Analogías entre fenómenos físicos y sociales

Por Héctor M. Moya-Cessa

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 25 de octubre de 2021.- Siempre es importante no sacar las cosas de contexto. Dado un fenómeno físico, por ejemplo, no podemos simplemente pensar que ocurrió sin que haya algún motivo: algo lo debió de haber causado. Las causas generan efectos y esto también aplica para los fenómenos sociales. La observación constante nos permite generar leyes en ambas áreas del conocimiento.

La pobreza y violencia que se vive en México no es un efecto de la generación espontánea. La corrupción rampante que vivimos durante más de treinta años no generó cosas buenas para el pueblo y de ahí la necesidad de erradicarla por completo. Habrá “intelectuales” que nos juren que antes estábamos mejor simplemente porque ellos estaban mejor, que los que destrozaron al país son los únicos indicados para, ahora sí, componerlo.

Desafortunadamente para ellos, ya entendimos. Nos costó, pero entendimos. Mucho dolor y mucha violencia, y seguiremos así por un tiempo más, pues los efectos de la corrupción PRIANISTA fueron demoledores y un cuerpo sumamente enfermo ni se compone de la noche a la mañana ni el proceso es indoloro.

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre

La primera vez que estudié los estados coherentes (https://bit.ly/3DMum06) en mecánica cuántica me recordó este dicho. Los estados coherentes son estados que al minimizar el principio de incertidumbre de Heisenberg (de quién toma el alias Walter White en la serie “Breaking bad” – https://bit.ly/3lIMxh1) las variables que definen la posición y velocidad de una partícula mantienen iguales sus incertidumbres. Esto es, tenemos un mediano conocimiento de la posición de la partícula al igual que de su velocidad. Si quisiéramos conocer mejor la posición, tendríamos que aumentar nuestro desconocimiento de la velocidad y viceversa. Podríamos llamar a estos los estados del “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”.

Hay estados en los que podemos conocer mejor ya sea la velocidad o la posición de la partícula llamados estados comprimidos (https://bit.ly/2YQTmEz). Tal mejor conocimiento puede ser arbitrariamente alto. Si imaginamos la mancha de incertidumbre para los estados coherentes como un círculo, la mancha para los estados comprimidos sería una elipse que, preservando el área del círculo original para los estados coherentes, conforme adquirimos más y más conocimiento de una de las variables se comprime hasta alcanzar a una línea que nos indica que existe completo conocimiento de la variable comprimida como se muestra en la figura.

Díaz Mirón, Gandhi y AMLO

Si, intentando una analogía, pensáramos que el área del círculo para los estados coherentes es la riqueza total del planeta, los estados coherentes nos definirían el mejor de los mundos: un mundo en el que cada persona no tuviera ni tanto, ni tan poco, mientras que los estados comprimidos nos definirían un mundo desigual, en el que muy pocos acapararían mucho mientras que, imaginemos una elipse muy aplanada, una gran cantidad de personas carecerían de lo básico.  Salvador Díaz Mirón lo manifiesta de este modo “Sabedlo, soberanos y vasallos, próceres y mendigos: nadie tendrá derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto”, mientras que Gandhi nos dice que el mundo alcanza para todos pero no para unos cuántos (https://bit.ly/3FQvstz) y López Obrador lo dice en palabras del pueblo: “no tienen llenadera”. Tenemos que tener en cuenta que los recursos del planeta no son infinitos, mucho menos en tiempos de pandemia y calentamiento global como los que vivimos.

 

 

 

1 comentario
  1. Héctor Moya dice

    en lugar de «con definirían» debe decir «nos definirían» y en lugar de «elpse» debe decir «elipse».

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Easysoftonic