AMLO, la FIL y Padilla

Foto: Cuartoscuro

Por Humberto Musacchio

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 17 de noviembre de 2020.- La Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha merecido importantes reconocimientos, entre otros el Premio Princesa de Asturias, ocasión en la que Raúl Padilla señaló que la cultura es una inversión, no un gasto, y que se debe defender al libro del populismo, en lo que debemos estar totalmente de acuerdo. No lo está el señor Presidente, quien aprovechó el viaje para decir que el gobernador tapatío, Enrique Alfaro, pertenece al “bloque de conservadores” (algo que nada tiene qué ver con la FIL) y que “se lleva muy bien con el líder de la Universidad de Guadalajara, un líder histórico, Padilla”, creador de la Feria, a quien acusó de estar en contra suya, de AMLO, porque “traen a Vargas Llosa, a Aguilar Camín” y Krauze…  Lamentable. Con sus asegunes, el hecho es que el pluralismo ha regido las actividades de la FIL desde hace treinta años y se ha premiado y rendido homenaje a escritores de derecha y de izquierda, a quienes distingue la calidad de su literatura. Posiciones y actuaciones políticas de unos u otros pueden ser motivo de polémica, pero eso es otra cosa.

MENOS DINERO A LA CULTURA

La Cámara de Diputados aprobó un presupuesto de 13 mil 985 millones de pesos para el ejercicio 2021, con lo cual todas las instituciones y programas del ramo sufrirán una merma considerable, con excepción de la Subsecretaría de Desarrollo Cultural que, en apariencia, y sólo en apariencia, tendrá un incremento presupuestal de mil 800 millones, de los cuales se irán casi mil 700 millones al faraónico proyecto de Chapultepec. El INBA no resentirá mayormente el recorte porque ha caído en una penosa inactividad, pero el INAH pasará de la pobreza a una miseria extrema que pondrá en peligro la operación y mantenimiento de 194 zonas arqueológicas, 162 museos y 515 monumentos históricos. El Fonca también sufrirá un notorio quebranto, pero seguramente retrasará las convocatorias de las becas y los plazos de entrega de dinero a diversos programas. En fin, la cultura como Tabasco: zona de desastre.

SABINA ROMPE CON EL PATÁN

Harta de la patanería de John Ackerman, con quien compartía (es un decir) la conducción del programa John y Sabina, la dramaturga y novelista Sabina Berman acusó al sheriff de la 4T de “acoso laboral” y “conducta machista”. Las cosas llegaron al extremo durante una entrevista con
Esteban Moctezuma, en la cual el lamesuelas de YSQ acaparaba el micrófono, hasta que Sabina dijo al aire: “John, sencillamente, no me deja participar en el programa”. El aludido, con su proverbial patanería, mandó un insultante mensaje en redes sociales en el que decía: “El oportunismo de Lilly
Téllez se queda corto frente al de Sabina Berman, quien se vistió de antineoliberal para colarse a la 4T”. El programa ya se canceló, pero –¡faltaba más!– de inmediato Canal 11 anunció que Little John tendrá otro programa. Así es esto de la misoginia en la 4T.

BORIS ATACA DE NUEVO

El gobierno de la 4T debe estar orgulloso del altruismo que se practica en sus filas. A un individuo tan desprestigiado como Boris Berenzon, quien fue expulsado de la UNAM por plagiar su tesis de doctorado, para salvarlo del desempleo le dieron chamba en el Conacyt, de donde lo corrieron, pero bondadosamente lo rescató Rosario Piedra Ibarra, actual presidenta de la CNDH, quien lo hizo director general, puesto desde el cual se ha dedicado a obstruir el trabajo de todos haciendo una muy onerosa contribución al desgarriate que se vive en la Comisión. Ahora, según informa un diario capitalino, doña Rosario pretende convertir al plagiario nada menos que en secretario técnico del Consejo Consultivo en sustitución de Joaquín Narro, quien renunció harto del grillerío. Se avanza, pues, en la demolición de la CNDH, de modo que cuando el gobierno suprima ese organismo nadie tenga que llorar por su desaparición.

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