A lavarse las manos
Foto: Cuartoscuro
Por Teresa Gurza
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 17 de octubre de 2019.- Este 15 de octubre se celebró el Día Mundial del Lavado de Manos.
Que no se refiere por supuesto, a la actitud de Poncio Pilatos en la condena de Cristo a la muerte en la Cruz.
Y mucho menos al silencio cómplice de López Obrador, frente a la llamada Ley Bonilla; que pretende extender ilegalmente y con el burdo pretexto de una consulta tramposa, de dos a cinco años el mandato de su amigo Jaime Bonilla Valdés como gobernador de Baja California.
Se trata simplemente, de lavarse las manos con agua y jabón para prevenir enfermedades.
Tuve un cuñado médico, que hace tres décadas me decía “en lugar de tomar medicinas, lávate las manos 10, 20, 30 veces al día, cuántas más veces, mejor”.
Tenía razón, porque esa medida tan fácil para los que disponemos en nuestras casas de agua entubada y tenemos la posibilidad de adquirir jabones, es definitiva para nuestro bienestar.
Y para los dos mil cien millones de seres humanos que a nivel mundial no la tienen, tres de cada diez personas, lavarse las manos en la forma que puedan, es indispensable y única vía de evitar infecciones intestinales y respiratorias y diarreas que, inevitablemente y prematuramente, llevarán a sus niñas y niños a la muerte.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2008, como Año Internacional del Saneamiento.
Y Unicef instituyó el Día Mundial del Lavado de Manos, indicando se celebraría los 15 de octubre para reforzar el movimiento que lucha por mejorar las prácticas mundiales de higiene; sobre todo en los menores, que son realmente los agentes del cambio.
Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a cuatro mil 500 millones de personas les es imposible, por su marginación y pobreza, vivir en ambientes sanos.
Y dos mil 100 millones de ellas, como escribí arriba, carecen totalmente de agua; por lo que no sería responsable y serio por ahora, proponer otras medidas.
Pero los científicos sostienen que lavarse las manos con un poco de agua y jabón, es una de las intervenciones de salud pública más eficientes.
Y que aún en esos ambientes marginados, puede ser clave para la supervivencia de millones de personas, principalmente de los más pequeños y para construir un futuro mejor para ellos y sus comunidades.
«El principal mensaje que queremos hacer llegar, es el de la necesidad del lavado de manos; pero no cualquier enjuague rápido, es importante lavarse las manos correctamente con agua y jabón», sostiene Therese Dooley, asesora del Programa sobre Saneamiento e Higiene de Unicef, según publica el sitio web del organismo.
Y pide concientizar a la población de 70 países de los cinco continentes, acerca de que, practicar el lavado de manos, puede salvar muchas vidas.
Debe hacerse no solo antes de cocinar o preparar alimentos, antes de comer y después de ir al baño o de limpiar a un bebé, sino tantas veces como los recursos lo permitan.
Unicef es el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y agencia de esta organización internacional con sede en Nueva York; y tiene la misión de auxiliar a niños y madres en países en desarrollo.
Informa Wikipedia, que fue creado en 1946 con el nombre de United Nations International Children’s Emergency Fund (Unicef), para ayudar a los niños de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
En 1953, se convirtió en organismo permanente de la ONU y está encargado de promover los derechos de los niños y sus familias, en más de 191 países y territorios.
Y lo hace, a través de diferentes programas centrados en cinco esferas prioritarias de trabajo: supervivencia, desarrollo y protección infantil, educación e igualdad de género, la infancia y el VIH/sida.
En relación al lavado de manos, este organismo detalla que las enfermedades respiratorias y diarreicas matan cada año a tres y medio millones de niños y niñas; y afectan a la salud de millones más, tanto en países en desarrollo como industrializados.
Advierte que en muchos lugares del mundo. el acceso al jabón no es fácil; y por falta de este artículo, en países como Etiopía mucha gente utiliza cenizas o arena para su aseo personal.
Y a quienes tenemos la facilidad de abrir una llave y que salga agua, nos pide cuidarla; no solo en beneficio de los que no la tienen sino porque en esta época de crisis por el cambio climático, cada día será más difícil obtenerla.