Al FMI y a Banxico les preocupa más la inflación que el impacto restrictivo del alza de la tasa de interés

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de noviembre de 2021.- En el Reporte presentado en noviembre por el FMI respecto a México (IMF-Country Report No. 21/240), señala que “permitir que la inflación siga superando el objetivo puntual será más costoso para las familias mexicanas que el impacto que tendría en la economía endurecer la política monetaria”. Con ello convalida la posición que Banxico ha venido asumiendo de incrementar la tasa de interés para bajar la inflación, a pesar de reconocer que dicha política contrae más la actividad económica. Para el FMI “la caída en la renta disponible que se presenta en un periodo de inflación al alza, puede agravar la situación de los hogares”. Sin embargo, el Reporte del FMI reconoce que los débiles apoyos fiscales del gobierno otorgados durante la pandemia, aumentaron el desempleo y la pobreza y que la recuperación del empleo tras la pandemia es de menor calidad que el que existía antes. Por consecuencia, ha sido el mayor desempleo, derivado del alza de la tasa de interés y de la política de austeridad fiscal, lo que pasa a afectar el nivel de vida de la población y no la inflación, a pesar que el FMI insiste en que “el costo social de la inflación será mucho más alto”.

El FMI afirma que “un camino gradual en el retiro de apoyos monetarios puede ofrecer un balance positivo sobre la recuperación económica”. Al respecto hay que decir que Banxico nunca ha mantenido apoyos monetarios. Siempre la tasa de interés ha estado alta, mientras que la mayoría de los bancos centrales la bajaron a niveles cercanos a cero. Además, los economistas neoclásicos del FMI tendrían que explicar, como el alza de la tasa de interés puede ofrecer un balance positivo sobre la recuperación económica. El crecimiento de la inversión y de la economía requiere bajas tasas de interés, además de la expansión del gasto público, lo que no acontece en el país. Si creen que el alza de la tasa de interés bajará la inflación y ello aumentará el poder adquisitivo de la población y propiciará condiciones de crecimiento, ello no sucederá, debido a que el mayor desempleo propiciado por el alza de la tasa de interés, seguirá contrayendo la demanda y la actividad económica. El mismo FMI reconoce en dicho documento que “el cambio en el sesgo de la política monetaria, de acomodaticio a restrictivo, creará costos en la producción y hasta sacrificio en la generación de empleos”. Y dice que “son costos relativamente modestos en comparación con los que motivaría buscar un nuevo anclaje de la inflación”. Pero los resultados de mayor pobreza y de mayor contracción del poder adquisitivo, evidencian que el costo de desempleo y la pobreza derivada de éste, es mayor que el costo de la inflación.

Para el FMI “resulta menos costoso endurecer la política monetaria para facilitar un ajuste más ordenado en la formación de precios que correr el riesgo de que la inflación se vuelva más persistente en el tiempo”. Para el FMI “endurecer la política monetaria podría limitar la posibilidad de que los aumentos de precios sean más duraderos; también podría contribuir a anclar con más firmeza las expectativas de inflación”. Ellos parten de la concepción de que la inflación es resultado de aumento de demanda, la cual debe reducirse aumentando la tasa de interés. El problema es que la inflación es consecuencia de la escasez de productos, como del encarecimiento de importaciones ante la falta de producción nacional, por lo que el alza de la tasa de interés no disminuirá la inflación, pues contraerá la inversión productiva, lo que acentuará la escasez de productos y las presiones sobre precios. No se logrará el ajuste ordenado de la formación de precios que busca el FMI, sino por el contrario, la inflación no será transitoria.

El alza de la tasa de interés aumentará las presiones financieras del sector público y privado, dados sus altos niveles de endeudamiento, lo que les restringirá su capacidad de gasto e inversión y por lo tanto la actividad económica y se configurará un contexto recesivo e inflacionario.

Ni Banxico, ni la SHCP deben seguir las recomendaciones del FMI y del capital financiero, de privilegiar la reducción de la inflación, a costa de sacrificar el crecimiento productivo y el empleo. Si no se rompe con las políticas neoliberales causantes de los problemas que se enfrentan, éstos seguirán aumentando.

El FMI nunca ha recomendado políticas que impulsen el crecimiento productivo y el empleo, ni para reducir la brecha entre países. No tiene legitimidad para proseguir y si se mantiene es porque responde a los intereses del gran capital financiero internacional.

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