LEA se podría alcanzar la condena judicial que le corresponde conforme a derecho. Y sólo promoviendo también que se descongelen las averiguaciones ministeriales previas que concluyó la FEMSPPP sobre la responsabilidad de 54 militares involucrados en el caso de 1968, y las 450 averiguaciones previas, por la desaparición de más de 500 opositores políticos desaparecidos durante la guerra fría, se podría lograr que el poder judicial ejerciera una verdadera impartición de justicia.
Si únicamente nos atuviéramos a los incumplimientos de la PGR – FGR y del poder judicial, podemos decir que persiste la impunidad, pero si en un enfoque más amplio incorporamos otros aspectos, como los que ya quedaron puntualizados en este escrito, también podemos decir que la impunidad por los crímenes de Echeverría y sus cómplices no ha sido total.
¿Cómo negar que los padecimientos que ya enumeramos de Echeverría y sus cómplices son algunos de los castigos que recibieron como consecuencia de la lucha que en el terreno judicial desarrolló Raúl? ¿Cómo no ver que el primer castigo que recibió el expresidente fue el 2 de julio de 2002 cuando compareció a declarar como indiciado ante la FEMOSPP, y desde entonces sus afanes de poder se hundieron hasta el fondo y NUNCA MÁS volverían a cristalizarse ni a causar agravios como los que produjo?
Apenas unos días antes de esa comparecencia ministerial se encontraba en plena campaña de autopromoción en China enarbolando su proyecto de un Nuevo Orden Económico Internacional y alternando con el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore y con el ex primer ministro de Suecia, Carl Bildt. Además, el año anterior había sido condecorado en aquel país con el título de “El amigo enviado del pueblo”. (Proceso, 15 de julio de 2002).
Así podemos decir que, aunque no haya sido condenado judicialmente, sí fue castigado política y socialmente como consecuencia fundamentalmente de la lucha que se inició con las demandas penales en su contra.