Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de agosto de 2022.- La situación del antiguo partidazo, el PRI, es cada vez más incierta. No hay una dirección, coordinación y rumbo que lo saque de su declive ni mucho menos que ponga orden en sus filas. Más bien el caos es lo que se vive, lo que puede terminar en su perredización (PRD), la extinción lenta pero segura.
El 23 de agosto hubo una reunión plenaria en Yucatán que mostró, claramente, lo enfrentado que están los grupos.
Aunque también, algo común en las crisis que llevan al fenecimiento de los partidos, la soberbia que los caracteriza.
Si a ello le sumamos que hay dos elecciones en puerta el próximo año, que de perderse reducirán la posibilidad de contar con presupuestos para comprar voluntades y sufragios, todo muestra que el Tricolor camina a su extinción.
En la reunión en Mérida, Yucatán, cuando llegó Alejandro Moreno, motejado como Alito, estuvieron únicamente ocho de 13 legisladores.
Se salieron del lugar Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación y líder de los senadores; Claudia Ruiz Massieu, la sobrina de Carlos Salinas de Gortari; Silvana Beltrones, la hija de Manlio Fabio, un dinosaurio muy reconocido; Eruviel Ávila, quien fue gobernador del estado de México; Nuvia Mayorga, de larga trayectoria.
Se quedaron Beatriz Paredes, que suspira por ser candidata a la Presidencia de la República en silla de ruedas; y a los lados de Alejandro Moreno, estaban Manuel Añorve, eterno candidato perdedor en Guerrero, y Juan Carlos Ramírez Marín, que jamás pudo auxiliar a los habitantes del mencionado estado cuando los huracanes Ingrid y Manuel (2013).
Alito, que tiene pendiente un proceso de desafuero en la Cámara de Diputados y un posible juicio penal por enriquecimiento inexplicable y lavado de dinero, entre otras cuestiones, embravecido, como ha sido en sus últimas entrevistas, dijo que ganarán ampliamente los comicios en Coahuila y el estado de México.
En este último, señaló con acierto que les corresponde la candidatura ya que ellos lograron un millón 800 mil votos cuando ganó Alfredo del Mazo; el PAN obtuvo 800 mil sufragios y el PRD 200 mil papeletas a su favor.
También señaló que la alianza entre esos tres partidos es sólida, continuará e irá como triunfadora en 2024 (sic carcajeante).
Pero resulta que si bien Del Mazo deshoja la margarita para escoger quién será la candidata priista en la entidad con mayor número de electores, entre Alejandra del Moral y Ana Lilia Herrera, el PAN ya tiene aspirante en Enrique Vargas, quien fue presentado por el hombre gris, Marko Cortés en un acto multitudinario. Incluso Vargas fue a pedirle la bendición de su gran deseo a Enrique Peña Nieto a Madrid, ante lo cual Alito enmudeció.
Así pues, la agrupación Va por México, que dirige el empresario Carlos X González, tendrá un enfrentamiento interno muy grande y nadie sabe sí continuará hasta las elecciones presidenciales. La codicia política, sabemos, no tiene límites y hace desbarrancar al más conocido, que no inteligente.
Por otro lado, el reciente caso de Jesús Murillo Karam puede meter en gravísimos problemas a Osorio Chong. No se olvide que uno de sus principales colaboradores, Eugenio Imaz, era el director del Cisen, el organismo de espionaje político del gobierno, junto con la sección Dos del Ejército mexicano.
Se ha mencionado poco en el caso Ayotzinapa al Cisen, pero indudablemente que dicha organización tuvo injerencia en el asunto. Lo cual puede descubrirse en un momento dado.
Así pues, los grupos mayoritarios que se disputan el PRI: el del multimillonario Alito y el del muy cuestionable: Osorio Chong están metidos en graves problemas, amén que las próximas elecciones de 2023 y 2024 no pintan bien.
Máxime que una buena cantidad de ex priistas, como buenos camaleones, ya están morenizándose; es decir, cambiando su bandera tricolor por el guinda, debido a que ello los puede hacer candidatos o funcionarios en los próximos años.
Un adelanto de ello lo proporcionó, Andrés Manuel López Obrador, al señalar que el mandatario de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, tendrá un puesto en el gabinete presidencial.