Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de abril de 2023.- La siempre controvertida Denise Dresser, propuso en los pasados día santos que se acabaran las conferencias matutinas de Andrés Manuel López Obrador, para evitar mayor polarización social.
La también doctora, no tocó el asunto económico como la gran causa de la división entre mexicanos, la cual es a fin de cuentas lo que hace más desigual y, obviamente eso sí polariza a la sociedad.
Lo menciona perfectamente el catedrático Peter Phillips en su libro: Megacapitalistas. La élite que domina el dinero en el mundo (Roca Editorial).
389 personas controlan la mayor cantidad de billetes en el orbe, la cual se concentra en 17 compañías mundiales y en el uno por ciento de la población total; en tanto el 99 por ciento allí la lleva.
En México, recientemente, se dio la lista de los 10 hombres más ricos del país, entre los que están Carlos Slim, Germán Larrea, la familia Bailléres, Ricardo Salinas Pliego y Daniel Beckman.
Ellos controlan la mayoría de la economía nacional, tienen concesiones por varios años en diferentes negocios pagando minucias en explotaciones como minería (en algunos casos: ¡un peso por hectárea al año!, algo monstruoso) e incluso no pagan impuestos, como el ejemplo de Salinas Pliego, a quien se le ha cobrado cerca de seis mil millones de aranceles atrasados y debe más de 15 mil millones, amén que se hizo del canal 40 de manera arbitraria y sin que el IFT le haya sancionado.
En enero de este año, los bancos ganaron como nunca, más de 25 mil millones de pesos; siendo que en 2022 en dicho mes obtuvieron 18 mil millones, aunque sus utilidades anuales el año pasado fueron de 225 mil millones de pesos.
Eso en época de crisis, pero ya sabemos que un atraso en las tarjetas de crédito, instrumento perverso para quienes no sabe utilizarlas (la mayoría), trae intereses sin cuento que son como la deuda eterna de las familias.
Sobre este asunto, los pasivos de las naciones, hay en el FMI y el BM (instrumentos nefastos del neoliberalismo) una discusión ya que al no haber recursos para la inversión, por el pago de pasivos, la economía mundial puede entrar en una recesión aguda.
Así pues, que alguien externe sus opiniones, aunque sean tan retrógradas como las de Donald Trump o Ron de Santis, gobernador texano, acerca de los migrantes, no trae tantos problemas como las leyes que posibilitan, todavía, la acumulación de riqueza sin freno y el empobrecimiento de la población.
Incluso algunas casas que analizan los discursos políticos han señalado que hay falsedades o ataques varios en las llamadas mañaneras.
Pero según las más recientes encuestas, AMLO tiene cerca del 60 por ciento de aceptación (Mitofsky), justamente porque todos los días está informando y dando a conocer su punto de vista frente a una serie de medios tradicionales, todos de empresarios salvo honrosas excepciones, los cuales atacan las medidas gubernamentales y las consideran un fracaso.
El caso más reciente, la adquisición de las plantas de Iberdrola, que catalogaron como “empresas chatarra”, “algo que nos puede llevar al comunismo” y tonterías por el estilo.
Bien aclararon, en Julio Astillero (10 de abril), la directora de la revista Fortuna, Claudia Villegas, y Alonso Romero, que fue una medida audaz e importante, ya que incluso empresas como los OXXO, que están por todas partes, ahora tendrán que pagar el servicio eléctrico a precio justo.
Más que discutir la supresión de las conferencias matutinas, es necesario que se fortalezca y se diversifique el sistema de medios estatales (en Canal 11, la serie Primer Plano, por ejemplo, tiene un solo defensor de los asuntos gubernamentales, Lorenzo Meyer, en tanto los demás, empezando por María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad son contrarios a todas las políticas de la 4T) y se dé fin a la huelga de más de tres años en Notimex reivindicando a su sindicato.
Abrirse más a voces libres, progresistas y propositivas es lo que debe hacer en este año la administración de López Obrador y, asimismo, hacer ajustes económicos para que los machuchones paguen sus deudas a la sociedad.