Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de junio de 2022.- Hace quince días difundimos en este espacio una carta, dirigida a Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, y firmada por integrantes de la comunidad artístico-intelectual del estado, quienes señalan que Beatriz Aldaco, directora del Instituto Sonorense de Cultura, carece “de pericia y liderazgo” y se le acusa de exhibir “comportamientos inapropiados, caprichosos, autoritarios (y) partidistas hasta el fanatismo”. También informamos de las respuestas, meramente burocráticas y autocomplacientes, del secretario de Educación y Cultura, de otros funcionarios de esa dependencia y de la propia Beatriz Aldaco, para quienes todo está a pedir de boca. Ahora llega a esta República una carta de Carlos Moncada, difundida en internet y dirigida también al Ejecutivo de la entidad, donde despliega el currículum de la señora Aldaco y las actividades que desarrolla el Museo de Arte de Sonora (Musas) de manera virtual. A reserva de analizar los argumentos del maestro Moncada, cabe destacar que en su misiva dice algo que debe ser muy preocupante, pues anuncia que el citado museo será cerrado durante dos meses para hacerle reparaciones. Hace tiempo que dicho museo está prácticamente abandonado, sin aire acondicionado y con luz defectuosa, sin recursos para enriquecer ni para preservar adecuadamente su colección, la que tendría que ser puesta en otro lugar durante este tiempo, algo que puede dañar irremediablemente las obras que la integran, muchas de ellas altamente valiosas, por lo cual no resulta aconsejable cerrar el Musas en pleno verano, pues por ahora basta con restaurar el sistema de aire acondicionado para proteger ese patrimonio del tremendo calor de Hermosillo. Ojalá se entienda.
LIBRO DE MÓNICA LAVÍN
Mañana, miércoles 8 de junio, en la Casa Lamm, a las 19:00 horas, Rosa Beltrán y Ricardo Raphael presentan Últimos días de mis padres, de Mónica Lavín, quien en este libro muestra una gran madurez literaria, porque abordar la intimidad doméstica no suele ser fácil para un escritor, obligado entre otras cosas a describir emociones. Mónica lo resuelve con prosa ágil y de ritmo cadencioso.
Tan poderosa expresión aporta al relato una intensidad que gana la atención del lector, al que sitúa en el centro de una vida familiar descrita con detalle puntual, producto de un minucioso sentido de observación. Aparentemente, los padres de la narradora son los protagonistas de la historia, pero en realidad es ella misma, la hija, quien se sumerge hasta el fondo en los avatares de la pareja, que son texto y pretexto de buena literatura. De ahí que el libro atrape desde la primera página y lleve al lector a compartir los hechos y a reflejarse en ellos, lo que sólo se logra cuando lo particular refleja la existencia de todos, algo que es producto de la buena pluma, del oficio de una experimentada escritora. Últimos días de mis padres es una novela testimonial que vale por lo que cuenta, pero sobre todo por la forma en que lo cuenta.
BREVIARIO…
Este miércoles 8 de junio a las 18 horas en la sala Isóptica del plantel Centro Histórico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, en el tercer piso de la sede de Fray Servando Teresa de Mier número 92, Daniel Goldin dictará la conferencia Silencio sonoro. Meditaciones en torno al ejercicio político de hoy. @@@ El próximo sábado, a las 19:00 horas, en la Fundación Sebastián (Patriotismo 304, col. San Pedro de los Pinos), Alex Mercado desplegará su reconocido talento como pianista, dirá poesía y presentará el disco Poesía entre notas. La entrada es de 150 pesos por persona. @@@ La Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas hizo un reconocimiento a Sergio Raúl Arroyo, pero no el lunes pasado como apareció aquí equivocadamente, sino el miércoles. El autor de esta columna se va al rincón con orejas de burro.