Ante la permanente amenaza de los aranceles de Trump, México debe crecer en torno al mercado interno

Por Arturo Huerta González

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 13 de marzo de 2025.- Los aranceles es una táctica de negociación que le está permitiendo al gobierno de EUA imponer condiciones a su favor. Los gobiernos que serían sujetos de aranceles serían afectados al caer las exportaciones y para evitar esto, prefieren negociar con el gobierno de Trump para que no se establezcan los aranceles a cambio de acatar las demandas de dicho gobierno y en nuestro caso de frenar la migración y el trasiego de droga a dicho país, así como dejar de importar bienes de China, para preferir los productos estadounidenses y seguirán las demandas de EUA a su favor.

Los aranceles a las importaciones incrementarán los precios de los países que los establezcan, además de frenar el proceso productivo y su dinámica económica, debido a que tardará tiempo para que la producción nacional sustituya dichas importaciones caras. De generarse el incremento de precios, persistirán las altas tasas de interés, lo que frena la inversión y la dinámica productiva, por lo que menos condiciones se tendrá para avanzar en la sustitución de importaciones, por lo que tiende a configurarse un contexto de desaceleración económica con alza de precios. De ahí que es difícil que se generalicen los aranceles que EUA establezca a todos los productos importados, considerando que el propio Trump criticó al gobierno de Joe Biden por la inflación.

El gobierno de EUA ha decidido postergar para el 2 de abril los aranceles a los automóviles que México exporta a su país y les ha pedido a las empresas Ford, la GM y a  Stellantis, que trasladen sus plantas de México y Canadá hacia EUA a fin de no ser sujetas de los aranceles. De hecho, consiguió que Honda no se establezca en México sino en EUA, lo que afectará el flujo de inversiones hacia la economía mexicana.

Los aranceles y las deportaciones de ilegales reducirán el crecimiento de exportaciones y de las remesas, a lo que se sumará la menor entrada de capitales, lo que nos conduciría a la recesión económica. Ello incrementará el desempleo, así como la migración de nacionales hacia EUA, no logrando EUA reducir la migración ilegal a su país.

Los aranceles terminarán generando una guerra comercial, que generalizará los aranceles y las políticas proteccionistas con efectos sobre precios e incremento de tasas de interés, por lo que se contraerá el poder adquisitivo de los consumidores y con ello el comercio y la economía mundial y aumentarán los problemas de incapacidad de pago de la deuda. Algunos países devaluarán sus monedas para mejorar la competitividad, lo que desestabilizará los mercados financieros.

La generalización de aranceles a las importaciones y la consecuente caída de exportaciones contraerá la economía y el comercio mundial, el cual deja de ser el motor de crecimiento para muchas economías, lo que obligará a los países a impulsar su crecimiento en torno al mercado interno. Para ello tendrán que bajar la tasa de interés e incrementar el gasto público y el problema es que la mayoría de los países no tienen condiciones para ello ante el temor que provoque salida de capitales y presiones sobre precios y sobre el sector externo y el tipo de cambio.

Al caerse las exportaciones de muchos países se contraerá su economía y con ello sus importaciones, lo que afectará a la propia economía de EUA y se desestabilizarán los mercados de capitales. A ello se sumarán los problemas de incapacidad de pagos del servicio de la deuda de muchos países, que afectarán a los países acreedores.

México tiene que modificar radicalmente la política monetaria, cambiara y fiscal para hacer frente a la caída de exportaciones, como de remesas y de entrada de capitales que se avecina. De no hacerlo, es decir, de proseguir con lo dictado por las calificadoras internacionales y mantener las altas tasas de interés y los recortes presupuestales para reducir el déficit fiscal y el monto de la deuda pública, la economía caerá en una prolongada recesión económica con inflación. El sector privado no tiene condiciones de incrementar la inversión, pues es afectado por los recortes presupuestales y las altas tasas de interés, y más se afectará por la caída de exportaciones. El gobierno es el único que puede evitar la recesión económica para lo cual debe incrementar el gasto público para impulsar la producción nacional para sustituir importaciones y reducir el déficit de comercio exterior y así nuestra dependencia de la entrada de capitales. La política monetaria debe acompañar la expansión del gasto público a favor del sector productivo y del empleo y ello no sería inflacionario, debido a que se incrementaría la producción lo que reduciría la inflación y las importaciones e impulsaría una dinámica sostenida. La política económica debe responder a los propósitos nacionales de crecimiento económico y empleo bien remunerado y no seguir beneficiando al sector bancario y al gran capital como ha acontecido hasta ahora.

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