Ante el fracaso de las políticas neoliberales para salir de la crisis, el gobierno debe desecharlas

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 20 de julio de 2021.- El modelo neoliberal de libre mercado ha reducido la participación del gobierno en la economía y nos ha llevado a crisis económicas frecuentes y en cada una de ellas siempre ha requerido de la intervención gubernamental para superarlas y mantener dicho modelo. En los países desarrollados vemos que los gobiernos incrementan el gasto público deficitario para incrementar la demanda e impulsar la inversión privada. Ello ha ido acompañado de la intervención de los bancos centrales que expanden liquidez y bajan la tasa de interés a niveles cercanos a cero y compran deuda pública para que los gobiernos gasten lo necesario para impulsar la actividad económica y el empleo. Ello estuvo presente en la crisis de 2008-9, así como en la crisis del 2020, lo cual ha sido funcional para la recuperación de la actividad económica y para mantener la libre movilidad de mercancías y capitales. Es decir, tales gobiernos actúan a favor de mantener la lógica del capital internacional, con sus contradicciones, reproduciendo las desigualdades de ingreso y riqueza que emanan de él.

En nuestro país el gobierno no trabaja con gasto público deficitario para expandir el mercado interno e impulsar la inversión privada y el empleo, y el banco central no expande la liquidez, ni compra deuda pública, ni baja la tasa de interés a niveles cercanos a cero, sino se ciñe a los dictámenes de las calificadoras internacionales de austeridad fiscal, reducción de la deuda y estabilidad del tipo de cambio a favor del sector financiero para que fluya al país para así cubrir el pago de la deuda externa y mantener el libre movimiento de mercancías y capitales.

Al no actuar el gobierno a favor del gasto público, ha contraído la dinámica económica y ha incrementado el desempleo. Se parte de la lógica de que el sector privado por si solo debe retomar la dinámica económica. Sin embargo, en contexto de crisis, dicho sector es incapaz por si solo de retomar la actividad económica, requiere de la mayor intervención del gobierno, a través de mayor gasto público, lo que no acontece en la economía nacional, lo cual prolongará el contexto de estancamiento en que se encuentra el país.

La política económica instrumentada por el gobierno y por Banxico, incentivan la entrada de capitales, lo que permite mantener estable el tipo de cambio y financiar y mantener la libre movilidad de mercancías y capitales. Es decir, al modelo neoliberal imperante. Dicho modelo es comandado por el sector financiero, como por las empresas transnacionales, y actúa en detrimento del sector productivo nacional.

El gobierno firma acuerdos comerciales para institucionalizar la libre movilidad de mercancías, lo cual ha actuado a favor de las empresas transnacionales, en detrimento de las empresas nacionales, del empleo y los salarios.

El gobierno ratifica y defiende la autonomía del banco central, la cual le quitó el control de la moneda al gobierno, por lo que no puede financiarse con ella a favor del crecimiento económico y del empleo, lo cual ha reducido el tamaño y participación del gobierno en la economía y ha incrementado la de la cúpula empresarial, aumentando el poder de negociación de éstos frente al gobierno.

En abril del 2020, Banxico inyectó 750 mil millones de pesos al sector bancario, supuestamente para que expandiera el crédito, lo cual no aconteció, sino fue para la capitalización de dicho sector y se protegiera frente a la crisis. En cambio, no se instrumentó política monetaria, ni fiscal, ni crediticia alguna para evitar el quiebre masivo de empresas y para evitar el creciente desempleo acontecido, ni para evitar la drástica caída de la actividad económica. El banco central y el gobierno actúan para que prosiga el modelo neoliberal y se fortalezca el sector financiero y el gran capital. En toda crisis, sale fortalecido el gran capital, gracias a que la política económica actúa a su favor, a costa de desatender las condiciones endógenas de acumulación, por lo que prosiguen rezagados el sector productivo, como la generación de empleo. Después de cada crisis, se acentúan las desigualdades de riqueza e ingreso. Se crece cada vez menos, se incrementa la economía informal, la pobreza y la delincuencia, como consecuencia de la prosecución del modelo neoliberal imperante. La llamada 4 “T”, mantiene el modelo neoliberal y es por eso que la economía no crece y continúan los mismos problemas de desempleo, miseria y de desigualdad que se vienen arrastrando desde hace décadas. No hay alternativa económica frente al neoliberalismo en la 4 “T”.

 

 

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