Periodistas Unidos. Ciudad de México. 09 de agosto de 2022.- En los anteriores comicios en el estado de México, los reporteros de aquella entidad daban el triunfo a Delfina Gómez. Ello porque el señor Del Mazo (tercera generación de gobernadores de esa familia), no es un político sino un tecnócrata que cuida sus intereses más que ser grillo.
Se le conocieron diversos negocios ilícitos y hasta cuentas en el exterior, una muy importante en Andorra, las cuales fueron acalladas al final de su campaña.
El que dirigió Banobras, Del Mazo, puso en operación no sólo el programa Salario Rosa, para atraer el voto femenino, sino les ofreció canonjías a diferentes opositores: los siempre comprables del PVEM y a Juan Zepeda, quien fue un descubrimiento del PRD, aunque ahora está en el Senado por el Movimiento Ciudadano.
Alfredo aparentemente triunfó por 200 mil votos, a pesar de diversas alteraciones del sufragio. Todo mundo esperaba un recuento de las papeletas emitidas, pero no fue así. Más bien hubo un silencio morenista bastante extrañó, el cual tenía que ver con las próximas elecciones presidenciales de 2018.
¿Pacto anticipado?
Delfina aceptó sin chistar, lo mismo que su operador Mario Delgado, quien insistía tenía el triunfó en la bolsa.
En estos años Del Mazo ha sido un hombre callado e incluso hasta cercano a López Obrador, quien ha invertido en el estado de México y hasta espera terminar el Tren México- Toluca, dejado en el abandono por Enrique Peña Nieto, una de sus magnas obras que resultaron un rotundo fracaso, como el ferrocarril ni siquiera iniciado rumbo a Querétaro.
Pero muy silencioso, Alfredo ya cooptó al Instituto y el Tribunal Electoral (Bernardo Barranco, dixit). Lanzó la tarjeta campesina, apoyos a madres solteras y a escuelas y alumnos. Y trata, nuevamente, que tanto algunos que están en los partidos supuestamente opositores: PVEM, MC y hasta el PAN jalen con su suspirante a la gubernatura, Alejandra del Moral.
De no lograr una victoria, será reprendido por su manejador y pariente, Enrique Peña Nieto, y acabará el dominio del Grupo Atlacomulco que viene desde el padrinazgo de Isidro Fabela (1942-1945).
Delfina Gómez triunfó ampliamente, dicen, en las encuestas de Mendoza y Blanco y Covarrubias, con cerca de 40 por ciento. Su más cercano, Fernando Vilchis, con 12 por ciento; y muy atrás Horacio Duarte e Higinio Martínez, éste el poder hace años en Texcoco y la muy próspera, terriblemente pobre y violenta entidad.
La más reciente encuesta da a Morena 36 por ciento de intención de voto; al PRI, el 17 por ciento y al PAN- que tuvo gran fuerza hace años- el ocho por ciento.
Una gran cantidad de perredistas ya están morenizados, lo mismo que algunos tricolores y hasta panistas.
60 por ciento de los consultados no percibe que la política sea la solución a sus problemas y sólo poco más del 38 por ciento siente que es importante el participar y votar para cambiar la triste realidad que viven.
Según estudios, el oriente es morenista y el poniente continúa con el partido de siempre, el PRI.
La contienda no será un día de campo. Por eso la pasada elección interna de Morena donde se afiliaron miles de otras organizaciones; también el discurso del 16 de septiembre acerca de los graves problemas en el TMEC, que será nacionalista al máximo, y el cierre de filas tempranero en la organización que maneja Andrés Manuel López Obrador.
Ganar el estado de México tiene como objetivo dejar planchada la cama para la elección en Coahuila, donde compiten por el hoy partidazo guinda, Armando Guadiana y Ricardo Mejía. En la entidad gobernada (sic opresivo) donde están sufriendo una nueva tragedia minera, que terminará, como siempre, en desgracia para los trabajadores y arrogancia de los extractivitas, se postulará un varón.
Pero sobre todo, derrotar al PRI en donde están los Hank y otros millonarios muy importantes- se dice que en la zona de Interlomas viven 300 mil judíos- es cambiar del PRI al RIP de un régimen que fue todopoderoso y en extremo mafioso desde la época de Plutarco Elías Calles.